La Selecci¨®n parec¨ªa decidida a probar el coraz¨®n de los aficionados. Nuevamente se recurri¨® a la hombrada, a la haza?a. Espa?a lleg¨® al ¨²ltimo partido con la obligaci¨®n de ganar... a Alemania Federal. El pesimismo gravitaba en la previa, sentimiento que se instal¨® conforme avanzaba el choque. El 0-0 parec¨ªa seguro, pero Maceda conect¨® un gran cabezazo en el ¨²ltimo minuto, clasific¨® a Espa?a e ilusion¨® a todo un pa¨ªs. Portugal, de la mano del brillante Fernando Chalana, fue el otro semifinalista. (Foto de apertura: Maceda clasific¨® a Espa?a con un gol en el ¨²ltimo minuto a Alemania).

Schumacher gan¨® el punto

Portugal sali¨® con las reservas propias del que se cree inferior, pero en el segundo tiempo, sacudida la presi¨®n, desbord¨® y puso en aprietos a una desconocida RFA. De hecho, de no haber sido por el meta Schumacher, se hablar¨ªa de derrota germana.

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Espa?a, de menos a m¨¢s

La Selecci¨®n decepcion¨® en su debut. El gol de Carrasco fue un punto de inflexi¨®n negativo ya que, tras el tanto, Espa?a se repleg¨® y B?l?ni empat¨®, resultado con el que se lleg¨® al descanso y al final del duelo. ¡°Estoy preocupado¡±, afirmaba Mu?oz tras el partido. 

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El despertar de Alemania

Alemania se impuso a una Ruman¨ªa que fue incapaz de neutralizar su juego compacto. El susto del empate no hizo sino avivar m¨¢s las intenciones ofensivas germanas. Un marcador m¨¢s abultado no hubiera sido nada injusto.

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Espa?a mejor¨® ante Portugal

Ante Portugal mejor¨® el juego de Espa?a. En el primer tiempo y en los primeros compases del segundo dominaron los lusos. En plena acometida portuguesa lleg¨® el gol de Sousa. Pero la Selecci¨®n se reh¨ªzo, marc¨® Santillana y hasta pudo ganar.

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El m¨ªtico gol de Maceda

20 de junio de 1984. Parque de los Pr¨ªncipes. El empate sin goles dejaba a los pupilos de Miguel Mu?oz fuera de la Eurocopa (Portugal ganaba a Ruman¨ªa) y a la RFA, rival de los espa?oles, en semifinales. Minuto 90. Pierre Littbarski hizo una falta a Francisco y comenz¨® a gestarse uno de los recuerdos imborrables de la memoria colectiva espa?ola. El propio Francisco puso el bal¨®n en juego envi¨¢ndolo a la banda derecha donde apareci¨® Se?or. El zaragocista levant¨® su cabeza y centr¨® al ¨¢rea donde emergi¨® Maceda implacable como el filo de una guillotina. El central cabece¨® al fondo de la red y daba la sorpresa: Alemania Federal quedaba eliminada; Espa?a, en semifinales. Hasta ese momento, el sufrimiento hab¨ªa sido el compa?ero de la Selecci¨®n. Si en la primera mitad los alemanes estrellaron tres balones al palo y Carrasco fall¨® un penalti, en la segunda Espa?a se agigantaba por momentos, con un Arconada estelar firmando varias paradas decisivas, una de ellas a Rummenigge en el 78¡¯, pero el gol no llegaba. El aficionado ya mascaba una irremediable vuelta a casa hasta que lleg¨® el ¨²ltimo minuto...

La imagen de fondo fue hist¨®rica: el electr¨®nico ya marcaba 1-0 cuando el bal¨®n a¨²n estaba en el aire.

El gol acab¨® con Derwall

Cuando la RFA aterriz¨® en su pa¨ªs, el seleccionador Derwall percibi¨® los posibles efectos que iba a tener el cabezazo de Maceda. Los gritos de ¡°fracasado¡± eran el comienzo de una corriente de cr¨ªticas que desemboc¨® en su renuncia al cargo.