Con Hazard, sin respiro

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"Sergio Ramos es el rostro y la garant¨ªa del ¨¦xito del Real Madrid. Posiblemente el mejor central del mundo¡±. La p¨¢gina web del Borussia M?nchengladbach pone el foco del partido de esta noche en el capit¨¢n blanco, que se estrena en una Champions que vino de nalgas para el equipo con la derrota ante el Shakhtar. As¨ª que el Madrid camina sobre el alambre, en la primera media final del curso, frente a un adversario corto de estrellas y sobrado de vigor que ya empat¨® en Mil¨¢n (sigue el partido en directo en As.com).

Hazard ha pasado a ocupar el centro de la escena. No juega un partido desde el 7 de agosto, ante el City, despu¨¦s de una accidentad¨ªsima temporada. En quince meses en el Madrid ha pasado 243 d¨ªas de baja, 51 m¨¢s que en sus siete a?os en la Premier. El gran refuerzo del curso pasado ha disputado ¨²nicamente el 37% de los partidos y el 32% de los minutos, con un gol y siete asistencias en el balance. Jam¨¢s hab¨ªa jugado tan poco en sus once a?os como profesional. No baj¨® de 35 encuentros por curso en el Lille ni de 43 en el Chelsea, donde, adem¨¢s, marc¨® en seis de sus siete temporadas entre 13 y 21 goles. Ese techo lo alcanz¨® el curso anterior a su fichaje por el Madrid. Es verdad que en 2017 sufri¨® su primera lesi¨®n grave en el tobillo, pero se oper¨® en verano y regres¨® sin secuelas en la siguiente: 52 partidos y 17 goles. Nada hacia sospechar su derrumbe en el Madrid.

Lateral de emergencia

Hoy vuelve y es posible que tenga un rato en un equipo regenerado en el Cl¨¢sico. Lucas V¨¢zquez, cuarto plato, ser¨¢ el lateral derecho por las lesiones de Carvajal, Odriozola y Nacho. Ya le utiliz¨® ah¨ª Zidane en su primera etapa (en una semifinal de Champions ante el Bayern) y en la segunda (los cuatro ¨²ltimos partidos del curso pasado). Le espera Marcus Thuram, hijo de una leyenda. Tambi¨¦n es posible que Zidane, esta vez s¨ª, monte un centro del campo con Valverde, Kroos, Casemiro y Modric. Y delante, Benzema busca pareja. Ni Asensio ni Vinicius salieron fortalecidos del Camp Nou ni los que vienen por detr¨¢s aprietan.

El Borussia llega quinto en la Bundesliga. El a?o pasado acabo cuarto, su mejor puesto en un lustro. Su plantilla es la quinta m¨¢s valiosa de Alemania y lleva tiempo sin verse amenazado por el descenso, pero su ¨¦poca de esplendor queda ya muy lejana. Entre 1970 y 1979 gan¨® cinco ligas, dos Copas de la UEFA y jug¨® una final de la Copa de Europa con dos t¨¦cnicos de culto, Hennes Weisweiler y Udo Lattek, que acabar¨ªan despu¨¦s en el Barcelona. Tambi¨¦n muchas de sus figuras triunfaron fuera: Netzer, Stielike y Jensen, en el Madrid; Simonsen, en el Bar?a; Bonhof, en el Valencia. Otros, como Heynckes o Vogts, acabaron sus carreras en all¨ª. Un equipo legendario que plant¨® cara al Bayern de Maier, Breitner, Beckenbauer o Gerd M¨¹ller. Desde entonces s¨®lo ha ganado una Copa alemana, en la Champions no ha pasado de la fase grupos y sus posteriores estrellas fueron fugaces: M?tthaus, Enke, Effenberg, Reus o Ter Stegen salieron a las primeras de cambio.

Suizos y franceses

Con el Madrid se ha visto dos veces y en ambas cay¨® dram¨¢ticamente. En la Copa de Europa del 76, tras ver c¨®mo le anulaban dos goles en el Bernab¨¦u con 1-1 despu¨¦s del 2-2 de la ida; en la Copa de la UEFA del 85, tras ganar 5-1 en casa, perdi¨® 4-0 frente el Madrid de la Quinta, en la mayor remontada de la historia blanca.

Aquel pasado tiene que ver poco con este presente. Sin apenas fichajes, Rose ha montado un equipo f¨ªsico y vertical que resulta. Trajo ese plan del Salzburgo, con el que gan¨® dos ligas, una Copa y lleg¨® a unas semifinales de la Europa League. Antes, Rose hab¨ªa sido ayudante de Tuchel en el Mainz. Tiene la base de la selecci¨®n suiza (cinco internacionales) y dos trenes bala franceses, el mencionado Thuram y Plea, m¨¢s Embolo, un tanque suizo que con 17 a?os ya jugaba en el Basilea, con 18 en la selecci¨®n y que se ha quedado en menos de lo que parec¨ªa. Hoy puede ser suplente. Rose recupera a Lazaro y se espera que ordene el equipo en torno a su 4-2-3-1 tradicional, aunque este a?o ya ha jugado dos veces con tres centrales. Finalmente no habr¨¢ ni siquiera los 300 espectadores anunciados las gradas, lo que le quita ferocidad a una visita crucial para el Madrid. Europa dif¨ªcilmente perdona dos veces.