Agust¨ªn: "Si la final hubiese sido ante el Atleti, la ganamos"
Se cumplen 40 a?os de la final de Copa que enfrent¨® al Real Madrid contra el Castilla, su equipo filial, que elimin¨® a cuatro 'primeras' antes de medirse a los mayores en el Santiago Bernab¨¦u
Agust¨ªn Rodr¨ªguez (Mar¨ªn, Pontevedra, 10-9-1959) fue el portero titular de aquel hist¨®rico Castilla que se plant¨® en la final de Copa de 1980 tras eliminar al Athletic en San Mam¨¦s, a la Real Sociedad de Arconada, Zamora y L¨®pez Ufarte y al Sporting de Quini, Joaqu¨ªn y Ferrero. Ma?ana se cumplen 40 a?os de aquella final irrepetible en el Bernab¨¦u y el gallego nos lo recuerda.
Antes de entrar en materia, ?c¨®mo est¨¢ usted tras haber pasado por un trance complicado por el COVID-19?
?Creo que es como si ya estuviese vacunado! Fue muy duro. Empec¨¦ a sentirme mal el 15 de marzo, justo cuando se declar¨® el Estado de Alarma. Me dol¨ªa la cabeza, tos¨ªa, ten¨ªa algo de fiebre¡ Me hinch¨¦ a paracetamol pero no mejoraba. Vi que con eso no me curaba.
?Qu¨¦ hizo?
Tuve la suerte de que una prima de mi mujer es doctora y controlaba bastante del tema. Me puso una medicaci¨®n, me puso en cuarentena en mi propia casa y tras 21 d¨ªas encerrado pude vencer al bicho. No fue nada f¨¢cil, de hecho perd¨ª siete kilos. Otros compa?eros sufrieron m¨¢s. Habl¨¦ por tel¨¦fono ayer con Casta?eda, y me dijo que tuvo que ser hospitalizado y que perdi¨® once kilos. Mucha gente no es consciente de la gravedad de este virus.
Hablando de Casta?eda, que fue compa?ero suyo en el Castilla, vayamos al grano. Ma?ana se cumplen 40 a?os de la final de Copa contra el Madrid.
?Cuarenta ya? Qu¨¦ viejos somos.
H¨¢bleme de aquella gesta...
La clave es que ¨¦ramos un equipo en el amplio sentido de la palabra. El Castilla de la Quinta del Buitre ten¨ªa grandes individualidades, pero nuestro Castilla era un bloque, con gente con calidad como Ricardo Gallego, pero no hab¨ªa otro secreto que la uni¨®n.
?C¨®mo fueron capaces?
Al principio fue sencillo con el Extremadura y el Alcorc¨®n. Tambi¨¦n superamos bien al Racing de Santander. Pero contra el H¨¦rcules, que estaba en Primera, empez¨® el l¨ªo.
Cuente, cuente¡
El H¨¦rcules nos gole¨® all¨ª, 4-1, y ya nos daban por eliminados. Pero en la vuelta en el Bernab¨¦u empezamos a meter goles, el club abri¨® las puertas y terminamos remontando con m¨¢s de 60.000 aficionados en las gradas. Ah¨ª supimos que pod¨ªamos hacer algo grande. Lo comentaba con Casimiro y Pineda, con los que siempre estaba de charla en las concentraciones. Y eso que en octavos nos toc¨® el Athletic de Bilbao, que pocos a?os m¨¢s tarde ganar¨ªa dos Ligas seguidas. En el Bernab¨¦u empatamos y nadie daba nada por nosotros en San Mames ante el Rey de Copas. Pues ganamos 1-2 y fue un triunfo bestial, con la Catedral aplaudi¨¦ndonos.
?Y en cuartos?
Si no quieres t¨¦, toma dos tazas. La Real Sociedad de Arconada, Zamora y L¨®pez Ufarte, que llevaba meses sin perder un partido y que iba por delante del Madrid en la lucha por la Liga. Perdimos 2-1 en Atocha, pero en la vuelta el Bernab¨¦u estaba lleno. Nos crecimos y les eliminamos al ganarles 2-0.
No sea usted humilde¡
Bueno, es verdad que le hice un parad¨®n en un penalti a L¨®pez Ufarte. Me la tir¨® rasa y ajustada al palo, pero lo adivin¨¦ y la saqu¨¦ con la punta de los dedos. De hecho, ellos quedaron tocados y dos semanas despu¨¦s perdieron en Liga en Sevilla, contra nueve, y eso le permiti¨® al Madrid ganar aquella Liga. Nosotros pusimos nuestro granito de arena.
Y el Sporting de Quini y Ferrero en semifinales.
De Quini, Ferrero, Cundi¡ Un equipazo. De hecho, en el Molin¨®n nos gan¨® bien (2-0). Pero la afici¨®n cre¨ªa en nosotros y volvi¨® a llenar el Bernab¨¦u para la vuelta. Fue una fiesta y les metimos cuatro. Y a la final.
Ante sus hermanos mayores, el Real Madrid.
No nos hizo ninguna gracia.
?C¨®mo dice?
Lo repito. Nos sent¨® mal que el primer equipo eliminase al Atleti por penaltis. Imag¨ªnese, si llegamos a jugar la final contra el Atleti en el Bernab¨¦u nuestra afici¨®n nos hubiera llevado en volandas para hacer otra machada, que hubiese quedado para los restos. Pero enfrentarse a gente como Pirri, Juanito, Del Bosque o Santillana nos dej¨® bloqueados, casi sin ¨¢nimo para intentarlo.
De hecho, en la final les cayeron seis y pudieron ser m¨¢s.
Nuestro entrenador Juanjo, que en paz descanse, ya nos avis¨® antes del partido que no ten¨ªamos nada que hacer. Adem¨¢s, not¨¢bamos que al club no le interesaba mucho que hici¨¦ramos la hombrada. Nos cambiaron el hotel de concentraci¨®n. En las eliminatorias est¨¢bamos en el Aitana e ¨ªbamos andando al estadio. De pronto y sin saber el motivo, nos mandaron al retiro de Navacerrada. Y durante la semana nos cambiaron varias veces los entrenamientos para no coincidir con el primer equipo. Todo fue extra?o en los d¨ªas previos.
Y jugaron como sin ganas.
Salimos sin chispa, sobrepasados por la situaci¨®n. Encima s¨®lo hab¨ªa dos tercios de entrada en el Bernab¨¦u, muchos menos de los que nos acompa?aron en las gestas anteriores. No era el d¨ªa. F¨ªjense con qu¨¦ rabia celebraron los goles Benito, Juanito, Stielike, Santillana o Camacho. Nos ten¨ªan ganas y es l¨®gico. La prensa les daba ca?a y a nosotros nos pon¨ªan por las nubes. La propia afici¨®n iba m¨¢s con nosotros que con ellos. Lo pagamos bien caro. Ya a partir del sexto gol si se nos acercaban y nos daban ¨¢nimos¡
Pero al final hubo foto de familia de los dos equipos y todos abrazados con las camisetas intercambiadas. Usted no sale en la foto¡
No estaba de humor para celebraciones despu¨¦s de que nos metieran seis. Yo soy muy orgulloso y so?aba con esa final. Perder vale, pero de esa manera¡ Esa goleada no nos hizo justicia. No era el verdadero Castilla.
?No saca nada positivo?
Claro. Logramos que la Federaci¨®n Espa?ola cambiase el Reglamento y prohibiese a los filiales participar en la Copa. ?ramos una pandilla de cr¨ªos de 19 a 21 a?os que vivimos un sue?o durante meses y que logramos un hito irrepetible. Hasta jugamos en Europa al curso siguiente. Todo eso nunca lo lograr¨¢ otro filial. Hicimos historia y me quedo con el cari?o que nos dio la gente. De hecho, han pasado cuarenta a?os y usted se sigue acordando como yo¡