20 a?os de la final de Mestalla, una Copa fraguada en la ducha
De aquel Espanyol-Atl¨¦tico se recuerda el gol p¨ªcaro de Tamudo, pero no su remedio para aguantar los nervios durante el tramo final del partido, en el vestuario¡


Ven¨ªa el Espanyol de caer ocho d¨ªas atr¨¢s en LaLiga, en Montju?c, una derrota que supuso el t¨ªtulo de LaLiga del Deportivo. Pero, sobre todo, ven¨ªa el club perico de una traves¨ªa por el desierto de 60 a?os, los que llevaba sin conquistar un t¨ªtulo mayor. Una Copa del Rey. Y la alineaci¨®n ciertamente inspiraba confianza. Pero enfrente, en aquella final, esperaba todo un Atl¨¦tico de Madrid. Descendido a Segunda, s¨ª, pero rabioso y repleto de calidad.
La realidad fue otra. Con 25.000 pericos presentes en Mestalla aquel 27 de mayo de 2000, la final de la Copa se empez¨® a decantar muy pronto, por obra y gracia de dos pericos. El primero, Ra¨²l Tamudo, esperaba desde la l¨ªnea de fondo a que el segundo, un Toni Jim¨¦nez que entonces vest¨ªa la camiseta del Atleti, sirviera un saque de puerta. Un bote, otro, el bal¨®n en el aire y¡ ?Zas! En el segundo minuto de partido, el '23' perico se ganar¨ªa para siempre el sobrenombre de "murri" (Eudald Serra, de Catalunya R¨¤dio, mediante) al burlar a su adversario y amigo, recortarle y anotar. Euforia blanquiazul.
Aquella final tuvo tantas historias como protagonistas y testigos. Tantas emociones como generaciones sin alzar trofeos. Pero la singular historia de Tamudo trasciende a su hist¨®rico gol. En el minuto 70, Paco Flores decid¨ªa sustituirlo para dar entrada a Manolo Serrano. El de Santa Coloma no sab¨ªa d¨®nde meterse. Inquieto, en el banquillo lo pose¨ªan los nervios. As¨ª que cogi¨® al jefe de prensa, el m¨ªtico Rafa Ramos, del brazo, y se lo llev¨® al vestuario.
En las entra?as de Mestalla, se segu¨ªan escuchando los c¨¢nticos de una y otra afici¨®n. Para enloquecer. De modo que no se les ocurri¨® otra a Tamudo y Ramos que encender una a una todas las duchas, para neutralizar el ruido. Para permanecer ajenos a lo que suced¨ªa sobre el c¨¦sped. Al 2-0 de Sergio Gonz¨¢lez, por mucho que temblaron los cimientos.
Cuando regresaron a la banda, con el c¨¢lculo de que ya estar¨ªa a punto de cumplirse el tiempo reglamentario, a¨²n faltaba el gol de Jimmy Floyd Hasselbaink que acortaba distancias. Una tensi¨®n inevitable para poder celebrar con m¨¢s alegr¨ªa si cabe un t¨ªtulo m¨¢gico.
El que Tamudo no pudo seguir festejando el d¨ªa despu¨¦s en la Pla?a Sant Jaume (s¨ª desde la distancia, pues dej¨® un mensaje en una rudimentaria grabadora), ya que se deb¨ªa ir convocado con la Selecci¨®n que meses m¨¢s tarde se colgar¨ªa la plata en los Juegos Ol¨ªmpicos Sidney-00. El d¨ªa en que Pierre Wome le infligi¨® una lesi¨®n que a la postre impedir¨ªa su fichaje por el Glasgow Rangers¡ Historia del Espanyol, del f¨²tbol.