Ipurua es un zarzal para la redenci¨®n de Vinicius
Zidane repesca al ex del Flamengo en el mejor momento del Eibar. Mariano tampoco viaja pese a la lesi¨®n de Jovic y la baja fantasma de Bale.


Por si el Eibar suena a lo que no es, Zidane deber¨ªa recordar en el vestuario que all¨ª qued¨® interrumpida bruscamente la luna de miel del madridismo y Solari, que hab¨ªa ganado los cuatro partidos anteriores a casi cuatro goles de media por cabeza y que ganar¨ªa los cuatro siguientes. Aquella tarde el Madrid organiz¨® el equipo en torno a su cuadrilla del arte (Kroos, Modric, Ceballos). Una apuesta po¨¦tica en el lugar equivocado. Perdi¨® 3-0.
No hay equipo en LaLiga con menos l¨ªrica que el Eibar, al que la estad¨ªstica retrata a?o tras a?o. Nadie recupera ni pierde m¨¢s balones ni lo hace m¨¢s lejos de su porter¨ªa (a 35,7 metros del marco adversario, para ser exactos, cuatro por encima de la media). Tampoco hay otro que contabilice m¨¢s ataques ni que juegue m¨¢s en largo (su pase medio es de 22 metros). No cabe, pues, ampararse en el efecto sorpresa. Al Madrid le aguardar¨¢ el equipo con la presi¨®n m¨¢s alta de la Liga y unos laterales de repetici¨®n que llevan balones al ¨¢rea con enorme insistencia (sigue el partido en directo en As.com).
El Eibar es la obra de Mendilibar, una casa a su medida. Al banquillo se ha llevado lo que quiz¨¢ le falt¨® para romper como futbolista de primer orden: temperamento. "Era t¨¦cnicamente bueno, pero fr¨ªo", ha reconocido a?os despu¨¦s. En el banquillo ha cogido temperatura. No hay mayor detractor de todo aquello que, desde su ¨®ptica, quita sencillez al f¨²tbol, desde el pinganillo hasta las pelotas de tenis como instrumento para entrenar a los porteros, pasando por el abuso del ordenador, los entrenamientos a puerta cerrada de forma perpetua o el VAR de sus pecados: "No es f¨²tbol es eso de estar dos minutos mirando si es gol o no". Donde el resto ve sofisticaci¨®n ¨¦l aprecia desnaturalizaci¨®n.
Y tambi¨¦n le molesta el victimismo de algunos de sus colegas: "No necesito toda la tarde para preparar un entrenamiento. Los que se tiran 16 horas en su ciudad deportiva lo hacen por parip¨¦".
El partido ante el Madrid le llega en buen momento, tras dos victorias consecutivas despu¨¦s de un mal comienzo (dos puntos de quince) que le llev¨® a pasar tres jornadas en zona de descenso. La previsi¨®n es que esta tarde ir¨¢ con todo: Orellana e Inui, mas De Blasis y Jos¨¦ Enrique, para tocarle los costados al Madrid.
Mendy y diez m¨¢s
En el equipo de Zidane habr¨¢ cambios. As¨ª lo dej¨® caer tras el vapuleo al Galatasaray. Este ser¨¢ el cuarto partido en diez d¨ªas y el t¨¦cnico tendr¨¢ que parar a parte de los m¨¢s fatigados, aunque el equipo B no sea el de los tiempos de gloria, empezando por Isco, l¨ªder de aquel comando y hoy en el fondo del armario.
A la lista vuelve Vinicius, tan penalizado por la falta de gol como por la comparaci¨®n con Rodrygo. Vinicius ha desaparecido de las citas de gala. De hecho, no hay jugado ni un minuto en los grandes compromisos de este curso (Sevilla, Atl¨¦tico, Galatasaray y PSG). Una regresi¨®n en toda regla. La temporada pasada fue titular en tres partidos ante el Bar?a (los dos de Copa y uno de Liga), uno ante el Atl¨¦tico, otro ante el Sevilla, y en los dos de octavos de final de la Champions ante el Ajax. Se fue Solari y se fue su estrella. Con ¨¦l regresa Brahim, otro del furg¨®n de cola.
Bale y James siguen fuera, trabajando desde Madrid para Gales y Colombia, respectivamente. Y son baja Jovic, por unas molestias musculares (ni por esas viaja Mariano, en cadena perpetua), y Marcelo, tambi¨¦n lesionado. As¨ª que jugar¨¢n Mendy y diez m¨¢s en un partido radicalmente diferente al ba?o y masaje del mi¨¦rcoles, aunque con el respaldo de cuatro partidos sin encajar goles. Courtois ha sido capaz de aguantar el vendaval.