Vuelta al Madrid en ruinas
El Eibar pisotea el efecto Solari con un partidazo. Courtois evit¨® al Madrid un rid¨ªculo hist¨®rico. Bale y Asensio siguen bajo cero y la defensa fue un coladero.

Un mes ha durado el efecto Solari, que ha dado para mejorar el contrato del t¨¦cnico y enga?ar al tiempo, pero no para redimir al equipo. El Madrid aprendi¨® a ganar, pero no aprendi¨® a jugar. Acept¨® el paliativo de cuatro triunfos, agrandados por el pinchazo del Bar?a ante el Betis. Y aquello dio para confundir un analg¨¦sico con una terapia. Pero la victoria sin progresos tiene las patas muy cortas. El baile del Eibar en Ipurua levant¨® de nuevo las faldas al equipo, que firm¨® uno de los peores partidos en a?os, mucho peor que el peor de la era Lopetegui. Courtois evit¨® un sonrojo mayor ante un Eibar espectacular y Ramos, Varane, Bale y Asensio, fundamentalmente, tendr¨¢n que volver a juicio.
El partido fue un calvario para el Madrid y un regalo para Tebas. O un premio a su pol¨ªtica de igualdad, que ha mejorado las condiciones de vida de la clase media de LaLiga. Probablemente nunca estuvo el Eibar m¨¢s cerca del Madrid. Y cu¨¦lguese esa medalla tambi¨¦n Mendilibar, que present¨® un equipo vigoroso, bien organizado pero tambi¨¦n valiente y decidido, con futbolistas que merecer¨ªan aparecer m¨¢s arriba en los t¨ªtulos de cr¨¦dito de esta Liga.
Uno de ellos, Kike Garc¨ªa, un delantero con una multioferta ofensiva: aguanta la pelota, es generoso en el desmarque y no desmerece en el remate. Otro, Cucurella, un lateral de tan larga distancia que aqu¨ª vale como extremo. Le dio la ma?ana a Odriozola, desasistido por Bale, que se desviste mucho atr¨¢s, y a Carvajal. Lucieron ellos, pero luci¨® tambi¨¦n el grupo.
La presi¨®n elevad¨ªsima, feroz, curs¨® al Madrid una invitaci¨®n al juego en largo, que no es su palo. Ah¨ª, en los balones divididos y las segundas jugadas, el Eibar est¨¢ algunos cursos por delante. As¨ª que el equipo de Mendilibar empez¨® a ganar el partido sin la pelota. Y a perderlo el Madrid, que incomod¨® menos en su presi¨®n y que, sin Casemiro, qued¨® a la intemperie en las contras. En un mal saque de c¨®rner se vio tres contra cinco. Un repliegue a la buena de Dios. La cosa acab¨® en gol de Escalante, tras pasar durante un minuto por manos del VAR, por un posible fuera de juego de Cucurella que no existi¨®.
Antes, el palo hab¨ªa devuelto una volea de Kike, desviada por un dedo de Courtois. Esos palos que en la era Lopetegui pegaba el Madrid. Esos detalles que acabaron derivando en septicemia, de la que no ha podido escapar.
Un desastre general
Ni antes ni despu¨¦s del gol tuvo autoridad en el partido el Madrid. A Ceballos se le hizo grande el campo, Kroos ofreci¨® una direcci¨®n subterr¨¢nea e inapreciable, Modric quiso m¨¢s que pudo, Marcelo restringi¨® mucho sus subidas, Bale sigue en Gales, Varane, en Babia, y Asensio, buscando un carro sin asidero. S¨®lo a Benzema debe reconoc¨¦rsele la enmienda, aunque no dio para todo.
Un Madrid ca¨®tico, horrible delante y detr¨¢s, desastroso, en definitiva, que comenz¨® a perder la esperanza en el segundo gol, en un robo del magn¨ªfico Cucurella a Odriozola (que se rompi¨®) del que sac¨® provech¨® Enrich, y en el tercero, tambi¨¦n preparado por el canterano del Bar?a y culminado por Kike. Entre un gol y otro y despu¨¦s, al Madrid en ruinas s¨®lo le defendi¨® de un rid¨ªculo para la historia Courtois, heroico en una ma?ana sin h¨¦roes blancos.
Para entonces hab¨ªan entrado ya Isco y Vinicius como meros observadores de la paliza de un Eibar que comenz¨® bien y fue a mejor, sin ceder al recato que dan los goles a favor. El Madrid toler¨® su fest¨ªn.