La Champions de Alisson y Origi
El Liverpool conquist¨® su sexta Copa de Europa en un partido que no fue lo que parec¨ªa. Salah, de penalti, al principio y Origi, al final, tumbaron al Tottenham.
Sin ser el que se comi¨® crudo al Bar?a en Anfield, pero sin el fuego amigo de Karius, ni una chilena asesina de 18 metros, ni un trece veces campe¨®n enfrente, el Liverpool extrajo del Wanda su sexta Copa de Europa, que le deja en solitario en el tercer escal¨®n del podio. Fue en una final del perfil bajo, muy lejos de las expectativas creadas y sin el plus de m¨¢rketing que pretend¨ªa la Premier, omn¨ªvora en Europa esta temporada. Un gilipenalti de Sissoko moder¨® al campe¨®n y desarm¨® al aspirante, reducido a un Kane convaleciente. Van Dijk, Alisson y Origi hicieron el resto.
El 8 de mayo, despu¨¦s de 95 minutos de angustia extrema, el Tottenham supo que estar¨ªa en la final del Wanda. A Pochettino, desde entonces, se le habr¨¢n cansado la vista de ver v¨ªdeos, la voz de dar charlas y la imaginaci¨®n de previsualizar el partido. Todo estaba guionizado menos que Sissoko, a los 21 segundos, levantara la mano como para pedir la vez ante un centro de Man¨¦ que no iba a ninguna parte. La pelota toc¨® su pecho y su brazo. Se castig¨® la imprudencia m¨¢s que la intenci¨®n, que tambi¨¦n lo recoge el c¨®digo penal del f¨²tbol, y Salah adelant¨® de penalti al Liverpool. Esto es el f¨²tbol y por ello nunca le alcanzar¨¢ para hacerse ciencia por mucho que lo tecnifiquen sus entrenadores. Esta final tambi¨¦n ten¨ªa su Karius en sentido contrario.
Ese trueno alter¨® un partido que no fue ni de lejos tan estupendo como figuraba en el programa. El Liverpool, que vive de sus emboscadas, de una presi¨®n feroz sobre la primera salida de pelota del rival, no apret¨® como suele, indudablemente recostado en esa madrugadora ventaja. Su juego es hacer caminar sobre cristales al adversario ante cualquier p¨¦rdida, pero amortigu¨® mucho ese vigor con el 0-1 de regalo. Esta vez solt¨® al galgo, Man¨¦, y esper¨® que cazara los pelotazos largos que le llegaron hasta desde la M-40 sin arriesgar nada atr¨¢s. Van Dijk fue el revisor de todo y la figura del duelo.
El Tottenham tiene menos empuje, pero m¨¢s paciencia. Y le ha ido sirviendo en esta ¨¦poca de estrecheces provocadas por la necesidad de pagar su nueva casa. Es un equipo resistente a la adversidad y no se le conoce una mayor que la ausencia de Kane, que se perdi¨® tres cuartas partes de las dos ¨²ltimas eliminatorias. Kane es un ariete con IVA, porque tiene gol pero tambi¨¦n buen pie, capacidad para aguantar el bal¨®n y finura para filtrar pases. Un nueve de una pieza para jugar de muchas maneras. Pese a la inactividad mejor¨® todo lo que lleg¨® a sus pies, pero ni Son ni Alli ni Eriksen, rematadores de segunda instancia, fueron buena compa?¨ªa esta vez. As¨ª que la pelota le sirvi¨® de poco. S¨®lo una vez antes del descanso rompi¨® las l¨ªneas el coreano, pero perdi¨® su ventaja en un recorte desastroso. El Liverpool, con Firmino desaparecido (ponerle fue un exceso), tampoco dej¨® demasiado peligro: remates lejanos de sus dos magn¨ªficos laterales, Alexander-Arnold y Robertson. Uno por cabeza. Pero de Kiev se trajo Klopp la ense?anza de que con una defensa m¨¢s aplicada se llega m¨¢s lejos. Y as¨ª qued¨® un primer tiempo insospechadamente t¨¢ctico y sospechosamente feo.
La locura final
El reloj, sin embargo, jug¨® a favor del espect¨¢culo. Sucede en todas las finales: espabila y arriesga el que pierde, entrega la pelota pero recibe a cambio los espacios el que gana. El drama lleva el juego a las ¨¢reas irremediablemente.
Klopp retir¨® pronto a Firmino, convencido ya de que no estaba para nada, y meti¨® a Origi, el poliz¨®n que mat¨® al Bar?a. El Liverpool necesita ritmo para no ser vulgar y no lo estaba teniendo. Y tambi¨¦n acudi¨® a Milner, que ha pegado tiros en las dos guerras mundiales y en las dos del Golfo. Estuvo a punto de marcar nada m¨¢s salir. Pochettino respondi¨® a la heroica y meti¨® a Lucas Moura, el diestro cuya zurda le trajo hasta Madrid.
Y ah¨ª apareci¨® el partido descamisado que se esperaba, con el Tottenham sobrevolando el ¨¢rea del Liverpool pero sin bombardearlo y los 'reds' encadenando contras inconclusas, porque Salah se dej¨® en Anfield el ¨²ltimo pase. Un f¨²tbol directo tan brit¨¢nico como la niebla y tan pasional como los dos entrenadores. Alisson salv¨® tres remates, de Son, Lucas Moura y Eriksen, en aquel ir y venir loco. El Liverpool escap¨® al empate de milagro y Origi acab¨® asegur¨¢ndole la Sexta. Klopp ya tiene su Champions.