Las sombras. A cuatro d¨ªas del Cl¨¢sico, la ausencia de Messi ante el Inter fue resuelta, posiblemente, por el Barcelona m¨¢s serio y entero de la temporada. Los ¨²nicos intervalos de tiempo anteriores sin el argentino, 55 minutos contra el Athletic y los 65¡¯ frente al Sevilla, hac¨ªan presagiar un panorama opuesto. En esos compromisos ligueros, el Bar?a se vio absorbido por circunstancias que nunca control¨® al no estar Messi. De inicio le cost¨® establecerse en campo rival por la presi¨®n avanzada de Athletic y Sevilla. No es lo mismo que reciba Messi exigido a que lo haga Demb¨¦l¨¦. La propensi¨®n a la anarqu¨ªa del jugador galo, con indiscutibles apuros para proteger la pelota y descargar al buscar m¨¢s la acci¨®n individual en lugares que no tocan, provoc¨®, por ejemplo, un marem¨¢gnum de p¨¦rdidas ante los de Berizzo en el primer tiempo (68, s¨®lo diez fueron de Demb¨¦l¨¦). Esta carencia afect¨® a la gesti¨®n del partido de los de Valverde contra Athletic y Sevilla. Es conocido que cuanto menos bal¨®n tiene m¨¢s sufre. El Sevilla le gan¨® la posesi¨®n en el largo rato que no estuvo Messi (52% por 48%) y lleg¨® a disparar en 16 ocasiones, aunque se desvi¨® del objetivo por sus licencias atr¨¢s y Ter Stegen. Asimismo, el Bar?a traslad¨® en estos choques la sensaci¨®n de ser un equipo rutinario, poco inflamado y desprovisto de desequilibrio en jugadas est¨¢ticas. L¨®gicamente, sin Messi pierde luz por dentro, la zona por la que m¨¢s ataca (34 acciones por partido), y se desactiva la conexi¨®n tan prol¨ªfica y casi indefendible que comparte con Jordi Alba. Han creado de forma directa 43 ocasiones y 11 goles en los tres ¨²ltimos cursos entre Liga y Champions.
Las soluciones. Ninguno de estos defectos comparecieron ante el Inter. Valverde dispon¨ªa de alternativas de perfiles variados, tanto en jugadores como en posibles cambios de dibujo, para sustituir a Messi y se inclin¨® por la que m¨¢s se acercaba a la tipolog¨ªa de juego del ¡®10¡¯. Rafinha encaj¨® partiendo desde la derecha, se movi¨® con sentido entre l¨ªneas y fue part¨ªcipe del modelo asociativo azulgrana. El Barcelona aclar¨® su salida a trav¨¦s de Busquets, un superlativo?Arthur y Coutinho. A partir de la integraci¨®n de los tres, cada vez m¨¢s natural, progres¨® y adopt¨® posiciones en terreno contrario. Se intercambiaron 62 pases. Sin Messi se extendi¨® m¨¢s por la izquierda que por cualquier otro carril (40,1% de jugadas desde ese lado). El Bar?a logr¨® agruparse alrededor del bal¨®n, ayudado por la postura menos agresiva de los de Spalletti. No fue el equipo espasm¨®dico del d¨ªa del Sevilla (20 contraataques, ocho m¨¢s de su media habitual). La titularidad de Rafinha aport¨® estabilidad defensiva en la otra banda, aplicado en la presi¨®n e inteligente en la toma de decisiones. De sus 87 acciones s¨®lo err¨® 12. Se centr¨® y conjug¨® con Luis Su¨¢rez. Movimientos a la inversa que difuminaron las marcas italianas. La personalidad del uruguayo, muy h¨¢bil en los desmarques de apoyo y en el juego de cara, redonde¨® el juego posicional de los de Valverde. El Barcelona camufl¨® el impacto de la baja del argentino con una actuaci¨®n colectiva y enfocada a saber qu¨¦ deb¨ªa hacer en cada momento, justo lo que le falt¨® otros d¨ªas. La noche del Inter rearm¨® a los de Valverde, pero al Madrid le queda la esperanza de mirarse en el Sevilla y en esos 65 minutos en los que Messi no estuvo en el campo.