Radiograf赤a de un desastre: sin regate ni movilidad ni portero
Ha sido la cr車nica de un fracaso anunciado.? Fallida la idea de juego, sin aplomo defensivo y superado Hierro. Piqu谷 y Ramos, err芍ticos.
El adi車s de Espa?a del Mundial no se debe a criterios fortuitos ni tampoco a aciertos ajenos. La 迆nica culpable de tan temprana eliminaci車n ha sido la propia Selecci車n, atormentada durante todo el torneo por su fallida idea de juego, desvar赤os defensivos y la ausencia de un bast車n de mando apreciable en el banquillo.
El caso Lopetegui
Todo empez車 por la salida convulsa de Lopetegui a dos d赤as del estreno de Portugal. Prescindir del seleccionador a esas alturas deterior車 todo lo que se hab赤a construido durante dos a?os (20 partidos invictos, 61 goles a favor y 13 en contra). Con Lopetegui se hab赤an recuperado patrones exitosos del pasado como la recuperaci車n en zonas adelantadas o el perfeccionamiento de las coberturas. Era un trabajo al que se hab赤a dedicado tiempo y que explot車 en unas horas. Lopetegui se fue y con 谷l su cuerpo t谷cnico (Pablo Sanz y ?scar Caro). A Hierro, cuyo per赤odo como t谷cnico se limitaba a una temporada en el Oviedo, le toc車 asumir la papeleta. Se trajo consigo a Juli芍n Calero, como segundo, y a Juan Carlos Castrej車n, como preparador f赤sico. Muchos cambios con consecuencias visibles.
Un estilo hueco
La Selecci車n no se ha reconocido en este Mundial, v赤ctima de una involuci車n en la idea de juego que ha llevado al extremo m芍s por costumbre que por convencimiento. Casi siempre tuvo el bal車n (70% de posesi車n media), pero nunca supo qu谷 hacer con 谷l. Los ataques sin sustancia ante Rusia definen su deriva futbol赤stica. Los 1.1174 pases, r谷cord en un Mundial, sirvieron para crear apenas 13 jugadas de peligro. Fue una posesi車n vac赤a. El 60% de las entregas fueron horizontales, s車lo el 23% hacia delante (278) y el 2% llegaron al 芍rea (25). Esa obsesi車n por el juego en corto le ha ofrecido reducidas opciones en ataque. Su distancia media en los pases apenas cubre los 16 metros, una cifra muy baja. Si Ramos es el futbolista que m芍s toca el bal車n, hay un problema (109 entregas cada 90*).?Cuatro de las combinaciones m芍s repetidas contra Rusia tambi谷n sirven de term車metro (93 pases entre Ramos y Alba, 69 Piqu谷-Ramos, 62 Koke-Ramos y 54 Piqu谷-Koke). En total, entre Ramos y Piqu谷 se han dado 146 pases...
Banda perdida
La descompensaci車n de un costado a otro tambi谷n ha bloqueado el plan ofensivo de la Selecci車n. Casi todo el juego se ha acotado al sector izquierdo con Isco, Iniesta y Alba (40 acciones de ataque por partido). Este hecho ha facilitado la sincronizaci車n defensiva de los rivales. La tendencia se agudiz車 contra Rusia. Espa?a propuso 60 jugadas por la izquierda y s車lo 22 por la derecha. Ninguno de los ocupantes del perfil diestro han respondido. Ni Silva ni Lucas ni Asensio (dos disputas ganadas de nuevo en octavos). El Mundial del canario tiene cap赤tulo aparte. No ha habido ni rastro de su arrollador crecimiento con Lopetegui (11 goles durante su etapa). Apocado, incapaz de encontrar su posici車n con Hierro, ha cuajado un torneo decepcionante. La Selecci車n no le ha encontrado y 谷l tampoco ha puesto remedio (s車lo 14 aceleraciones contra Rusia).
Regate olvidado
A Espa?a le ha faltado profundidad, movilidad en zonas interiores y, especialmente, desequilibrio individual. S車lo Isco, m芍s vistoso que efectivo en sectores de finalizaci車n, ha intentado rebelarse ante esta situaci車n (16 regates buenos contra Rusia). Que Nacho fuera el siguiente jugador que m芍s quiebros complet車 (tres de tres) y el 迆nico que protagonizara un desborde cerca del 芍rea rusa (justo la falta del gol en propia de Ignashevich) resulta revelador. Acredita la carencia que siempre sufri車 Espa?a en un registro muy necesario en un f迆tbol tan igualado como el actual.
Nadie centra
La Selecci車n nunca fue capaz de cambiar el paso y explorar otras variantes de juego. Con todos sus rivales replegados, no prob車 con env赤os laterales ni cuando tuvo dos referencias ofensivas (Aspas y Rodrigo en el final ante Rusia). Espa?a ha promediado 20 centros por partido y en octavos, en 120 minutos, s車lo realiz車 16. A los laterales se les solt車 como extremos y no sorprend赤an (seis centros entre Nacho, Carvajal y Jordi Alba). Parec赤a que optar por este tipo de jugada ser赤a una traici車n al estilo. Sin embargo, sirva como contrapunto, Espa?a s赤 utilizo los balones laterales durante el glorioso Mundial de Sud芍frica de 2010 (27 centros por encuentro).?
La desorientaci車n defensiva
Espa?a ha padecido s赤ntomas de desconexi車n en todos los partidos. Su dificultad para protegerse en las transiciones rivales aducen a un mal repliegue y a un posicionamiento equivocado. La Selecci車n ha sufrido 46 contraataques del rival en el torneo. Hierro quiso corregirlo ante Rusia y lo logr車, en parte, con la presencia de Koke junto a Busquets. Debi車 hacerlo antes. No se entendieron las razones de quitar a Koke tras el primer partido contra Portugal viendo la zozobra generalizada. No s車lo el balance defensivo ha patinado en Rusia. Espa?a ha sido uno de los peores equipos en disputas defensivas (apenas ha ganado el 51%). Quedan se?alados Piqu谷 y Ramos, confusos y protagonistas de errores que costaron goles. A Piqu谷 le perseguir芍 su imprudencia en el penalti contra Rusia. Ya hab赤a cometido una falta evitable en el 3-3 definitivo de Portugal. Ramos cargar芍 con los dos goles de Marruecos, uno compartido con Iniesta. Son, junto a De Gea, las caras visibles del fracaso defensivo.
Transparente De Gea
La estad赤stica es demoledora. A De Gea le han metido 11 de los 12 disparos a puerta que ha recibido, contando los penaltis de Rusia. Empez車 con la cantada mayor contra Portugal y fue presa del nerviosismo durante todo el Mundial. Ha sido una figura invisible. S車lo se le recuerda un mano a mano salvador contra Boutaib en el duelo frente a Marruecos. Los torneos cortos siempre necesitan de un portero. Espa?a lo tuvo con Casillas y ahora lo a?ora como nunca.
Las decisiones de Hierro
Su nombramiento le ha venido en un momento en el que no estaba preparado. Nunca ha aportado soluciones desde el banquillo. Sus cambios se reduc赤an a meras sustituciones de nombres y no suger赤an matices t芍cticos distintos. Quitaba a Costa y met赤a a Aspas o Rodrigo, sal赤a Iniesta y entraba Thiago# Variaciones que nunca agitaron el corral ofensivo. Su confianza inamovible en De Gea o la persistencia en Silva han perjudicado su previsible corta estancia en la Selecci車n. Nunca ha apostado por la defensa de tres que s赤 emple車 Lopetegui o por buscar perfiles de extremos juntos (Lucas y Asensio). Lo que mal empieza, mal acaba. Una Espa?a horizontal, inofensiva y desarmada. Ha sido la cr車nica de un fracaso anunciado.
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