Fin de trayecto y fin de una era. Espa?a encaden車 su tercer fracaso en una gran competici車n, cierra en falso el ciclo m芍s glorioso de su historia y abre un debate de futuro. Fue duro pero no sorprendente. El Mundial result車 un desprop車sito de principio a fin, del caso Lopetegui a la invisibilidad de De Gea, que no detuvo ninguno de los cuatro penaltis que mandaron a la Selecci車n a casa. Aquel modelo que fabric車 un imperio merece una revisi車n. En el Isco (y ratitos de Aspas) contra el mundo acab車 ganando el mundo incluso antes de lo previsto.
Dejando a un lado lo urgente, la eliminaci車n, tambi谷n cabe cuestionar lo importante: los jugadores pasan y el estilo se deteriora, se llena de impurezas hasta desfigurarse por completo. Estamos a las puertas del gilitaca. Porque Hierro sent車 a Iniesta, uno de los fabricantes del molde, y Espa?a jug車 como si estuviera. Y como si estuvieran tambi谷n Xavi y Xabi, que hicieron los planos, pero a otra velocidad. Fue una tarde de culto bobalic車n a la pelota, que le estorb車 a Rusia y atont車 a Espa?a. Extraordinariamente. Porque hubo ratos de defensa a ultranza con el bal車n, de cerrojazo posesivo, sin m芍s meta que quemar minutos ante un rival sin pretensiones, sin coqueter赤a, sin otra aspiraci車n que la resistencia y el albur de que Dzyuba, con hechuras de ala-pivot, cazara o bajara un pelotazo del que otro sacara provecho.
Espa?a tuvo un mejor despertar que en los tres compromisos anteriores. Reforzado con la energ赤a de Asensio en un ala, con Koke reparti谷ndose la partitura con Busquets, con Isco a su altura y con un compromiso m芍s fuerte en la recuperaci車n r芍pida en campo contrario, recluy車 con facilidad a Rusia, que nunca quiso despegar el culo de la pared. Ese era su plan y para eso meti車 Cherchesov un tercer central, protocolo de seguridad al que no acud赤a desde los amistosos de preparaci車n. La regresi車n se llev車 por delante la titularidad de Cheryshev.
Meterse bajo el caparaz車n no le sirvi車 de salida, porque a los 11 minutos se vio por detr芍s en una jugada de infortunio. Asensio puso una falta en el segundo palo y all赤 acudieron Ramos e Ignashevich abrazados en un kumikata de judo. Camino del suelo, el ruso practic車 una especie de escorpi車n suicida. Su involuntario golpeo de gemelo dej車 paralizado a Akinfeev.
Olvidando la porter赤a
El partido era de Espa?a cuando el Mundial empezaba a jugarse sin quitamiedos. Pero ese dominio abusivo, asfixiante, ese juego que no es producto de las salas de musculaci車n fue olvid芍ndose de la porter赤a. Espa?a empez車 a pensar en un rondo de ochenta minutos ante un adversario que se dejaba hacer y acab車 por desactivar su ambici車n. As赤 emergi車 otra vez ese equipo inestable que chapote車 en este Mundial hasta ahogarse.
Y Rusia exprimi車 lo poco que tiene. Golovin, su futbolista de m芍s recorrido, lo prob車 de rosca. Y luego se encomend車 a la estrategia, tierra de oportunidades. En un c車rner, Dzyuba caz車 un cabezazo al que Piqu谷 coloc車 un tap車n de espaldas con el anverso de la mano. Una imprudencia que cost車 el empate, firmado por el gigant車n desde los once metros. El contratiempo tuvo una reacci車n furiosa y breve. De vuelta a la casilla de salida, Espa?a se vio en el laberinto en el que se ha perdido en este torneo: abuso del pase, falta general de movilidad y dependencia absoluta de las ocurrencias de Isco, porque un Silva fantasmal no ofreci車 nada, los laterales se quedaron cortos y ni Asensio ni Koke revitalizaron al equipo.
Visto el panorama, Cherchesov afil車 el once: Cherishev, Smolov... Cambios que nada cambiaron. Las respuestas de Hierro fueron Iniesta y Aspas por Silva y Costa. Pieza por pieza. Y sin embargo, una notable mejor赤a. Iniesta y Aspas fabricaron una doble ocasi車n ante una Rusia con la vista cansada de ver pases (1.174) y sin piernas. La salida del vigu谷s, suplente inexplicable, y la posterior de Rodrigo fueron un alboroto. En su primera intervenci車n, el valencianista se fabric車 una buena oportunidad, salvada por Akinfeev. Rusia pend赤a de un hilo, suplic芍ndole ayuda al Luznikhi y al VAR, que se encogi車 ante un agarr車n a Ramos. Y acabaron decidiendo los penaltis. Akinfeev par車 dos y De Gea ninguno. Donde no lleg車 el acierto tampoco alcanz車 la fortuna.