El Calder車n, un a?o despu谷s
As lo recorri車: ahora todo son locales vac赤os, estadio sin n迆meros, un barrio en tr芍nsito... S車lo dos bares siguen abiertos. Ser芍 demolido en 2019.


Por el Calder車n, 365 d赤as despu谷s apenas ya transita nadie. All赤 donde hace un a?o apuntaban las c芍maras, miles de selfies, que se iba el estadio, que se terminaba, que aquel Atleti-Athletic era lo 迆ltimo (aunque luego se jug車 el &Final de Leyenda*), hay locales cerrados, trapas echadas y apenas un par de personas detenidas ante lo que fue la tienda, el bar El Doblete.
S車lo dos puertas mantienen su n迆mero. La 6 y la 41. Los dem芍s los arranc車 el club hace un mes: forma parte del paulatino apagado del campo, del compromiso del cierre con el Ayuntamiento. Esas puertas no volver芍n a abrirse. De sus n迆meros queda una sombra de polvo sobre el m芍rmol.
En su marcha, el Atleti se llev車 muchos negocios, casi todos. Cajeros, tiendas de alimentaci車n como la de Pir芍mides, el kiosko Rock and Chuches en Pontones, donde vend赤an aquellas aceitunas, las mejores del barrio. Primero fue el Museo, septiembre. Despu谷s el 1903, noviembre. La tienda, diciembre. El Doblete no abri車 tras el verano.

All赤 donde estaba la Cl赤nica dental ATM hay un cartel, Disponible, y obras dentro: va a abrir una Farmacia. Al lado resiste Edu como Asterix, irreductible galo, con su Chisc車n de la Ribera. Solo dos bares siguen abiertos. Uno es 谷ste, es el suyo.
Los empleados de las oficinas del club que a迆n quedan se mudar芍n a partir de septiembre. El plan es que la demolici車n del campo sea en 2019. Y por fases, sin dinamita, por la M-30 que transcurre debajo y que sigue su ir y venir, como si nada hubiese cambiado.
Para actos privados, para un documental y una serie de un equipo ficticio de f迆tbol de Le車n, para que entrenara el Atleti B, para eso se ha usado el campo estos meses. Su c谷sped sigue cuidado, los asientos en su sitio mientras la vida que hab赤a va desapareciendo, o transform芍ndose. Porque Jes迆s Gil, consejero delegado de Gilmar, la inmobiliaria en sus bajos todav赤a, lleva la cuenta de c車mo los locales enseguida se arriendan, los pisos suben. ※La zona es de las mejores de Madrid. Todo el mundo quiere estar aqu赤§. Una revalorizaci車n por lo que vendr芍, m芍s Madrid R赤o cuando pase este impas y la gr迆a termine por llevarse el estadio.
Sobreviven las autoescuelas, las fruter赤as, aquellos negocios no vinculados al f迆tbol que se abrazan a la rutina sin sobresaltos que dej車 la marcha del Atleti, pulso de barrio normal. Lo visitan sobre todo extranjeros. Edu desde sus ventanas lo ve. Ellos no tienen la posibilidad de verlo al conducir por la M-30, lo incluyen en sus gu赤as de la ciudad. Como si siguieran esperando los partidos que ya nunca ser芍n en su c谷sped. Ese que sigue ah赤, perfecto, y sobre el que alguna ma?ana todav赤a, hay d赤as, se oye el ruido de la sopladora.