Sufriendo pero en semifinales
El Atl谷tico elimina al Sporting tras sufrir de lo lindo en Lisboa con el gol de Montero. Griezmann perdon車 al final. Costa se lesion車 y le supli車 Torres.
La esencia rojiblanca qued車 sobre la hierba del Jos谷 Alvalade. Porque nadie sufrir como el Atleti, sobrevivir en el alambre. Es semifinalista pero tembl車, tembl車 mucho en Lisboa, ante un gran Sporting. Estaba en el aire, en la semana europea, en esos tres minutos finales en los que el Sporting s車lo era balones colgados sobrevolando a Oblak. Buscaba ese gol, el de la pr車rroga, ante un Atleti tembloroso. Lo intentaba Petrovic, Doumbia o Fernandes. Pero una vez el bal車n se fue fuera. Y otras, se top車 con Sa迆l, con Savic, con God赤n, hasta que el 芍rbitro pit車 y los tres pudieron volver a respirar. Eran semifinalistas. Cu芍nto hab赤a costado.
Desde el t迆nel salieron los dos equipos formados como ej谷rcitos. El Sporting sobre todo. Rui Patricio iba primero. Nada de bromas, pensando s車lo en el bal車n. Jorge Jes迆s reforz車 su equipo desde la alineaci車n. Quer赤a control, un tercer central, Pinto, por si a Coates y a Mathieu les daba por el show, como en el Metropolitano. S車lo hab赤a una manera de espantar la tormenta, no la que ca赤a del cielo la otra, la del palco, desde el f迆tbol, con una remontada.
Desde el primer bal車n, busc車 el gol r芍pido. Agarrado a la bota de Gelson Martins, cada uno de sus eslalon era un latigazo, un miedo, un agujero. Avis車 el Sporting, con un remate de Acu?a que buscaba la escuadra y respondi車 Costa con un cabezazo en plancha que se fue a un palmo del palo y result車 estrella fugaz: tardar赤a el Atleti en volver por all赤. El Jos谷 Alvalade se sent赤a Roma, se sent赤a Madrid. Golpe a golpe, contra a contra, con autoridad, el Sporting fue encerrando a los rojiblancos. Coates quiso ser Manolas con un cabezazo que buscaba red, el miedo en cuerpo rojiblanco, pero esa la salv車 Oblak. Se suspendi車 en el aire para sacarla con la yema de los dedos. Su mano milagrosa de cada partido. Ante sus ojos, su equipo se hab赤a deshecho bajo la lluvia. Sin chispa ni contras. Sin asistencias de Koke, sin control de Gabi, sin remates de Costa, sin juego de Grizi, fiado s車lo a la guarida de sus guantes.
Esos mismos a los que Fredy Montero les encontr車 un resquicio. Fue despu谷s de que Jorge Jes迆s perdiera a Mathieu, y Lucas un golpe en el p車mulo que en el descanso le dejar赤a bajo la ducha. Fue despu谷s de que Acu?a se hiciera el en谷simo llavero con Juanfran: Oblak fall車 por alto y Montero cabece車 en el segundo palo mientras Sa迆l y Savic se miraban. El marcador confirmaba el juego. El Atleti era un equipo atemorizado, miedoso y pobre, ante un Sporting agigantado sobre las recuperaciones de Bruno Fernandes y los pasillos que Acu?a encontraba a la espalda de Juanfran. Nueve veces le dispar車 a Oblak s車lo en la primera parte. Nueve. Cuando el descanso lleg車, el Atleti se abalanz車 sobre 谷l como el sediento sobre un vaso de agua.
El reposo, sin embargo, no trajo buenas noticias. En la caseta se qued車 Lucas: Vrsaljko saltaba como lateral derecho. Al rato, Costa ca赤a al suelo v赤ctima de una maldici車n, la de Lisboa: sent赤a un pinchazo, ped赤a el cambio y Torres pisar赤a la hierba para llenarla de chispazos. Pero fue Grizi quien la tuvo, por dos veces, con dos mano a mano, para revivir en los dos la final de la Eurocopa ante Rui Patricio. Esa impotencia. En uno pens車 demasiado y le estamp車 el bal車n en el cuerpo. Otro, lo envi車 fuera. Tocaba seguir sufriendo. Mirar el reloj, de reojo, mientras los segundos se pasaban como si fuesen a?os y el Sporting le buscaba m芍s resquicios a los guantes de Oblak, con el 芍cido l芍ctico ya mordi谷ndole las piernas.
Todo pod赤a pasar. Simeone pod赤a imaginar el abismo en los minutos finales mientras corr赤a el Sporting, ante sus ojos, con el reloj en la mano, se?or de los balones colgados, con m芍s coraz車n que cabeza. Pero Petrovic mand車 fuera. Y Doumbia top車 con Sa迆l y Fernandes con Savic y God赤n. Y cuando los rojiblancos recuperaban la respiraci車n, con el silbido del 芍rbitro, su equipo era semifinalista.