Del p¨¢nico a las semis
Un penalti transformado por Cristiano en el 93' clasific¨® al Madrid en una atm¨®sfera angustiosa. La Juventus lleg¨® a igualar la eliminatoria. Buffon fue expulsado.
Qued¨® un partido para la historia y un lance del que se hablar¨¢ d¨¦cadas en Italia. La Juventus alcanz¨® su sue?o imposible y por ¨¦l pase¨® durante media hora ante un Madrid acobardado. Pero el Madrid volvi¨®. El Madrid siempre vuelve. Y se procur¨® un penalti en el minuto 93, otra vez en el 93, que pareci¨® claro pero que a la Juve le result¨® un castigo insoportable. Perdi¨® la cabeza por el incre¨ªble esfuerzo anterior, por el minuto del lance y por un orgullo que no le cabe en el cuerpo. Cristiano agarr¨® el salvavidas, acab¨® con hora y media de angustia y acerc¨® al Madrid a la Decimotercera.
El f¨²tbol es una cosa estupenda, una suerte de Disneyworld que permite fantasear con lo posible y lo imposible, que cada d¨ªa rompe una barrera. Esa eterna incertidumbre del f¨²tbol, abrazado siempre a lo imprevisto, se llev¨® al Madrid por delante de un modo casi ins¨®lito. Porque la debacle del Bar?a le hab¨ªa hecho a Zidane la campa?a prepartido. Al equipo no le lleg¨®. A los dos minutos ya estaba con el agua al cuello y antes del primer cuarto de hora la Juventus, quiz¨¢ el equipo con la piel m¨¢s gruesa de Europa, le hab¨ªa creado oportunidades para igualar la eliminatoria. El gigantesco 0-3 de Tur¨ªn fue empeque?eci¨¦ndose por el error de c¨¢lculo del Madrid y por dos factores mal calibrados en la pizarra.
Allegri meti¨® a Douglas Costa por la derecha, flanco de Marcelo por el que blandea el Madrid. Ese complejo vitam¨ªnico de Allegri desarm¨® al equipo blanco. Nadie ayud¨® a Marcelo ante aquel galgo diab¨®lico. Y al otro lado, Carvajal hubo de bailar con Mandzukic, un escolta frente un ala pivot. En dos cabezazos el croata puso al Madrid al borde del ataque de nervios.
Zidane ten¨ªa otro partido en la cabeza. Intu¨ªa una Juventus a la desesperada obligada a jugar a lo que no le gusta porque es m¨¢s equipo de abrigarse que de descamisarse. Por ah¨ª se ahorr¨® a Benzema, que parec¨ªa tener la consideraci¨®n de reserva de la biosfera, para meter a Bale, que entre lesi¨®n y lesi¨®n ofrece una ingente cantidad de goles y m¨¢s si la apuesta es al espacio. Pero Bale no es ese gran tibur¨®n blanco que un d¨ªa habr¨ªa de sentarse en el trono de Cristiano. Y Allegri se cuid¨® de invitar al Madrid a arreglar esto al sprint.
As¨ª que el Madrid, con el marcador en contra y consumido por los nervios, no supo sobreponerse al contratiempo. Un mal entorno para Vallejo, obligado a hacer una mili en hora y media. Arriba la cosa no fue mejor. La Juve supo tapar a Cristiano e Isco no acert¨® a sacar provecho a su condici¨®n de llegador. Buffon le sac¨® un mano a mano que pudo tener efecto tranquilizante y al borde del descanso, con el 0-2 apuntando a la sien del Madrid, Varane estrell¨® un cabezazo en el larguero.
Cambio total
La angustia se hizo insoportable en el descanso. Sin m¨¢s esperas, Zidane meti¨® a Lucas V¨¢zquez y Asensio, jugadores del pueblo, para protegerse con un 4-4-1-1 y dar escolta a sus laterales. De un plumazo se obr¨® la sucesi¨®n: Bale y Benzema fuera de la maniobra de reanimaci¨®n. Un error grav¨ªsimo de Keylor le rest¨® el efecto y convirti¨® el Bernab¨¦u en la habitaci¨®n del p¨¢nico.
A partir de ah¨ª la Juve volvi¨® a ser la Juve. Se atrincher¨® y esper¨®, manej¨® con fundamento la idea de la pr¨®rroga y le entreg¨® el mando al Madrid, que aun asustado y sin Modric, que se fue tocado, pero con Isco revitalizado disfrut¨® de tres grandes ocasiones, pero para entonces Buffon estaba ya en modo leyenda. El homenaje que le preparaba el Bernab¨¦u se lo estaba dando ¨¦l mismo. Y entonces lleg¨® el estruendo. Fue en el minuto 93, que tendr¨¢n que grabar en el escudo del club. Cristiano le gan¨® el salto a Alex Sandro y dej¨® el bal¨®n muerto a Lucas V¨¢zquez y cuando este se dispon¨ªa a fusilar Benatia le empuj¨® por detr¨¢s. Penalti y ataque de locura colectiva en la Juventus. Oliver expuls¨® a Buffon, que se despidi¨® entre gritos, de la peor manera posible, y Cristiano salv¨® el pasaporte a semifinales. El ataque de p¨¢nico del Madrid acab¨® en ataque de nervios de la Juve, que hab¨ªa rozado el cielo para acabar cayendo al vac¨ªo. Y en el Bernab¨¦u quedaron un susto y una lecci¨®n.