Racing, a¨²n eres gigante

Centenario y orgulloso, el Real Racing Club de Santander le dio a su sufrida afici¨®n un buen motivo para no abandonar la causa. De manera insospechada, el modest¨ªsimo equipo de Paco Fern¨¢ndez volte¨® la eliminatoria y convirti¨® el S¨¢nchez Pizju¨¢n en una tumba. Cay¨® el Sevilla, campe¨®n en 2010 y equipo de buena tradici¨®n copera pero empeque?ecido por un club de momentos y, ojo, dos veces semifinalista en los ¨²ltimos seis a?os. Se cumpl¨ªan cinco a?os de la victoria del Racing ante el Manchester City el d¨ªa que toc¨® techo en Europa. Como s quisiese demostrarse que a¨²n conserva esencias del club se?or que Ali Syed convirti¨® en tierra quemada, los c¨¢ntabros lo hicieron: la haza?a.

El Sevilla, para quien la eliminaci¨®n supone un terremoto de efectos a¨²n desconocidos, entr¨® en estado de p¨¢nico en el minuto 63, cuando M¡¯Bi¨¢, torpe y fuera de sitio, arroll¨® al luchador Mariano en el ¨¢rea. Escudero Mar¨ªn expuls¨® al camerun¨¦s y Migu¨¦lez marc¨® el penalti. El escenario, sorprendente, dejaba al Racing a un gol de la clasificaci¨®n y al Sevilla con uno menos lamentando no haber hecho un poquito m¨¢s la hora anterior, cuando fue un equipo perezoso y especulador. Emery anunci¨® en la v¨ªspera un Sevilla respetuso con la competici¨®n y motivado, pero trampe¨® con el once y pronto descubri¨® las miserias de su equipo cuando no est¨¢n los mejores. Un n¨¢ufrago sin br¨²jula con Crist¨®foro e Iborra en el medio. Dos jugadores plan¨ªsimos y de creatividad nula que animaron al Racing a atacarlo con sus dos gacelas negras. Ayina y Kon¨¦ se aprovecharon del fabuloso trabajo sucio de Mariano y se asomaron de puntillas a Javi Varas. El Sevilla encontr¨® a Rusescu al filo de descanso. Sotres se agigant¨® y el rumano, de buenas ideas pero escaso talento en la ejecuci¨®n, defini¨® como los delanteros del mont¨®n: al bulto.

El Racing se tir¨® admirablemente sin paraca¨ªdas en la segunda parte y el supuesto equilibrio nervionense se demostr¨® como una farsa en la jugada del penalti. El Sevilla se puso a temblar pero tuvo un arre¨®n de cierta dignidad. Sotres volvi¨® a salvar el partido en un remate de Cala que iba directo al gol. Emery hab¨ªa intentado arreglarlo con Bacca, pero tambi¨¦n dio minutos a Carlos Fern¨¢ndez, un filial que no estaba preparado para ese inesperado estr¨¦s.

La valent¨ªa del Racing en los ¨²ltimos minutos fue emotiva. Un club intervenido, fiscalizado, sin m¨¢s medios para sobrevivir que el orgullo de su gente, lanzado seguramente por su historia. Y apareci¨® Kon¨¦, el futbolista que un d¨ªa cualquiera apareci¨® por La Albericia con unas botas y le pidi¨® a Miguel ?ngel Portugal que le dejase entrenar. ?l apuntill¨® al Sevilla en la hora de los h¨¦roes, el 90¡¯. Centenario Racing, a¨²n eres gigante.