Manola, la hincha del Deportivo de 104 a?os que super¨® la COVID-19 como si tuviese quince
La mujer contrajo el coronavirus en octubre de 2020 en la residencia de Cambre donde vive, pero apenas tuvo algo de fiebre durante unos d¨ªas.
Cuando Manuela Sanjos¨¦?naci¨®, hace 104 a?os, el f¨²tbol era un deporte para hombres. Pero ella siempre se las ingeniaba para escaparse a ver jugar al equipo de su tierra y de sus amores: el RC Deportivo de La Coru?a, que lleg¨® a rendirle homenaje. Manola, as¨ª la llaman sus seres queridos, era una joven p¨ªcara que no pensaba achantarse contra nadie, como tampoco se achant¨® cuando se contagi¨® de COVID-19 el pasado mes de octubre.
Contrajo el virus en la residencia de Cambre donde vive desde 2013, pero gan¨® el partido con facilidad: sin vacuna y sin pisar el hospital. Al ser la persona m¨¢s mayor del lugar, todos temieron por su vida cuando se infect¨®. ¡°Nos preparamos para todo lo que pudiese pasar, porque al tener el virus la situaci¨®n era bastante complicada¡±, explican desde all¨ª a La Voz de Galicia. Pero Manola, que dio positivo en varias PCR, solo tuvo algo de febr¨ªcula al principio y fiebre durante varios d¨ªas hasta que dio negativo. Tras su aislamiento, volvi¨® con sus compa?eros, con quienes se encuentra ahora ya vacunada.
Homenaje del Deportivo
Su nieta Susana cuenta que a su abuela le encantaba bailar y que se cas¨® con Fernando cuando era joven, con quien trabaj¨® duramente toda la vida en el muelle coru?¨¦s. Eso s¨ª, hab¨ªa dos momentos a la semana que Manola no pod¨ªa perdonar. Los viernes ten¨ªa que hacerse la manicura e ir a la peluquer¨ªa, mientras que los domingos acud¨ªa sin excepci¨®n a animar a su querido Deportivo. Con el tiempo, se convirti¨® en una de las socias m¨¢s antiguas, con lo que el club la homenaje¨® en el a?o 2.000. ¡°Cuando el Depor gan¨® la liga se puso como loca, mi hermano y yo la fuimos a buscar y se vino a Cuatro Caminos a festejarlo¡±, cuenta Susana.
Adem¨¢s de por su pasi¨®n futbolera, esta mujer se caracteriza tambi¨¦n por su fortaleza. La vida le asest¨® uno de los golpes m¨¢s duros, el fallecimiento de su hijo. Tambi¨¦n perdi¨® despu¨¦s a su marido. Tuvo que reponerse y sigui¨® viviendo sola en su casa, un tercer piso sin ascensor de la glorieta de la Paz coru?esa, aunque con sus nietos muy pendientes de ella. Hasta los 97 a?os estuvo subiendo y bajando las escaleras de las tres plantas. Finalmente, en 2013 se mud¨® a la residencia donde est¨¢ ahora y en la que ha vuelto a mostrar su tremenda fortaleza y sus ganas de vivir.