Europa vive sus peores d¨ªas de la COVID-19 desde el comienzo de la segunda ola y en China ya viven con absoluta normalidad. Este fin de semana se habr¨ªan celebrado en todo el mundo las tradicionales fiestas de ¡®Halloween¡¯, pero solo en el pa¨ªs asi¨¢tico han podido llevarse a cabo este tipo de actividades.

Fueron los primeros en empezar con el terrible virus y ahora son tambi¨¦n los primeros en recuperar la normalidad. Desde hace semanas, en China no se teme por la enfermedad, aunque hay quien se?ala a un posible ocultamiento de datos por parte del Gobierno chino. Esto es lo que piensa Li-Meng Yan, la vir¨®loga que escap¨® de China por arremeter contra la creaci¨®n del coronavirus.

24 positivos notificados

En los ¨²ltimos d¨ªas, el pa¨ªs asi¨¢tico tan solo ha notificado 24 nuevos positivos, 21 de ellos importados, y ning¨²n fallecimiento. Estas cifras desentonan con el resto del mundo y llevan a la reflexi¨®n, ya que desde hace meses se han visto im¨¢genes de fiestas multitudinarias en el pa¨ªs, en concreto en Wuhan, epicentro de la enfermedad.

La mascarilla sigue siendo obligatoria, pero no todos los ciudadanos cumplen a rajatabla la normativa correcta de su uso. Incluso en las im¨¢genes de las fiestas se han visto fotos y v¨ªdeos de j¨®venes que ni siquiera llevaban el elemento de protecci¨®n facial sobre su rostro.

Sin restricciones

Las restricciones son ya pr¨¢cticamente nulas y todos los restaurantes est¨¢n abiertos y sin l¨ªmites de aforo. Lo mismo ocurre con todos los lugares tur¨ªsticos, a los que los visitantes pueden entrar sin ning¨²n tipo de aforo ni restricci¨®n.

Estrategia basada en disciplina y control

Algunos expertos explican que esta situaci¨®n de nueva normalidad se debe a la estricta estrategia que China llev¨® a cabo para acabar con la COVID-19, en especial en Wuhan. Las autoridades china se?alan que, en estos momentos, el epicentro de la pandemia es el lugar m¨¢s seguro de todo el pa¨ªs.

Entre otras medidas, el Gobierno del pa¨ªs tom¨® el control sobre todos los ciudadanos dej¨¢ndoles pr¨¢cticamente sin libertad. Si alguien sal¨ªa del hogar sin ning¨²n tipo de justificaci¨®n, era considerado criminal y pod¨ªa incluso ser detenido. Se vivieron situaciones extremas tambi¨¦n en las calles, donde individuos con EPIs dejaron im¨¢genes capturando a personas sospechosas de tener el virus con redes. En definitiva, un control muy elevado al que ninguna otra naci¨®n se ha planteado llegar, pero que puede haber sido la clave del ¨¦xito para acabar con la enfermedad.