Un brote de langostas "sin precedentes" se cierne sobre el ?frica subsahariana desde principios de a?o y se junta ahora con el avance del coronavirus (m¨¢s de 19.000 casos y 1.000 muertes), formando una entente que amenaza con devastar un continente ya de por s¨ª expuesto a la tragedia generalizada de la pobreza y el hambre.

Los enjambres que en enero cruzaron al cuerno de ?frica tienen su origen en Yemen y otras zonas de la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga. Suman cientos de millones de ejemplares y pueden llegar a ocupar superficies de kil¨®metros cuadrados con una vasta densidad, devorando cultivos (hasta 200 toneladas al d¨ªa) a su paso con una capacidad de desplazamiento de hasta 150 kil¨®metros diarios. Son "una amenaza de dimensi¨®n internacional" para la seguridad alimentaria seg¨²n la FAO, la Organizaci¨®n de la ONU para la Alimentaci¨®n y la Agricultura, y un drama para pa¨ªses como Kenia, Somalia o Etop¨ªa, que llevan meses luchando contra estos insectos. 

Como la generada por el coronavirus, esta es una crisis "in¨¦dita". Para atajarla la FAO, que a¨²n no califica el suceso como plaga, estima necesarios unos fondos de 138 millones de d¨®lares, de los que s¨®lo se hab¨ªan recaudado a mediados de marzo 69. Y los necesita urgentemente, pues en las ¨²ltimas semanas las langostas ya han alcanzado Uganda, Eritrea, Yibuti, Tanzania, Sud¨¢n, Sud¨¢n del Sur y Egipto. 

El cambio clim¨¢tico facilita su reproducci¨®n

Una vez m¨¢s, los humanos tenemos algo que ver en el problema. El cambio clim¨¢tico ha generado las condiciones id¨®neas para la reproducci¨®n de estos seres vivos por dos razones. La multiplicaci¨®n de fen¨®menos meteorol¨®gicos es una. Dos ciclones tropicales seguidos cruzaron el oc¨¦ano ¨ªndico en 2018 y otros ocho en 2019, desatando lluvias torrenciales que dejaron el suelo h¨²medo en zonas como el desierto de Rub al-Jali, uno de los lugares m¨¢s inh¨®spitos de la tierra. As¨ª se convirti¨® en el caldo de cultivo perfecto para los huevos de langosta. "All¨ª, las langostas pueden reproducirse y reproducirse libremente. En nueve meses nacieron tres generaciones, lo que provoc¨® que el n¨²mero de insectos aumentara 8.000 veces", opina en El Pa¨ªs Keith Cressman, investigador principal de la FAO.

Una vez en ?frica se produjo el segundo factor clave: una estaci¨®n de lluvias inusual en 2019, con otro cicl¨®n incluido, que sigui¨® fomentando su multiplicaci¨®n. "El a?o 2019 ha sido muy inusual. Por lo general, la lluvia a mediados de diciembre se detiene, pero hoy vemos que en enero sigue lloviendo lo que ha fomentado este brote. En general, todo el Cuerno de ?frica ha vivido la estaci¨®n de lluvias m¨¢s h¨²meda de los ¨²ltimos 40 a?os", se?al¨® al mismo diario en enero Guleid Artan, director del Centro de Aplicaciones y Predicci¨®n Clim¨¢tica (ICPAC). 

Qu¨¦ hacer

Combatir la plaga no requiere de medidas muy complejas, pero s¨ª de la coordinaci¨®n y cooperaci¨®n internacional en pa¨ªses con escasos recursos. Hay que llevar a cabo fumigaciones a¨¦reas y terrestres, para lo que se necesitan medios y dinero. Kenia y Etiop¨ªa ya empezaron a hacerlo en enero, pero en pa¨ªses como Somalia, o Sud¨¢n del Sur, en los que hay zonas que se escapan al control del gobierno y est¨¢n ocupadas por grupos insurgentes, ser¨¢ dif¨ªcil combatir a las langostas sin la ayuda de pa¨ªses extranjeros. 

Como en casi cualquier reto, tambi¨¦n se necesita una parte de suerte. En este caso, que el clima deje de favorecer el ciclo reproductivo. "La evoluci¨®n del brote depende del ¨¦xito de las operaciones de control actuales, su escalamiento r¨¢pido y oportuno y si el clima sigue siendo favorable para las langostas. En el peor de los casos (si tenemos un control deficiente y un clima favorable continuo), el brote se podr¨ªa convertir en plaga a finales de 2020", asegura Cressman. En juego est¨¢ el pan de millones de personas que ya sufr¨ªan malnutrici¨®n y, por si fuera poco, tambi¨¦n podr¨ªan tener que lidiar con una epidemia de coronavirus en sus pa¨ªses. .