Philipsen se siente en casa
El belga de 22 a?os se impuso al esprint en Puebla de Sanabria en la etapa m¨¢s larga de la Vuelta, sobre 231 km, con fr¨ªo, lluvia y cinco cotas.
Puebla de Sanabria acogi¨® la 15? etapa de la Vuelta a Espa?a, pero bien podr¨ªa haber sido una cl¨¢sica del norte. Por kilometraje: 231 kil¨®metros. Por trazado: cinco cotas de tercera categor¨ªa. Y por el clima: lluvia y fr¨ªo zamoranos, viento de cara... Un escenario perfecto para que ganara un belga: Jasper Philipsen.
La etapa repiti¨® el guion del d¨ªa anterior, pero cambi¨® el desenlace. El recorrido m¨¢s largo de la Vuelta invitaba a una escapada numerosa y consentida por el pelot¨®n. Se cumpli¨® lo primero, con un selecto grupo de 13 corredores que conform¨® otra fuga cinco estrellas, pero no lo segundo. Con la escapada a 5:45 minutos, atr¨¢s se pusieron a trabajar el Bora, el NTT y el Trek, que redujeron la ventaja a 40 segundos. La caza parec¨ªa condenada¡ Pero no iba a ser tan f¨¢cil.
A una treintena de kil¨®metros arreci¨® la lluvia, anunciada poco antes por un ventarr¨®n que coloc¨® el pelot¨®n en fila india. La carrera cambi¨® de ruta, entr¨® en una carretera secundaria, m¨¢s rasgada, en direcci¨®n al Alto de Padornelo, que se coronaba a 19 km de la meta. Un infierno sobre ruedas. Una cl¨¢sica del norte. Una jornada terrible. Ah¨ª se sinti¨® fuerte Mattia Cattaneo, con piernas de rodador, y abandon¨® a sus compa?eros de aventura.
Entre ellos hac¨ªa rato que no figuraba Tim Wellens, el ganador de la etapa anterior en Ourense, que prob¨® fortuna por segundo d¨ªa consecutivo, pero comprob¨® que las piernas no son infinitas y se dej¨® caer. No se sinti¨® con fuerzas para remachar su tercera victoria. Y ya tampoco ten¨ªa posibilidad de luchar por la Monta?a, que este jueves asegur¨® matem¨¢ticamente el fil¨®sofo Guillaume Martin, un d¨ªa m¨¢s presente en la escapada. As¨ª se gana el premio al mejor escalador.
El pedaleo de Cattaneo, primero contra unos fugados liderados por Luis Le¨®n, que buscaba la oportunidad para el veloz Alex Aranburu, y despu¨¦s contra el pelot¨®n, que segu¨ªa empe?ado en no regalar nada, tuvo visos de ganador. Fue una ilusi¨®n. El tramo final, desfavorable para un hombre solo, mostr¨® las fauces de los lobos a la caza del corzo, animales frecuentes por estos pagos sanabreses. La presa sucumbi¨® justo al l¨ªmite de una l¨ªnea imaginaria en la que el jurado decidi¨® contabilizar los tiempos, para evitar el peligro de una mancha de aceite en la zona urbana. A tres kil¨®metros de la meta s¨®lo se compet¨ªa por el triunfo.
De repente, una etapa que estaba se?alada para los aventureros, para esos lobos cazaetapas, asiduos de las escapadas, y que incluso se especul¨® para una batalla entre los l¨ªderes, esos lobos de las clasificaciones generales, se convirti¨® en un esprint masivo, donde los lobos de la ¨²ltima recta, los amantes de la velocidad y de las cl¨¢sicas, impusieron su ley. Gan¨® Jasper Philipsen, un belga de 22 a?os, otro joven prometedor del UAE, que ya hab¨ªa sido segundo en Ejea de los Caballeros, en el cuarto d¨ªa de competici¨®n. Esta vez no hubo ning¨²n Sam Bennett que se entrometiera en su camino. Esta vez consum¨® la caza en su primera grande