El Cascarilla se hizo grande
?scar Pereiro, originario de Mos, recibi¨® la oportunidad de su vida gracias a otro gallego, ?lvaro Pino, de Ponteareas. El Casca acab¨® ganando un Tour.
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?scar Pereiro S¨ªo, gallego de Mos, recibi¨® en diciembre de 2001 una llamada de ?lvaro Pino, paisano de Ponteareas, que le cambi¨® la vida para siempre. Pereiro llevaba dos a?os como profesional en Portugal, en el Porta da Ravessa, ya casi desesperado, a punto de tirar la toalla, cuando Pino le ofreci¨® un contrato en el nuevo Phonak. Un equipazo. Despu¨¦s de colgar, ?scar, con el coche en la cuneta, se abraz¨® a su pareja, Mar¨ªa. Y se ech¨® a llorar.
Pino, ganador de la Vuelta a Espa?a en 1986, se hizo ciclista en el Club Spol de Porri?o, una localidad cercana a Ponteareas. Y tambi¨¦n a Mos. Las tres se recorren en la etapa de hoy, como un hilo conductor de esta historia. En ese lugar tambi¨¦n fue popular, una d¨¦cada despu¨¦s, un menudo ciclista que andaba todo el d¨ªa saltando escaleras, al que llamaban el Cascarilla, porque era muy peque?o, med¨ªa 1,50 y pesaba 38 kilos, y aprovechaba sus dotes de acr¨®bata para sacarse unas perras con exhibiciones de trials¨ªn en discotecas junto a su colega Nandito.
A los 17 a?os, aquel Cascarilla, el Casca, peg¨® un estir¨®n a 1,78 y 65 kilos. Y tambi¨¦n creci¨® como ciclista. Hasta hacerse grande. En su primer a?o con el Phonak, en 2002, Pereiro fue 11? en el Giro. En 2003 gan¨® la etapa reina de Suiza. En 2004 entr¨® en el top-10 del Tour: noveno. Y en 2005 repiti¨® esa plaza en Francia, pero a?adi¨® una etapa en Pau y la Combatividad. Una gran actuaci¨®n que, sin embargo, en nada hac¨ªa presagiar que al a?o siguiente iba a ganar el Tour. Por descalificaci¨®n de Floyd Landis, por una escapada bid¨®n¡ Pero ah¨ª figura: en su palmar¨¦s.
Aquellas habilidades le salvaron de m¨¢s de una ca¨ªda, pero no pudieron evitar su vuelo por un terrapl¨¦n en el Tour dos a?os despu¨¦s de su gran ¨¦xito. Una cicatriz en el brazo izquierdo se lo recuerdan junto a un tatuaje: Colle de Agnello 2008. Aquel d¨ªa, alg¨²n compa?ero del Caisse d¡¯Epargne rompi¨® a llorar cuando le vio en el suelo. Volvi¨® a nacer. El Cascarilla ha tenido muchas vidas¡