Roglic tiene bajo control una Vuelta avivada por Colombia

Sergio Andr¨¦s Higuita Garc¨ªa mide 1,63 y pesa poco m¨¢s de 50 kilos. Un cuerpo pluma para un escalador que este jueves vol¨® por los puertos de Guadarrama, como manda la tradici¨®n colombiana. Su cara risue?a, jovial, con rasgos reci¨¦n salidos de la adolescencia, anuncia a un ciclista de 22 a?os, otro valor de esa nueva hornada del pelot¨®n que ha volteado las viejas teor¨ªas sobre la edad ideal para triunfar en el ciclismo. Higuita no s¨®lo sube, tambi¨¦n baja. Y es capaz de hacerlo a velocidades de 90 km/h, como marcaba su veloc¨ªmetro cuando descend¨ªa de Cotos hacia Becerril de la Sierra para sellar su primera victoria en una grande, en la primera grande su vida.

Higuita atac¨® en el segundo paso por La Morcuera, por la vertiente dura, a m¨¢s de 50 kil¨®metros de la meta. Durante su galopada pudo ver una bandera de Sud¨¢frica, que animaba a Louis Meintjes, otro de los 13 aventureros que integraron la fuga del d¨ªa. Tambi¨¦n las ense?as de Eslovenia, que jalean a Primoz Roglic camino de su victoria en la Vuelta y a Tadej Pogacar, ese otro pipiolo de 20 a?os que ya lleva dos triunfos de etapa. Pero los colores que m¨¢s divis¨® el menudo ciclista de Medell¨ªn fueron los de su pa¨ªs, Colombia.

Los aficionados colombianos volvieron felices a casa, orgullosos de los suyos, que coparon el protagonismo en un escenario cl¨¢sico del ciclismo espa?ol: Navacerrada, La Morcuera y Cotos. Higuita entr¨® en el corte en busca de una alegr¨ªa para el Education First, un equipo zarandeado por las ca¨ªdas, despu¨¦s de haber visto a su l¨ªder, Rigoberto Ur¨¢n, "sepultado por otros diez ciclistas" en la sexta etapa, un terrible accidente que le quebr¨® varios huesos y le perfor¨® un pulm¨®n. Rigo, a¨²n en la cama, celebr¨® la victoria: "Gracias a mi parcero Higuita, qu¨¦ buen momento he pasado en la cl¨ªnica".

Por eso Higuita carg¨® en la escapada con varias mochilas, con el peso de todo un pa¨ªs, de un equipo golpeado por los infortunios, y de su propio futuro. Por eso se centr¨® en cada trazada de ese descenso desde Navacerrada, en esas rectas m¨¢s aptas para potentes rodadores que para livianos escaladores. Detr¨¢s apretaba otro colombiano, Miguel ?ngel L¨®pez, Superman, otro incansable h¨¦roe que no se conforma con la clasificaci¨®n actual. El ciclismo es un reto diario.

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L¨®pez arroj¨® su primer ataque en La Morcuera y logr¨® ara?ar una veintena de segundos. Por delante le esperaba Omar Fraile, otro del grupo de 13, una pieza t¨¢ctica para relanzar a su jefe. Roglic tambi¨¦n par¨® a su pe¨®n, Powless, para apagar el fuego. Superman regres¨® al redil, pero no se rindi¨®. En Cotos volvi¨® a probar, y ah¨ª ya cayeron frutos. Se descolgaron Pogacar, con quien se juega el maillot blanco, y su compatriota Nairo Quintana, a quien quiere sacar del podio.

Superman subi¨® y baj¨® con Roglic, Alejandro Valverde y Rafal Majka, sin recibir ning¨²n relevo solidario. Al maillot rojo se lo pidi¨® expresamente: "Acu¨¦rdate de nuestra ayuda el d¨ªa del viento". Roglic no quiso acordarse, mir¨® a otro lado. Tampoco se anim¨® Valverde, que ten¨ªa la etapa a tiro, pero tambi¨¦n a su compa?ero Nairo Quintana penando por detr¨¢s.

Fue un pulso de tres colombianos, sin ayuda de nadie, s¨®lo del aliento de esas banderas al filo de la carretera. Higuita pedaleaba por la etapa. Y la conquist¨®. L¨®pez luchaba por retornar al podio. Y se qued¨® a 46 segundos, despu¨¦s de desbancar a Pogacar de la cuarta plaza. Quintana se defend¨ªa por no bajarse del caj¨®n. Y ahora es tercero. Mientras tanto, con la Vuelta a Espa?a encendida por Colombia, un esloveno se frota las manos. Sigue con el maillot rojo enfundado. Y ya resta un d¨ªa menos.