Ciclismo | Tour de Francia 2011 | 18? etapa
Se?or Schleck
Fabulosa exhibici¨®n de Andy y desfallecimiento de Contador
Pongan una buena m¨²sica con la ¨²nica condici¨®n de que sea triste. H¨¢ganse fuertes en un asiento apartado y c¨®modo, s¨ªrvanse una copa cargadita de nostalgia y disfruten de la derrota. Otro ganar¨¢ el Tour. Andy o Evans, tampoco descarten a Voeckler. Ni siquiera a Frank. Pero otro. La que hab¨ªa sido nuestra casa de verano en los ¨²ltimos cinco a?os cambia de manos y toca entregar las llaves. En cierto modo es como perder un amor; un amor¨ªo si lo prefieren, molesta igual. Es curioso c¨®mo el deporte nos devuelve a los sentimientos de la adolescencia, cuando todo resultaba desgarrador y exagerado, aunque se curara en dos d¨ªas, quiz¨¢ tres.
As¨ª estamos unos cuantos. Los hay que optar¨¢n por apartar la mirada y desde hoy se exiliar¨¢n melanc¨®licamente en la telenovela o en la siesta. Otros seguiremos observando, dispuestos a completar el protocolo de la capitulaci¨®n. Para empezar escribiremos mil veces en la pizarra de nuestra conciencia (o del Twitter, lo mismo da) que los Schleck no son los Dalton; aquellos eran cuatro y de diferentes alturas. Y estos dos son grandes. Del mismo modo, haremos promesa de no menospreciar al enemigo y no sobrevalorar a los amigos; de contenci¨®n, en definitiva. Sucesivamente y en breve espacio de tiempo (dos d¨ªas, quiz¨¢ tres) romperemos cada promesa: qu¨¦ aburrido ser¨ªa no emocionarse nunca, batacazos incluidos.
Como les iba diciendo, Andy Schleck gan¨® heroicamente la etapa de ayer y Alberto Contador perdi¨® con ¨¦l 3:50, m¨¢s de un minuto y medio con el resto de los favoritos. Samuel S¨¢nchez, la otra mitad de la Santa Alianza, se dej¨® 4:42 con el vencedor. M¨¢s que un hundimiento (los barcos siguen a flote, aunque desarbolados, tablas de n¨¢ufrago), ha sido un baj¨®n. Un baj¨®n abisal.
Ahora, hechos migas, se comprende mejor el comienzo de la representaci¨®n. Contador subi¨® en las ¨²ltimas posiciones el primer puerto, Contador no respondi¨® al ataque de Andy en el Izoard, a 60 km de meta; Contador no ten¨ªa un sesudo plan, era m¨¢s simple: estaba sin fuerzas.
Otro asunto es lo de su equipo: no lo tiene. El tricampe¨®n no dispuso de m¨¢s compa?ero que Sorensen para reducir en el llano previo al Galibier la distancia que ampliaba, a cada kil¨®metro, Andy Schleck. Y exactamente para eso sirve un buen equipo, para controlar la carrera y proteger al jefe. Por esa fisura tambi¨¦n se ha escapado un buen pedazo de Tour.
Kaputt.
La ¨²ltima pista falsa fue que Contador, a 13 de meta, entrase a relevos con Evans para recortar los cuatro minutos de ventaja que ya acumulaba Andy Schleck. Fue un breve gesto de verg¨¹enza torera, pero sin conexi¨®n con la realidad. A 1,5 km de la cumbre, Contador revent¨®.
Si prodigiosa fue la ascensi¨®n del peque?o Schleck no lo result¨® menos la reacci¨®n de Evans, se?or que merece otra disculpa: usted no es un chuparruedas, es t¨ªmido. El australiano recort¨® dos minutos sin apenas un relevo y salv¨® el amarillo del extraordinario Voeckler.
En fin. Hoy se sube Alpe d'Huez. Y les dir¨¦ algo. Hoy podr¨ªa renacer Contador y reventar otro. Hoy, si resucitamos todos, volveremos a caminar a dos palmos del suelo. Preparen la colchoneta.