Yao Ming: el gigante chino que revolucion¨® la NBA

Hace m¨¢s de 20 a?os, all¨¢ por 2002, Charles Barkley se apost¨® por Kenny Smith que si Yao Ming anotaba m¨¢s de 19 puntos en un partido de la NBA, besar¨ªa el culo de un burro. El exjugador, entonces y ahora analista de televisi¨®n, siempre ha sido muy dado a lo ostentoso en lo referente a criticar o predecir un futuro que nunca llega. Y la dupla que forma con Shaquille O¡¯Neal no ha hecho m¨¢s que aumentar la cr¨ªtica al presente y la glorificaci¨®n de un pasado que para ellos siempre fue mejor. Pueden gustar m¨¢s o menos, pero la realidad es que cumplen con lo que dicen. El p¨ªvot chino se fue a 20 tantos el 17 de noviembre de ese mismo a?o, en un partido ante los Lakers en el que finaliz¨® con un perfecto 9 de 9 en tiros de campo, adem¨¢s de 2 de 2 en tiros libres. Barkley no tuvo m¨¢s remedio que besar el culo de un burro. Fue el inicio de un fen¨®meno que dur¨® siete temporadas y cuyo recuerdo todav¨ªa ondea en la mente de los aficionados. El de Yao Ming, no el de las acciones presuntuosas de Barkley. Que, por desgracia, son muchas y variadas.

La antigua estrella de los Suns (y Sixers, y Rockets...) no fue la ¨²nica que se atrevi¨® a posicionarse en contra de Ming, que naci¨® en Shangai, China, el 12 de septiembre de 1980. Fue el hijo ¨²nico (por las restricciones del pa¨ªs en la natalidad) del matrimonio entre Fengdi Fang y Yao Zhiyuan, ambos relacionados con el baloncesto, y habiendo sido su madre capitana del equipo nacional chino. Animado por sus padres, empez¨® a practicar a los 9 a?os, cuando ya era m¨¢s alto que la mayor¨ªa de los ni?os de su edad. A los 12, hab¨ªa mejorado notablemente. Con 13, ya se gan¨® un hueco en el equipo junior de los Shangai Sharks, de la CBA, con los que empez¨® a entrenar 10 horas diarias mientras se alimentaba de v¨ªdeos de su ¨ªdolo, Avrydas Sabonis, y segu¨ªa por televisi¨®n los anillos de los Rockets de 1994 y 1995, con Hakeem Olajuwon de l¨ªder y Rudy Tomjanovich en el banquillo. Con 17 a?os, pas¨® al primer equipo de los Sharks, con los que Nike firm¨® una marca para patrocinarles. La proyecci¨®n de Yao ya era muy grande, pero eran su altura y su envergadura las que asombraban al mundo.

En su etapa en los Sharks pasaron muchas cosas. Durante su segunda temporada sufri¨® su primera lesi¨®n importante en el pie, una de muchas que arrastr¨® luego durante su carrera en todo el tren inferior y que acortaron su etapa como profesional, especialmente en la NBA. Ese primer problema afect¨® a su salto vertical, m¨¢s poderoso en su juventud que posteriormente, y lo redujo en 14 cent¨ªmetros. En su tercera y cuarta campa?a como profesional, los Sharks llegaron a las finales de la CBA, perdiendo ambos a?os ante Bayi Rockets, equipo liderado por Wang Zhizhi, que a la postre se convirti¨® en el primer chino que llegar¨ªa a la NBA. Fue precisamente tras su marcha cuando la entidad de Shangai se hizo con el t¨ªtulo, ya con Yao consolidado como uno de los jugadores del presente y del futuro. El p¨ªvot anot¨® 38,9 puntos y 20,2 rebotes en esos playoffs, lanzando por encima del 75% en tiros de campo. Unos n¨²meros de otra ¨¦poca.

Era el momento de Yao, que tambi¨¦n debut¨® con la selecci¨®n china en 1999 y estuvo en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney, del a?o 2000. La NBA llamaba a la puerta y hab¨ªa que tomar una decisi¨®n. Los amagos para presentarse al draft se hab¨ªan repetido, con un intento de convencimiento en 1999 y una clara predisposici¨®n en 2001 (el de Pau Gasol), antes de que descendieran sus posibilidades en las apuestas. En 2002 se form¨® El Equipo de Yao, un conjunto de agentes y asesores chinos y estadounidenses cuyo objetivo era negociar la llegada del p¨ªvot a la mejor Liga del mundo y acabar con las trabas que quer¨ªa imponer el gobierno chino, que exig¨ªa al jugador seguir acudiendo a la llamada de la selecci¨®n y ya hab¨ªa sancionado a Wang Zhizhi por negarse a lo mismo. Finalmente, China acept¨® que Yao fuera a la NBA, pero s¨®lo si era elegido en la primera posici¨®n del draft. Algo que finalmente se cumpli¨®: los Rockets, su equipo de la infancia, fueron los encargados de apostar por sus servicios. Y la locura se apoder¨® de la NBA.

Un jugador in¨¦dito

Hubo muchas cosas an¨®malas en la llegada de Ming a la NBA. Y no por negativas, simplemente por improbables: con su selecci¨®n, el chino se convirti¨® en el primer jugador internacional sin haber pasado por la universidad estadounidense en ser seleccionado en la primera posici¨®n en la historia de la competici¨®n norteamericana. Y, cuando debut¨®, se convirti¨® en el cuarto baloncestista m¨¢s alto de la historia en hacerlo, con 2,29 cm de altura. Antes de ¨¦l, lo hicieron Gheorghe Mure?an (2,31) y Manute Bol (tambi¨¦n 2,31) y Shawn Bradley (que le superaba por mil¨ªmetros). Desde entonces, se han colado por delante de ¨¦l Tacko Fall y Slavko Vrane? (que disput¨® apenas 3 minutos con los Blazers en toda su carrera), tambi¨¦n por una diferencia irrisoria. Ming sigue siendo hoy en d¨ªa, tras m¨¢s de una d¨¦cada retirado, uno de esos profesionales que m¨¢s ha asombrado por un f¨ªsico in¨¦dito y que se caracteriz¨® r¨¢pidamente por lo gigantesco que era.

Hab¨ªa otra variable en Ming: que era chino. Parece una nimiedad, pero el aperturismo de la NBA entonces no era el mismo que ahora. Y si bien, David Stern mediante, se hab¨ªa abierto la puerta a numerosos jugadores de fuera de Estados Unidos, eran en su mayor¨ªa europeos, contaban con un bagaje asumible para la cultura norteamericana y tuvieron un r¨¢pido desarrollo, a pesar de contar tambi¨¦n con las dificultades propias de una estructura que fue endog¨¢mica y homog¨¦nea durante mucho tiempo, pero que ahora cuenta con mayores dosis de tolerancia y heterogeneidad. Eso s¨ª, Ming era chino, asi¨¢tico, un rara avis por mucho que Wang Zhizhi hubiera llegado antes. Su compatriota cont¨® con mucha menos expectaci¨®n a su llegada y nunca tuvo el protagonismo de Yao. Su llegada signific¨® un cambio en la estructura de una competici¨®n que ya hab¨ªa visto como Pau Gasol se convert¨ªa el a?o anterior en el primer europeo en ganar el Rookie del A?o. Pero, otra vez, europeo y asi¨¢tico no eran lo mismo por aquel entonces. Y la costumbre que se hab¨ªa desarrollado con unos no era lo mismo que con los otros.

Se vivieron, claro, escenas racistas, aunque minoritarias, ya que Ming despert¨® m¨¢s admiraci¨®n y curiosidad que otra cosa. Le cost¨® al principio: jug¨® su primer partido de la NBA ante los Pacers, donde captur¨® 2 rebotes y no consigui¨® anotar ning¨²n punto. La primera lleg¨® en el siguiente partido frente a los Nuggets, siendo tambi¨¦n su primera victoria. En sus siete primeros encuentros se qued¨® en 4,3 puntos y 3,4 rebotes. En el siguiente, anot¨® 20 y despej¨® dudas, obligando a Barkley a besar el culo de un burro. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, ante los Mavericks, se fue a 30, con 16 rechaces. Se gan¨® la titularidad y ya no la perdi¨® en el resto de la temporada. Anot¨® 27 tantos y logr¨® 18 rebotes ante los Spurs, el 3 de diciembre, cuando empez¨® una racha de cinco dobles-dobles consecutivos de los 27 que logr¨® en toda la campa?a. La mayor expectaci¨®n fue el 17 de enero, cuando los Rockets se enfrentaban a los Lakers, vigentes campeones por triple partida. Shaquille O¡¯Neal, dentro de su consabida verborrea, habl¨® antes del duelo: ¡°le dije a Yao Ming: Ching chong-yang-wah-ah-soh¡±. Un comentario que sent¨® realmente mal en la comunidad asi¨¢tica y que fue tildado de racista.

Fue uno de los episodios m¨¢s crueles con el chino, uno que se resolvi¨® entre bambalinas, con Shaq diciendo que hab¨ªa sido una broma y Yao asegurando que se lo hab¨ªa tomado de ese modo. El p¨ªvot se fue a 10 tantos, 10 rebotes y 6 tapones, ganando los Rockets a los Lakers a pesar de los 31 puntos y 13 rechaces de Shaq, que recibi¨® tres bloqueos de su hom¨®logo en el equipo texano, todos en el primer cuarto y de forma consecutiva. Fue el segundo partido m¨¢s visto de la televisi¨®n por cable de la historia de la NBA, debido a que cont¨® con 500 millones de chinos pegados al televisor (casi la mitad del pa¨ªs con una poblaci¨®n de 1.200 millones de personas por aquel entonces). Gracias a los votos de su pa¨ªs, Ming fue titular en el All Star, algo que le interesaba a una competici¨®n que empez¨® a sacar muchos r¨¦ditos del producto. El p¨ªvot fue seleccionado ocho veces para el Partido de las Estrellas, todas de titular, siendo el que m¨¢s votos recibi¨® entre las dos conferencias en dos a?os consecutivos, 2005 y 2006. La ESPN televis¨® varios partidos de los Rockets en abierto y en horario de m¨¢xima audiencia. Yao empez¨® a grabar spots televisivos y recib¨ªa ofertas de patrocinio a diario. El Toyota Center aument¨® considerablemente su p¨²blico en las gradas. El fen¨®meno hab¨ªa llegado, y lo hab¨ªa hecho para quedarse.

Los a?os con McGrady

Yao Ming promedi¨® 13,5 puntos y 8,2 rebotes en su primera temporada, integrando en el Mejor Quinteto de Rookies. Fue la ¨²ltima de Tomjanovich, uno de los h¨¦roes de la infancia del chino y con el que logr¨® coincidir antes de que el t¨¦cnico pusiera rumbo a la clandestinidad, superara un tratamiento contra el c¨¢ncer e intentara una breve aventura en los Lakers a la que renunci¨® a medio camino al no estar ni f¨ªsica ni an¨ªmicamente preparado para afrontar dicho desaf¨ªo. Le sustituy¨® Jeff Van Gundy un imitador m¨¢s que un creador, conocido por llevar a los Knicks a las Finales de 1999 de la forma m¨¢s taca?a posible, pero con un baloncesto que gustaba mucho en el Madison: defensa, garra y rebote. A su vera, Yao sigui¨® mejorando sus prestaciones y se fue 17,5 puntos y 9 rebotes, integrando en el Tercer Mejor Quinteto de la NBA y cuajando su mejor partido hasta entonces: 41 tantos y 16 rechaces contra los Hawks. El p¨ªvot jug¨® los 82 partidos (33 dobles-dobles), todos de titular, volvi¨® al All Star impulsado por los votos de su pa¨ªs y jug¨® sus primeros playoffs, donde cuaj¨® una actuaci¨®n desdibujada ante los ¨²ltimos Lakers de Shaq y Kobe, en los que estaban tambi¨¦n Gary Payton y Karl Malone, otro interior con el que le toc¨® bailar sin suerte: 15+7,4 de promedio y 4-1 para los angelinos. La segunda temporada de Ming en la NBA dej¨® muy buenas sensaciones. Hab¨ªa proyecto a largo plazo. Y entonces lleg¨® Tracy McGrady.

La idea de los Rockets era la de juntar a uno de los hombres del momento de la NBA con un p¨ªvot que apuntaba al dominio. Hacer una pareja exterior-interior que dominara la Conferencia Oeste tras la salida de Shaq rumbo a los Heat. Pero no se logr¨® del todo: la aparici¨®n de McGrady quit¨® protagonismo a Ming, que baj¨® ligeramente sus prestaciones. Y el quinto puesto del Oeste supo a poco, igual que la eliminaci¨®n en primera ronda ante los Mavericks y a pesar de empezar la serie 2-0, ganando en Dallas los dos primeros duelos. Perdieron de 4, 4 y 3 puntos los tres siguientes, ganaron el sexto y fueron vapuleados en el s¨¦ptimo, cayendo por 40 puntos a pesar de los 33 puntos y 10 rebotes de Yao y los 27, con 7 rechaces y 7 asistencias del alero. Y es que la asociaci¨®n ten¨ªa una maldici¨®n: la de un McGrady que jam¨¢s pudo superar la primera ronda de los playoffs a pesar de su enorme talento. S¨®lo lo hizo en la clandestinidad, cuando regres¨® de la Liga China (vivan las casualidades) para disputar los playoffs de 2013 con los Spurs. Tuvo entonces una participaci¨®n irrisoria, disputando 6 partidos con 5 minutos de media y sin anotar ni un solo punto. El homenaje que le quiso brindar Gregg Popovich no se tradujo en anillo, en una serie marcada por el triple salvador de Ray Allen en el sexto encuentro. Tras ello, McCrady dijo adi¨®s definitivamente al baloncesto.

Antes de eso, todav¨ªa hubo a?os de alianza entre Yao y Tracy, pero siempre con el mismo resultado y la aparici¨®n desgraciada de las lesiones. En la 2005-06, el chino se perdi¨® 25 partidos y el norteamericano 35, quedando los Rockets en el puesto 12 del Oeste. Volvieron a las 52 victorias al a?o siguiente, cayendo 4-3 ante los Jazz en primera ronda y con Yao ausente durante 34 encuentros y McGrady en 11. La 2007-08 fue la mejor, ya con Rick Adelman en el banquillo: 55 partidos ganados, con ambos jugadores figurando en el Tercer Mejor Quinteto y disputando el All Star. Ming se fue a 22 puntos y 10,8 rebotes, aunque se perdi¨® otros 27 encuentros. La derrota fue de nuevo ante los Jazz y otra vez en primera ronda, esta vez por 4-2. Y el quinto puesto del Oeste fue el m¨¢ximo que alcanz¨® ese equipo a lo largo de esos a?os.

En 2009 s¨ª que superaron la primera ronda. Fue el a?o en el que juntaron a Luis Scola, Shane Battier, Ron Artest... Se fueron a 53 victorias y llegaron, por fin, a semifinales de Conferencia. Pero sin McGrady, que s¨®lo pudo disputar 35 partidos antes de caer en una espiral de la que ya no se recuperar¨ªa nunca. Dieron mucha guerra a los Lakers, llev¨¢ndoles a siete exhaustos partidos. Por el camino, Ming se lesion¨® en el tercer partido, cuando estaba promediando 19,7 puntos y 11,3 rebotes en la serie. Fue una eliminatoria maravillosa que los Lakers ganaron (4-3), camino a su primer anillo desde 2002, el cuarto para Kobe Bryant (que tuvo trifulcas con Artest y un gran duelo con Battier entonces) y el primero para Pau Gasol. Y el fin de esos Rockets, con McGrady y sus constantes problemas f¨ªsicos siendo traspasados a los Knicks al curso siguiente y Yao entrando en una espiral definitiva de lesiones y jugando su ¨²ltimo partido competitivo en ese tercer asalto, en el que se rompi¨® y ya no pudo recuperarse. El final adelantado de un hombre que revolucion¨® la NBA, pero sucumbi¨® a su f¨ªsico.

El mito de Yao

Poco baloncesto le quedaba al gigante chino por delante. Se pas¨® en blanco la 2009-10 y disput¨® 5 partidos en la 2010-11. En el ¨²ltimo, ante los Wizards, volvi¨® a caer con menos de 7 minutos de juego. Fue seleccionado igualmente para el All Star, que no pudo disputar, pero al que accedi¨® por la ingente cantidad de votos de China. En julio de 2011, anunci¨® su retirada definitiva. Dejaba tras de s¨ª una demostraci¨®n de aperturismo, una nueva imagen para la NBA y una revoluci¨®n en forma de exposici¨®n y culto a su imagen brutal. Tambi¨¦n frases para la historia: Jeff Van Gundy, su segundo entrenador, dijo de ¨¦l que ¡°S¨®lo entiende la mitad de lo que digo, igual que cualquier otro jugador norteamericano¡±. ?l mismo respondi¨® con sorna a otra pregunta: ¡°?Que qu¨¦ m¨²sica he escuchado desde que llegu¨¦ a EE UU? Lo que m¨¢s, el himno de Estados Unidos¡±. Al chino le cost¨® adaptarse, desde luego. Cuando ya llevaba meses en Houston le preguntaron c¨®mo llevaba el tema del idioma y se limit¨® a contestar: ¡°Dej¨¦moslo en que mi traductor sigue aqu¨ª¡±, dijo de forma jocosa.

Con la selecci¨®n china, Ming disput¨® los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney y fue abanderado en Atenas, ¡°un sue?o hecho realidad¡±, para ¨¦l. En ese torneo dijo que no se afeitar¨ªa si China no acced¨ªa a los cuartos de final: anot¨® 39 puntos a Nueva Zelanda en el duelo inaugural, China perdi¨® contra Espa?a, Argentina e Italia respectivamente. En el ¨²ltimo partido del grupo, sin embargo, ganaron a Serbia y Montenegro, actual campeona del mundo, y se clasificaron para los cuartos de final. Yao anot¨® 27 puntos y captur¨® 13 rebotes, anotando adem¨¢s dos tiros libres para conseguir la victoria a falta de 28 segundos. En los cuartos cayeron ante Lituania por 95-75, pero eso no impidi¨® que Yao formara parte del mejor quinteto del campeonato con 20.7 puntos y 9.3 rebotes por partido de promedio, adem¨¢s de un 55,9% en tiros de campo. Todo un ¨¦xito para el cuadro asi¨¢tico, que se col¨® entre los ochos mejores del mundo. En el Mundial de 2006, cayeron en cuartos de final con 25,3 tantos de media del p¨ªvot, m¨¢ximo anotador del torneo. Y en Pek¨ªn, el honor fue mayor, al tratarse de su pa¨ªs natal: llev¨® la Antorcha Ol¨ªmpica hasta la Plaza de Tian¡¯anmen, como parte del recorrido. Y port¨® la bandera china durante la ceremonia de inauguraci¨®n de los Juegos. Eso s¨ª, volvieron a caer en cuartos, ronda a la que llegaban por tercera vez, segunda consecutiva, de nuevo ante Lituania. Yao finaliz¨® segundo en anotaci¨®n con 19 puntos, seis d¨¦cimas por debajo de Pau Gasol, tercero en rebotes (8.2) y cuarto en tapones (1.5).

Ming es uno de los personajes chinos m¨¢s relevantes del mundo junto al atleta Liu Xiang. Toda una celebridad que lleg¨® a ingresar m¨¢s de 50 millones de d¨®lares en 2007. Mucho de su dinero ha venido de patrocinadores: Nike primero y Reebok despu¨¦s cuando estaba en la NBA, pasando adem¨¢s por Pepsi y Coca-Cola (en momentos distintos, claro). Tambi¨¦n se ha asociado con Visa, Apple, Garmin y McDonald¡¯s. Y ha potenciado muchas causas ben¨¦ficas: En 2007, consigui¨® 965.000 d¨®lares en una subasta, que posteriormente don¨® a los ni?os m¨¢s desfavorecidos de China tras jugar un partido de baloncesto ben¨¦fico con estrellas de la NBA como Casrmelo Anthony, Baron Davis y Steve Nash, y el afamado actor Jackie Chan. Tras el terremoto de Sichuan de 2008, don¨® 2 millones de d¨®lares para labores de rescate y cre¨® una fundaci¨®n para la reconstrucci¨®n de escuelas. Un icono espectacular, un fen¨®meno en Internet y un embajador para la FIBA, que ha utilizado su imagen para promocionar varios torneos, entre ellos el Mundial celebrado en China en 2019, donde coincidi¨® con otras grandes estrellas, Kobe Bryant a la cabeza.

Es la leyenda de Yao Ming, un hombre que se ha consolidado como una de las grandes caras de la NBA a pesar de disputar apenas 486 partidos, repartidos en ocho temporadas. Que abri¨® el mercado chino a la mejor Liga del mundo, estableciendo relaciones comerciales entre dos pa¨ªses antag¨®nicos dentro del marco capitalista y fue pionero en una fluctuaci¨®n de jugadores en ambos sentidos, con algunos asi¨¢ticos yendo a la NBA y muchos norteamericanos probando suerte en la competici¨®n china, que ha crecido mucho gracias al p¨ªvot y permite suculentas ofertas y lucrativos contratos a jugadores en el ocaso, pero que permiten vender camisetas y hacer crecer la reputaci¨®n de la CBA, como es el caso de su excompa?ero McGrady. No todo son los anillos, las victorias y las haza?as en los playoffs. En ocasiones, te puedes convertir en un fen¨®meno cultural, un baloncestista con condiciones f¨ªsicas in¨¦ditas y alguien que genera mucha expectaci¨®n con su mera presencia. Es el caso del p¨ªvot, que no s¨®lo hizo que Charles Barkley besara el culo de un burro. Tambi¨¦n permiti¨® a la NBA mostrarse como una Liga aperturista y abierta al mundo, lejos de la endogamia de sus inicios y m¨¢s cercana a los nuevos tiempos. Eso, ya se sabe, no es poco. Y es cosa de Yao Ming: todo un mito.