Sorpresa total: Harden tumba a los Celtics sin Embiid

A veces, por lo que sea, nos olvidamos de que James Harden es un jugador generacional. Un talento ofensivo hist¨®rico capaz de hacer pr¨¢cticamente cualquier cosa en una pista de baloncesto. Sus ¨²ltimos a?os, su baja forma f¨ªsica y sus desafortunados vicios han provocado que el escolta, reconvertido ya sin disimulo en base, se apague al lado de Joel Embiid y que, a pesar de haber hecho una buena temporada, todo el mundo se fije en el p¨ªvot de forma irremediable. Pero Harden sigue ah¨ª, al pie del ca?¨®n. Camino a los 34 a?os (los cumplir¨¢ el 26 de agosto), lejos de sus mejores d¨ªas, pero capaz de regresar a ellos si es necesario. Casado con el mundo de la noche, pero tambi¨¦n con el del baloncesto. Y capaz de emerger en el aut¨¦ntico infierno del Garden contra un rival hist¨®rico para los Sixers, como son los Celtics, que no s¨®lo se han cruzado en su camino a lo largo de incontables a?os, sino que tambi¨¦n les han torturado en los ¨²ltimos de manera m¨¢s acusada. Y ah¨ª, en la peor de las circunstancias, ha emergido Harden. Y el mundo se ha quedado, claro, pasmado.

Harden aniquil¨® a los Celtics con 45 puntos y 6 asistencias. S¨®lo perdi¨® 6 balones, lanz¨® con un espectacular 17 de 30 en tiros de campo, incluidos 7 de 14 en triples y 4 de 4 en tiros libres, una cifra escasa para que sus haters salgan y digan que acude demasiado a la l¨ªnea de personal. Se ha encargado de que los Sixers remonten, ganen, se adelanten en la eliminatoria, recuperen la ventaja de campo y permitan a Joel Embiid tener m¨¢s tiempo para recuperarse. Ha podido con la situaci¨®n, la presi¨®n ambiental, las gradas llenas, los corazones candentes y las cabezas, quiz¨¢, dando por hecho que a este rival al que tanta veces han ganado le iban a apabullar. De momento, nada m¨¢s lejos de la realidad: los Sixers ganan y se adelantan. Parece impensable, pero es as¨ª. Los Sixers han vencido y demostrado que no dependen por exclusividad del f¨ªsico de Embiid. Que tambi¨¦n tienen a esa estrella que quiso salir de los Nets y que consiguieron quit¨¢ndose entre media a Ben Simmons y el sainete que hab¨ªa representado su estancia en Philadelphia los ¨²ltimos a?os.

Con menos de 10 segundos para el final del tiempo reglamentario, Harden anot¨® un espectacular triple con su paso lateral tan cl¨¢sico delante de Al Horford para transformar un 115-114 en un 115-117. El bal¨®n muri¨® luego con Marcus Smart, que lo perdi¨® en la jugada que iba a forzar la pr¨®rroga o a dar la victroria a los Celtics. Paul Reed sentenci¨® con dos tiros libres y el propio Smart, reincidente, fall¨® un intento de triple que ya de nada val¨ªa. Se culminaba as¨ª la remontada de los Sixers, que hab¨ªan ido perdiendo todo el partido y llegaron a tener una desventaja de 12 unidades. Harden meti¨® 15 de sus 45 puntos en el ¨²ltimo cuarto. Jayson Tatum se fue, en todo el partido, a 39+11+5 y un 14 de 25 en el lanzamiento, gran actuaci¨®n sin premio. A 23+6+4 lleg¨® Jaylen Brown, que s¨®lo intent¨® 10 tiros. Derrick White esta vez no fue el revulsivo (4 puntos), Al Horford lleg¨® a 11+6+3, Smart a 12 y Malcolm Brogdon a 20 (9 de 16 en tiros) desde el banquillo). Robert Williams, en la parte mala, no termina de estar bien y consigui¨® un 6+7 en menos de 20 minutos.

En los Sixers, Harden fue el h¨¦roe que acab¨® exhausto, pero se turn¨® el bal¨®n con Tyrese Maxey, m¨¢s err¨¢tico pero muy insistente y, al mismo tiempo, pertinente: 26 puntos y 4 robos. Reed fue un gran revulsivo en la zona (10+13), PJ Tucker se esforz¨® en defensa y logr¨® no lanzar a canasta en m¨¢s de 36 minutos en pista (b¨¢rbaro) y Tobias Harrris se fue a 18 tantos. En un partido de grand¨ªsimos porcentajes en el lanzamiento (ambos equipos superaron el 50% en el tiro y los Sixers estuvieron por encima del 44% en triples) cost¨® que alguien se hiciera fuerte bajo los aros. Los Celtics ganaron la batalla por el rebote (38-28), dieron m¨¢s asistencias (26-17) y parecieron jugar un mejor baloncesto. Pero perdieron 16 ignominiosos balones... y el partido, claro. Que va a parar a unos Sixers que se adelantan en la eliminatoria ante su bestia negra y empiezan a pensar que igual es posible llegar a las finales de Conferencia por primera vez desde 2001. Con un tal Allen Iverson de l¨ªder. ?Se acuerdan?