?Por qu谷 se vende el campe車n?
El propietario de los Celtics, Wyc Grousbeck, anunci車 que vend赤a la franquicia d赤as despu谷s de la consecuci車n del ansiado anillo n迆mero 18.
Despu谷s de diecis谷is a?os (2008-2024) de persecuci車n extenuante, frustrante y ante la que desarroll車 la determinaci車n de los proyectos verdaderamente ganadores, Boston Celtics alcanz車 el anillo n迆mero dieciocho. Buscad赤simo, como lo fue el de 2008: los Celtics ten赤an diecis谷is en 1986 y, demonios, todo ha sido mucho m芍s complicado desde entonces. Tanto que durante cuatro a?os (2020-24) los Lakers completaron una caza de m芍s de medio siglo: en 1963 los Celtics se pusieron (6-5) por primera vez por delante en n迆mero de t赤tulos. Ganar es duro, vaya que s赤. El anillo 18 necesit車 seis viajes en ocho a?os a la final del Este. Oblig車 a apretar los dientes con cada disgusto contra los insoportables Heat de Erik Spoelstra. Y cuando, a veces es as赤 de simple, un jugador superior (Stephen Curry, Finales de 2022) te manda a la casilla de salida.
Al final, no hay otro secreto, es cuesti車n de volver. De fichar, adquirir y traspasar. Cambiar todo para que nada cambie: hubo que convertir a un excelente entrenador como Brad Stevens en un excepcional presidente de operaciones. Y esquivar muchas balas, cr赤ticas y dudas razonables y otras que no lo eran tanto; En estos tiempos, ya se sabe, si a los cinco minutos no sabes qui谷n es el meme es que el meme eres t迆. Pero as赤, finalmente, los Celtics ganaron el 18. M芍s que nadie otra vez. Un pu?ado de h谷roes en una ciudad de h谷roes. El propietario principal, Wyc Grousbeck, naci車 en Worchester, se crio en Weston y estudi車 en Dedham; es un t赤o de Massachussets. Uno de 63 a?os que creci車 animando a John Havlicek. Nadie tiene que explicarle lo que significar ser de los Celtics.
As赤 que se trataba de eso porque siempre se ha tratado de eso: noches como la del 17 de junio, cuando se complet車 el desmantelamiento de Dallas Mavericks en las Finales. Jornadas largas y felices al sol como la del 21, cuatro d赤as despu谷s, cuando arranc車 desde Causeway Street, entre una inacabable marea verde, el gran desfile del campe車n. En 2002, la familia Grousbeck (el patriarca Irving, Wyc y sus tres hermanos...) lideraron, junto a su socio Steve Pagliuca y moviendo los engranajes de su Boston Basketball Partners LLC, la compra de los Celtics por 360 millones de d車lares, entonces una cifra r谷cord para una franquicia de la NBA. Ahora, esos mismos Celtics (con dos anillos m芍s) est芍n valorados en 4.700 millones por Forbes y en 5.120 por Sportico. Catorce veces m芍s.
Un 谷xito empresarial escandalosamente evidente para todos los implicados, una satisfacci車n extra para un Wyc Grousbeck que hab赤a conseguido, tambi谷n, que los Celtics volvieran a ganar y que todo el mundo tuviera claro que 谷l era una de las razones. Cuando lleg車, hace 22 a?os, pidi車 a todos los empleados de la franquicia que usaran las camisetas que hab赤a encargado, cajas y cajas, con el lema Celtic Pride. Justo antes, y para empezar a sacar a su equipo de demasiados a?os de oscuridad, hab赤a volado con Pagliuca a Washington DC y le hab赤a devuelto a Red Auerbach el cargo de presidente honor赤fico que le hab赤a quitado Rick Pitino, un personaje nefasto que hab赤a envenenado la franquicia en los a?os anteriores a la venta. El mensaje era claro: los reci谷n llegados sab赤an d車nde estaban.
Un anuncio que pill車 a todos por sorpresa
A priori, toda esta narrativa no casa bien con lo que sucedi車 en julio, apenas unos d赤as despu谷s del buscad赤simo-anillo-18. Todav赤a en per赤odo de celebraciones, Grousbeck anunci車 que su parte (mayoritaria) de los Celtics estaba en venta. Por timing, en la cima de su proyecto y en un momento en el que la NBA ten赤a amarrado su futuro a medio plazo con un nuevo convenio colectivo y esos contratos televisivos que se rubricaron semanas despu谷s. Antes de ganar el t赤tulo, Boston Celtics val赤a para Forbes 4.700 millones, s車lo por detr芍s de Lakers (6.400), Knicks (6600) y Warriors (6.600). Es una marca global, con uno de esos logos con los que te acabas topando (camisetas, mochilas, estuches, gorras#) en cualquier rinc車n del mundo. Un equipo en su mejor momento en una competici車n en su mejor momento: esta NBA de la burbuja que jam芍s se pincha, donde las televisiones nacionales pagan 76.000 millones y el precio medio de las franquicia ronda ya los 4.000. Justo entonces, sin haberse sacudido el olor a champ芍n y a humo de puro, Boston Celtics, el 18 veces campe車n, pas車 a ser una franquicia en venta.
Como m赤nimo, hay un toque de signo de los tiempos, claro. Las franquicias cada vez valen m芍s, as赤 que atraen a m芍s inversores y van quedando en manos de un nuevo tejido de propietarios. Hay m芍s cambios en los sillones y unos mandamases de edad media cada vez m芍s baja y de actitudes empresariales (j車venes con muchos millones) agresivas. Ellos dir赤an proactivas y todo lo dem芍s, imagino. La NBA es cada vez menos una cuesti車n de imperios locales y familias de alta cuna, de apegos muchas veces nacidos de la pura necesidad, cuando hab赤a que echar una mano para evitar bancarrotas y, sobre todo, traslados. Eran otros tiempos, en realidad no tan lejanos. Ahora, Michael Jordan puede vender ese desastre llamado Charlotte Hornets (un puro desgobierno deportivo en un mercado muy peque?o) a partir de una estimaci車n de 3.000 millones de d車lares. Matt Ishbia, que sobrevolaba desde sus cuarteles generales en Michigan cualquier opci車n de entrar en el universo NBA, se abalanz車 cuando una crisis interna abri車 la puerta de Phoenix Suns. La operaci車n situ車 el pack de la franquicia NBA y su gemela WNBA (Mercury) en 4.000 millones. Despu谷s, hace poco m芍s de medio a?o, Mark Cuban aparc車 toda una vida al mando en los Mavericks por una oferta irrechazable que valoraba el equipo en m芍s de 3.500 millones.
Ser propietario ya no es solo una cuesti車n de sacar pecho y presumir de juguete, no es tanto un fin como un medio en un escenario en el que cada vez hay m芍s dinero y, supongo que siempre es as赤, este se mueve cada vez m芍s r芍pido. Es una inversi車n redonda, un sector que se revaloriza sin parar y al que ni una pandemia pone en jaque. Al que siempre han acompa?ado ventajas fiscales y aceleradores para los otros asuntos de sus hombres de negocios, que adem芍s pueden flirtear con lo p迆blico sin el pudor con el que lo har赤an en otros sectores. La construcci車n de pabellones es un caso claro. Da igual cu芍ntas veces digan los estudios que el desv赤o de impuestos para esos proyectos solo sirve para trasladar el dinero de las arcas p迆blicas al bolsillo (privado) de los propietarios. Estos primero sacaron los estadios de las ciudades, hacia los n迆cleos suburbanos; Y despu谷s han ido emprendiendo el camino de vuelta a los downtown. Nuevas ideas que suelen apoyarse en los viejos chantajes (o pagas o me voy... y me llevo el equipo) y que ahora forman parte de ese nuevo concepto de la sede como enclave que tiene que generar dinero las 24 horas de los siete d赤as de la semana: eventos, conciertos, convenciones, restauraci車n, experiencias... y mucho negocio inmobiliario en el nuevo pabell車n y, ahora tambi谷n, en sus alrededores. Cada vez m芍s y con un radio m芍s amplio. El imperio que han levantado los Warriors, apoyado en Stephen Curry y propulsado por el salto de Oakland al downtown de San Francisco es, desde luego, el caso premium. El m芍s claro y m芍s exitoso.
Los Celtics no son due?os de su pabell車n. El TD Garden pertenece al entramado empresarial Delaware North de la familia Jabobs, que es la propietaria de Boston Bruins (NHL). Cuando su anunci車 que el equipo estaba en venta, muchos pensaron al momento en un comprador que llegar赤a con un nuevo proyecto de pabell車n (uno suyo) debajo del brazo. Pero los Jacobs anunciaron poco despu谷s que acababan de alargar otros doce a?os el acuerdo de alquiler con los Celtics. Lo que venga por ah赤, y aunque la modernidad apunte en otro direcci車n, no ser芍 a corto plazo. A迆n as赤, con ese asterisco inmobiliario, no parece descabellado que el actual panorama sea una invitaci車n para comprar, si se tiene dinero, y para vender... si lo que te cost車 360 millones puede valer ahora... ?cu芍nto? Los Celtics estaban valorados en unos 5.000 millones antes de la temporada pasada, del anillo 18, los ingresos extra y los focos. En el juego de subasta que acaba siendo el mercado, ?hasta d車nde pueden llegar unas cifras que sin duda marcar芍n un nuevo r谷cord en lo que se refiere a venta de franquicias NBA? Del plan no se sabe demasiado, pero Wyc Grousbeck s赤 ha asegurado que le gustar赤a vender el 51% de su (mayoritaria) parte ahora, como muy tarde en el arranque de 2025, y el resto despu谷s, en 2028. Su idea es seguir al frente de la franquicia durante ese tiempo, un m谷todo h赤brido, en diferido, que est芍 dando problemas en Minnesota Timberwolves y que, en parte por eso, no es ni mucho menos el preferido del comisionado Adam Silver. Tambi谷n se sabe que Pagliuca, el segundo de a bordo, se prepara para pujar con la ventaja del factor local, el apego de lo conocido.
Al final, es un asunto de familia
Pero hay m芍s, y este puede ser el quid de esta cuesti車n: asuntos de familia, como reconoci車 el propio Wyc. Una venta as赤 implica, obviamente, que muchos millones pasen de no l赤quido a cash. y eso pone muchos dientes largos. Y siempre acaba habiendo un momento en el que el propietario, por su edad o la de su inversi車n (o ambas), empieza a pensar m芍s en conservar su fortuna que en ampliar su fortuna. ?Qu谷 pasa si la burbuja, de pronto, se pincha?
Wyc es un enamorado de los Celtics, pero puede que no todos en su familia lo sean. ?l fich車 a Danny Ainge y a un Brad Stevens con el que luego negoci車 otro rol; Form車 el equipo del big three (Kevin Garnett, Ray Allen, Paul Pierce) y despu谷s el de los jays (Jayson Tatum, Jaylen Brown). Dos campeones con pedigr赤. Para 谷l es obvio que hay unos c車digos de pertenencia: felicidad y adrenalina. Pero ?y para el resto de los Grousbeck? Su padre tiene casi 90 a?os, y entre 谷l y sus cuatro hijos puede haber distintas formas de ver el negocio. El propio Wyc reconoci車 que vend赤a, sobre todo, por razones relacionadas con la planificaci車n financiera de la familia, con el reparto de bienes y las herencias. Una invitaci車n a asomarse a unos quebraderos de cabeza casi siempre muy 赤ntimos pero que est芍n mucho m芍s presentes de lo que creen los aficionados de a pie en las grandes decisiones sobre el futuro de las franquicias profesionales estadounidenses: c車mo se gestionan y fragmentan, c車mo se tiene a todos contentos en un pastel del que acaban comiendo muchos, a veces generaci車n tras generaci車n.
El asunto llega a tal punto que la NFL, donde hay familias centenarias en los mandos, controla anualmente c車mo est芍n los planes de sucesi車n y herencia de sus propietarios. Hay mucho dinero en juego. Unos hijos prefieren los despachos, los palcos en los d赤as de partido y los planes de futuro; Pero otros quieren, b芍sicamente, dinero en el bolsillo. Adem芍s, otro factor que no es menor, que las franquicias sean cada vez m芍s valiosas implica que generan tambi谷n unos impuestos cada vez m芍s disparados cuando son repartidas con la siguiente generaci車n. Y siempre hay quien cree que es mejor vender y que esos problemas los tenga otro. La aparici車n de fondos soberanos de inversi車n (un asunto que la NBA controla para que no asuma el mando completo de ninguna franquicia: ahora no puede pasar del 20%) y otros actores/tiburones de los escenarios del mercado financiero tiene que ver con estos manejos. Y, en definitiva, con la transformaci車n de las franquicias en joyas pintiparadas de la corona h赤percapitalista, rango en el que la NBA ha devorado un buen trecho de la distancia (todav赤a muy real en otros 芍mbitos) que la separa de la NFL.
Alguien tendr芍 ser el tipo malo
Tambi谷n se puede introducir, finalmente, el factor deportivo. La tentaci車n de irse desde la cima, antes de acabar siendo el malo de la pel赤cula. Porque en el deporte siempre, hasta en los proyectos mejor pensados y ejecutados, hay un malo de la pel赤cula. Aunque cueste verlo, en este caso porque los Celtics son campeones y partir芍n desde la pole position para repetir t赤tulo en 2025. Y porque han cumplido con lo que siempre piden los aficionados despu谷s de un 谷xito semejante: han apartado la vista de la calculadora y se han dedicado a sacar la chequera y poner una monta?a de dinero para que no sea descabellado pensar a lo grande, en m芍s anillos: el 19, el 20...
Siete de los ocho principales de la rotaci車n tienen asegurados como m赤nimo dos a?os de contrato, y el octavo es un Al Horford que tiene 38 y acaba contrato en 2025. Este verano se le ha dado a Jayson Tatum la extensi車n m芍s alta de la historia (unos 315 millones por cinco a?os) del mismo modo que se le dio la m芍s alta por entonces a Jaylen Brown (casi 300 millones) en el de 2023. Jrue Holiday se ha asegurado 134 millones por cuatro a?os m芍s; Kristaps Porzingis empieza ahora una extensi車n de 60x2, Derrick White ha firmado una de 125x4, Payton Pritchard la suya en 30x4 y hasta el tirador Sam Hauser, que seguir芍 en contrato m赤nimo el pr車ximo curso, cobrar芍 45 millones los cuatro a?os siguientes. La rotaci車n profunda tambi谷n se ha mantenido: un a?o para Luke Kornet (2,8 millones), dos para Xavier Tillman (4,7) y tres para Neemias Queta (7,1). A nivel deportivo es lo m芍s parecido a una certeza, la mejor forma de seguir estando ah赤. Pero conviene recordar que el nuevo convenio est芍 pensando, precisamente, para castigar a quienes gastan m芍s de la cuenta y zurrar a los s迆per equipos en los bolsillos de los propietarios# y ahora tambi谷n en las carpetas de los ejecutivos.
Los Celtics estar芍n la pr車xima temporada en el temido second apron, la nueva frontera m芍s all芍 del impuesto de lujo que dispara unas penalizaciones deportivas hasta ahora inimaginables. Entre otras cosas, y salvo que maniobren para escapar de ese complicado purgatorio, su primera ronda de 2032 (a siete a?os vista) quedar芍 congelada, no podr芍 ser traspasada y acabar芍 al final de la cola, en el pick 30, si se acaba m芍s de otra temporada de las cuatro siguientes otras vez esos dominios, solo para valientes, de la second apron. Para la siguiente temporada, 2025-26, los Celtics tienen proyectados unos 230 millones de gasto en plantilla que ser芍n m芍s de 500 en total con todas las penalizaciones econ車micas. Una barbaridad. Y otra primera ronda, la de 2033, en el congelador para hacer, junto al resto de (estruendosas) medidas, que acumular tanto talento (el que se supone que dan los grandes contratos, aunque no siempre sea as赤) tampoco sea del gusto de entrenadores y directivos. Ya no se trata solo de no tener un propietario taca?o.
En esas cuentas de la 2025-26, los Celtics se ir赤an a m芍s de 232 millones en salarios y m芍s de 280 en multas. En total, por encima de los 510 millones con m芍s inversi車n para pagar multas que sueldos. Los Suns de su ultra all in, un proyecto que ya solo puede acelerar sin mirar atr芍s, est芍n en una situaci車n similar... pero todav赤a peor: m芍s de 580 millones en ese mismo curso si no hacen nada, que no parecen en ello, por remediarlo. Ser赤an, claro, los equipos m芍s caros de la historia. En cifras a priori imposibles para los propietarios y con castigos deportivos muy amargos para ejecutivos y entrenadores. Contextos de plantilla como la de los Celtics, tan deseable cuando toca salir a jugar, no parecen ya sostenibles en el medio plazo. No digamos en el largo y en cuanto las cosas se tuerzan, lleguen las derrotas, se empiecen a acumular problemas por desgaste# Y siempre pasa, en todos los equipos. En las pistas no hay imperios de los mil a?os.
Hay muchas formas de explicar por qu谷 el campe車n de la NBA pas車 a estar p迆blicamente en venta solo d赤as despu谷s de celebrar su regreso al trono. Hay razones m芍s actuales mezcladas con claves de toda la vida. Se mezclan cuentas econ車micas, relaciones familiares, cuestiones deportivas y, desde luego, los nuevos retos, posibilidades y planteamientos de un panorama cada vez m芍s vertiginoso en cuanto a movimiento de una franquicias convertidas en objetos de deseo, ejes id車neos de inversi車n y escaparates ideales para otros menesteres. Los Adelson, que encajan muy poco con la filosof赤a te車ricamente liberal de la NBA, no dudaron en hacerse con el control de los Mavericks como parte de su ofensiva para legalizar -y acaparar, claro- el juego en el estado de Texas. Cuban se hace a un lado y ellos sue?an con un equipo que juegue en un pabell車n dentro de un resort/casino... Ni todo era bueno antes ni, desde luego, todo es bueno ahora. Hay cosas que cambian, otras que siguen igual (?guerras entre hermanos por herencias millonarias? Habrase visto) y una 迆nica certeza: si la hoja de ruta se mantiene, los Celtics, el campe車n de la NBA, ser芍n vendidos en los pr車ximos meses.
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