Los Jays y el destino: Sixers, Lakers...

Los Celtics est¨¢n en sus segundas Finales en tres a?os y han jugado seis de las ¨²ltimas finales de la Conferencia Este. Desde 2015, salen a una media de un 64% de victorias en regular season, unas 53 o 54 por curso. El techo acaba de llegar en esta con 64 (64-16), su mejor cifra desde las 66 de 2008, no por casualidad la ¨²ltima vez que los verdes ganaron el t¨ªtulo¡­ y la primera desde 1986, el a?o en el que lleg¨® el anillo n¨²mero 16. Ahora, la ocasi¨®n parece perfecta (veremos) para conquistar el ansiado 18, un objetivo que se ha escurrido entre los dedos de un equipo que se ha acostumbrado a estar siempre entre los favoritos, llegar lejos en playoffs¡­ y ver c¨®mo la meta se queda una y otra vez a otro par de pasos m¨¢s, como m¨ªnimo. As¨ª fue en 2022, cuando los Celtics ganaban 1-2 y dominaban en los ¨²ltimos minutos del ¨²ltimo cuarto, en el Garden, con el 1-3 a tiro. Pero Stephen Curry volte¨® ese partido y se asegur¨® de que los Warriors ganaran tambi¨¦n los dos siguientes (4-2 final). Otra herida que puede cerrarse ahora, en las Finales de 2024.

Cuando los Celtics regresaron a la final del Este en 2017, la primera en un lustro, Jaylen Brown era rookie en el equipo de Isaiah Thomas, Avery Bradley, Jae Crowder, Marcus Smart, Kelly Olynyk¡­ y Al Horford, que despu¨¦s hizo camino de ida y vuelta, se fue y regres¨®. Ese verano lleg¨® Jayson Tatum, y los cimientos de un proyecto en el que todo lo dem¨¢s era susceptible de mutar pasaron a ser Brown y Tatum, los Jays. Del resto, nadie era intocable, ni siquiera Marcus Smart, que sali¨® el pasado verano. Brad Stevens dej¨® el banquillo y ascendi¨® a los despachos, pas¨® Udoka (y su esc¨¢ndalo) y lleg¨® Mazzulla. Pero est¨¢n los Jays: Brown tiene 27 a?os, es tres veces all-star y firm¨® el pasado verano la primera extensi¨®n que podr¨ªa haber sido de 300 millones de d¨®lares (cuestiones del cap la dejaron en menos: casi 287). Tatum tiene 26, es cinco veces all-star, ha entrado tres en el Mejor Quinteto y va a firmar este verano una extensi¨®n de cinco a?os y m¨¢s de 315 millones.

Es una era de baloncesto en Boston, siete a?os juntos (Jaylen y Jayson), a la que le falta el anillo. Y que naci¨® de una reconstrucci¨®n acelerada, uno de los ejercicios de reforma m¨¢s aplaudidos de la historia de la NBA. Los Celtics fueron campeones en 2008 y perdieron las Finales de 2010 con el big-three Paul Pierce-Ray Allen-Kevin Garnett. Con Danny Ainge todav¨ªa al frente, asumieron aquel fin de ciclo sin un ¨¢pice de romanticismo y ejecutaron uno de los traspasos m¨¢s comentados, analizados y recordados de siempre. Uno cuyo efecto se ha sentido en la NBA desde entonces¡­ y se sigue notando en estas Finales, once a?os despu¨¦s.

El 12 de julio de 2013, Pierce (que llevaba desde 1998 en el equipo) y Garnett fueron traspasados a Brooklyn Nets junto a Jason Terry, D.J. White, una primera ronda de 2017 (se eligi¨® con ella Kyle Kuzma) y una segunda de ese a?o a cambio de un lote de jugadores para cuadrar salarios (Keith Bogans MarShon Brooks, Kris Humphries, Kris Joseph y Gerald Wallace) y un lote de draft que inclu¨ªa la primera ronda de 2014 (James Young), la primera de 2016, el derecho a intercambiar la primera de 2017 y la primera de 2018, con la que se eligi¨® a Collin Sexton.

Con el pick de 2016 de los Nets, los Celtics eligieron a Jaylen Brown. El de 2017 de los neoyorquinos era el 1, y los Celtics obviamente activaron el intercambio y operaron con los Sixers, de los que sacaron el 3 con el que eligieron a Jayson Tatum y una primera ronda extra (de 2019: Romeo Langford) gracias al deseo que hab¨ªa en Philadelphia de asegurar al base Markelle Fultz. El pick de 2018 (el que luego fue Sexton) fue enviado a Cleveland en 2017 en la operaci¨®n Kyrie Irving, uno de los m¨¢s ambicioso y frustrantes intentos de esta era de los Jays en Boston.

As¨ª que, es historia bien conocida, los Celtics aprovecharon que los Nets quer¨ªan dar un gran golpe en su traslado a Brooklyn y con la llegada de un oligarca ruso a la propiedad (Mikhail Prokhorov) para llevarse un lote de rondas que, en todo caso, ni ellos pensaban que iban a ser tan buenas. Los Nets deber¨ªan haber sido un buen equipo al menos durante un par de a?os (Garnett, Pierce, Brook Lopez, Deron Williams, Joe Johnson, Jason Kidd como entrenador). Pero en 2015 Pierce ya se hab¨ªa ido a Washington y Garnett a Minnesosta, las derrotas empezaron a acumularse y el general manager, un Billy King al que todav¨ªa persigue aquel traspaso con el que intent¨® satisfacer a su ambicioso nuevo jefe, estaba a meses de ser despedido.

Ainge ha contado c¨®mo negoci¨® con un par de primeras rondas como objetivo hasta que el propietario, Wyc Grousbeck, le dijo que apretara porque ol¨ªa la desesperaci¨®n de los Nets. Una tercera ronda, el intercambio de otra¡­ Ainge no se lo pod¨ªa creer. Tampoco que en dos a?os en los que pensaba que los Nets seguir¨ªan siendo competitivos, 2016 y 2017, rascar¨ªa un n¨²mero 3 y un n¨²mero 1 (que convirti¨® en otro 3) porque el chalet de lujo que se hab¨ªa construido Prokhorov a base de nombres se desmoron¨® por la v¨ªa r¨¢pida. Problemas de qu¨ªmica y, desde luego, exceso de kilometraje en las piernas.

Las casualidades de las noches de draft

Un premio tremendo para un Ainge que ha confesado que su gran esperanza, cuando hizo el traspaso, era el pick de 2018, a cinco a?os vista. La operaci¨®n, finalmente mucho m¨¢s redonda de lo que hasta en Boston imaginaban, puso los cimientos (siguieron otro mont¨®n de buenas decisiones) a este tramo de ¨¦xito y seriedad competitiva al que solo le falta la guinda del t¨ªtulo. Que se ha convertido en una cuesti¨®n de pura insistencia.

Pero hay algo m¨¢s, otro detalle verdaderamente curioso en esas elecciones que han marcado ya casi una d¨¦cada de baloncesto en el Garden: en ambos casos, se hicieron por detr¨¢s de los picks de los principales rivales hist¨®ricos de los Celtics, los Sixers (en el Este) y los Lakers. En ambos, los Sixers eligieron con el n¨²mero 1, enfrascados en su nada feliz Proceso (la ant¨ªtesis de lo que han hecho los verdes). En 2017, para colmo, optaron por ese traspaso para ir del 3 al 1 y elegir a Fultz, que por culpa de una extra?¨ªsima lesi¨®n de hombro no puedo convertirse en la estrella a la que apuntaba en college. Y, tambi¨¦n en ambos casos, el pick 2 era de los Lakers, en plena crisis previa a la llegada como agente libre de LeBron James.

No se trata de hacer revisionismo, solo de se?alar la curiosidad que supone ver a tres franquicias hist¨®ricas, mucho m¨¢s recordadas por sus duelos en playoffs, metidas en esos l¨ªos. Por lo dem¨¢s, las elecciones que se hicieron no fueron demasiado discutidas en su momento. En 2016, Jaylen Brown fue un pick 3 que ning¨²n experto situaba por delante de Ben Simmons (1) y Brandon Ingram (2). El primero est¨¢ en los Nets, en una situaci¨®n muy comprometida y con unos problemas de espalda que le impiden tener un m¨ªnimo de continuidad, e Ingram acab¨® traspasado a los Pelicans en la operaci¨®n por Anthony Davis. Los Lakers, al menos, s¨ª encontraron una utilidad para su elecci¨®n y fueron campeones en 2020, con Davis y LeBron.

En ese movimiento incluyeron tambi¨¦n a su jugador de 2017: Lonzo Ball, el base de UCLA que lleg¨® a los Lakers con un hype descomunal, que tambi¨¦n acab¨® en los Pelicans por Davis. Despu¨¦s se fue a los Bulls, donde lleva m¨¢s de dos a?os sin jugar por unos problemas dram¨¢ticos de rodilla que han dejado su carrera en suspenso¡­y en grave peligro. Fultz tampoco pudo, por la citada lesi¨®n de hombro, hacer camino en los Sixers, y acab¨® en Orlando Magic en un traspaso de perfil bajo. Los Celtics, que en ambos casos, eligieron despu¨¦s, s¨ª se llevaron a las dos piezas sobre las que han construido su futuro, Brown y un Tatum al que algunos s¨ª colocaban en las dos primeras posiciones antes del draft. Y del que Ainge dej¨® claro que tambi¨¦n habr¨ªa sido su elecci¨®n con el 1. As¨ª que la cosa no pudo salir mejor, y a costa de los eternos rivales¡­

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