Paul y los Warriors, una uni¨®n imposible en la NBA
Chris Paul es una extra?a ¡®wildcard¡¯ en los Warriors 2023-24, el intento de revitalizar a un equipo en el que no fueron bien las cosas el curso pasado.
Stephen Curry tiene 35 a?os. Cuando se jueguen los Playoffs 2024, en condiciones normales con ¨¦l compitiendo, el base cumplir¨¢ 36. Y est¨¢ en su decimoquinta temporada en la NBA. Ha llovido mucho desde que fue n¨²mero 7 del Draft de 2009, el quinto guard por detr¨¢s de James Harden, Tyreke Evans y los dos que Minnesota Timberwolves decidi¨® elegir por delante de ¨¦l: Ricky Rubio y Jonny Flynn. Han llovido, entre otras cosas, cuatro anillos de campe¨®n, MVPs (regular season, Finales, All-Star Game, Final de Conferencia), nueve all-star y unos r¨¦cords alien¨ªgenas desde la l¨ªnea de tres que han convertido a un chico que parec¨ªa una pulga cuando lleg¨® desde Davidson, el hijo de Dell Curry, en el mejor tirador de todos los tiempos sin mucha discusi¨®n posible. Incluso en estos tiempos en los que todo se discute.
Curry ha visto como, con ¨¦l como cimientos, los Warriors han levantado un imperio desde lo que era una franquicia contracultural y divertida, f¨¢cil de querer, pero incapaz de competir. Hasta ¨¦l. Ha visto como se celebraba el fichaje de David Lee (2010) como una cuesti¨®n de orgullo porque entonces, glups, nadie quer¨ªa jugar en los Warriors. Ha vivido el traslado de Oakland a San Francisco, el ascenso hasta convertirse en la franquicia m¨¢s valiosa de la NBA, atr¨¢s Knicks y Lakers (lo nunca imaginable); y ha visto c¨®mo florec¨ªa el trabajo de una organizaci¨®n que ha sentado las bases de lo que quieren hacer todas las dem¨¢s (no solo en la NBA) y a la que se persigue incluso a trav¨¦s de los convenios colectivos. Para que no gane tanto.
Hay muchos factores en ese proceso que ya ha cumplido una d¨¦cada: los Warriors regresaron a playoffs en 2013 y solo han faltado una vez desde entonces. Pero el principal, el esencial e infaltable, es Stephen Curry. Y como ¨¦l va a cumplir 36 a?os, en su equipo saben que el tiempo apremia y que cualquier oportunidad de volver a competir con la vieja banda (Curry, Klay Thompson, Draymond Green, Steve Kerr en el banquillo) podr¨ªa ser la ¨²ltima. As¨ª que hay que levantar todas las piedras, leer toda la letra peque?a y remover todas las Romas con todos los Santiagos; no vaya a ser. Y, si hace falta, hay que fichar al gran enemigo, al jugador al que era imposible imaginar con la camiseta de los Warriors. Pero en la NBA, ya se sabe, nada es imposible. As¨ª que Chris Paul jugar¨¢ la temporada 2023-24 con los Warriors.
Paul tiene 38 a?os. Es el tercer jugador m¨¢s veterano de la NBA solo por detr¨¢s de LeBron James (39 en diciembre) y P.J. Tucker (naci¨® el 5 de mayo y Paul el 6). Es uno de los mejores bases de la historia: doce veces all-star, tercero en el hist¨®rico de asistencias solo por detr¨¢s de John Stockton y Jason Kidd. Pero no ha sido campe¨®n. Entre otras cosas, claro, porque se ha pasado la vida en el Oeste y el Oeste de la ¨²ltima d¨¦cada ha sido casi siempre cosa de los Wariors. Paul perdi¨® con los Suns unas Finales en las que su equipo iba ganando 2-0 a los Bucks. ?Nunca lo tendr¨¢ igual de cerca? Eso est¨¢ en gran parte en manos de, otra vez, Stephen Curry. Fue el motor de unos Clippers aspirantes al anillo por primera vez de verdad con ¨¦l, Blake Griffin, DeAndre Jordan (los a?os de la Lob City) y compa?¨ªa. Un equipo que fue uno de los primeros verdaderos rivales de los Warriors, en pleno ascenso. Y que luego se enzarzaron en batallas que siempre ganaban contra los Rockets, cuya mejor versi¨®n lleg¨® en 2018¡ con Chris Paul al lado de James Harden. Ese equipo llev¨® a siete partidos a los Warriors de Curry y Durant y pudo haber ganado la serie, y seguramente despu¨¦s el anillo, de no ser por una lesi¨®n muscular¡ de Chris Paul.
Por el camino, Paul se burl¨® de Steve Kerr en una imagen que el mundillo NBA convirti¨® en meme. Ech¨® a Curry y Draymond Green de una pista de entrenamiento en Houston para mofa de estos y dijo en 2020 que no ten¨ªa absolutamente ninguna relaci¨®n con un Green que a su vez habl¨® as¨ª de Paul: ¡°No me gusta nada¡±. Green, claro, es el factor ca¨®tico de unos Warriors que no ser¨ªan lo que son sin ¨¦l y que a veces parecen amargamente conscientes de ello. Que tratan al ala-p¨ªvot, un jugador especial en muchos sentidos (¨²nico por sus facultades defensivas) como un mal necesario. A veces muy malo¡ siempre muy necesario. Para los rivales, uno de los peores a los que enfrentarse. Pero seguramente, tambi¨¦n para todos, menos crispante que Chris Paul, que ha dejado un enorme reguero de enemigos en los vestuarios que no han sido los suyos a lo largo de ya casi dos d¨¦cadas en la NBA (n¨²mero 4 en el Draft de 2005). Muchos, desde luego, en el de los Warriors. Que ahora es el suyo en uno de los giros m¨¢s incre¨ªbles que ha dado en los ¨²ltimos tiempos una NBA especializada en giros incre¨ªbles.
El dinero, el quinteto, el pick and roll
Hab¨ªa, claro, un motivo econ¨®mico/organizacional en ello: Paul lleg¨® el 6 de julio procedente de Washington, donde hab¨ªa sido aparcado por los Suns en la operaci¨®n Bradley Beal. Dado por amortizado y fuera de la elite competitiva, el regreso expr¨¦s a ella fue facilitado por la necesidad de los Warriors de quitarse de encima lo que ya ten¨ªan claro que hab¨ªa sido un error: la extensi¨®n de Jordan Poole. El escolta, que tuvo su rol en el t¨ªtulo de 2022, firm¨® en octubre de ese a?o una extensi¨®n de cuatro a?os que pod¨ªa llegar a 140 millones de d¨®lares. Pero su enfrentamiento con Green (c¨®mo no), que le dio un pu?etazo en pretemporada y estrope¨® una qu¨ªmica de grupo hasta entonces sagrada, y su pobre rendimiento como acelerador de la segunda unidad lo convirtieron en una masa salarial indeseable para unos Warriors tan metidos en cuentas de impuesto de lujo que no se pod¨ªan permitir m¨¢s pruebas con Poole. O tal vez necesitaban reiniciar la temperatura del equipo, sab¨ªan que algunos no pod¨ªan seguir conviviendo y, por en¨¦sima vez en estos a?os, entendieron que Draymond Green, pese a todo, ten¨ªa que seguir. Chris Paul lleg¨® con un contrato de 30,8 millones esta temporada y otros 30,8 la pr¨®xima¡ pero sin garantizar hasta el pr¨®ximo 28 de junio. Poole se fue con su contratazo, totalmente garantizado hasta 2027.
Pero el asunto era peliagudo. Por el pasado y las cuentas pendientes, porque Paul pareci¨® ya en clara regresi¨®n en la ¨²ltima temporada con los Suns y porque su estilo (la bola en sus manos para manipular a los rivales a partir de jugadas de pick and roll constantes) no encaja de forma natural en el equipo que menos bloqueo y continuaci¨®n juega en una NBA llena de equipos que no paran de jugar bloqueo y continuaci¨®n. Por no hablar de que su condici¨®n de titular (lo ha sido en sus 1.2114 partidos de regular season) se enfrentaba al que puede ser mejor backcourt de la historia, Stephen Curry-Klay Thompson. Y que, con su edad y su 1,83 de altura se estaba convirtiendo ya en un problema en defensa, mala cosa para un equipo en el que Curry hace lo que puede y muchas veces m¨¢s de lo que deber¨ªa y en el que Klay (33 a?os) ya no es el perro de presa que fue antes de su tr¨¢gico (Aquiles, rodilla) trance de lesiones.
As¨ª que gran parte de las opciones de los Warriors de volver a competir, y ofrecer a Curry (y Klay, Green¡) la posibilidad de ganar el quinto anillo, pasan por Chris Paul. Suena casi ir¨®nico. Por eso y por arreglar, claro, una defensa que pas¨® de la cuarta mejor en 2022 (campeones) a la decimocuarta de la regular season en 2023 (eliminados en segunda ronda por los Lakers). Steve Kerr ha dejado claro que todo empieza ah¨ª, y que cuenta con un Gary Payton sano para volver a ensamblar (Green, Looney, Wiggins, Payton) unidades defensivas de nivel elite. Rudy Gay (otro en el top 10 de los m¨¢s veteranos) y Cory Joseph son los elegidos esta vez para aportar profundidad y poso, Brandin Podziemski es un rookie interesante y se cruzan dedos para que este s¨ª sea el a?o de Jonathan Kuminga y Moses Moody. Un factor X joven que todav¨ªa no ha funcionado en un plan del que ya han sido eyectados James Wiseman y el propio Poole.
Pero Kerr sabe, tambi¨¦n, que un buen Chris Paul dar¨ªa un nuevo vuelo al proyecto. Y que una versi¨®n enfurru?ada del veterano base traer¨ªa un problema de qu¨ªmica muy serio. Algunos incluso quisieron que Paul fuera enviado a Portland cuando Jrue Holiday pas¨® all¨ª unos d¨ªas en escala, antes de ir a los Celtics. Muchos aficionados salivaron, pero en los Warriors ni se plantearon lidiar con las cuestiones de imagen que traer¨ªa un movimiento as¨ª. Paul, mientras, ha hecho lo que ha podido. Ha entrenado y salido a cenar con Green. Ha trabajado con Curry para aprender a jugar con otro rey sol, el rol que desde luego ya no ser¨¢ suyo (no lo era en los ¨²ltimos Suns, tampoco en los Rockets de Harden), y ha dicho lo que m¨¢s o menos se esperaba que dijera: no hay problema si tengo que ser suplente por primera vez, aqu¨ª de lo que se trata es de ganar etc¨¦tera. Green, tambi¨¦n: ¡°Si has visto a Chris competir, es un gilipollas. Claro que ¨¦l podr¨ªa decir lo mismo de m¨ª, y eso est¨¢ bien. Somos perros, t¨ªos hechos y derechos, y lo que queremos es ganar. Sabemos que podemos hacer algo especial juntos¡±.
La lesi¨®n de tobillo de Green, que no empezar¨¢ la temporada en pista, ha facilitado las primeras decisiones a Kerr, que jugar¨¢ en pretemporada con Curry, Klay, Paul, Wiggins y Looney en el quinteto. Klay defender¨¢ a los ala-p¨ªvots porque Wiggins tendr¨¢ que ser otra vez, y m¨¢s con un backcourt tan peque?o y veterano como el que formar¨¢n Curry y Paul, el defensor del mejor alero rival. Paul tendr¨¢ que jugar m¨¢s sin bal¨®n, cuando est¨¦ en el quinteto titular o con la unidad A en pista. Pero puede ser, eso s¨ª parece muy probable a vuelapluma, el motor del equipo cuando est¨¦ descansando Curry, y un jugador que puede cambiar (parcialmente) el estilo de los Warriors y llenar esos minutos de jugadas de pick and roll que den una dimensi¨®n nueva a Kuminga y Moody.
En eso, CP3 es uno de los mejores de siempre. Y los Warriors, lo acaba de decir Kerr, nunca han sido buenos en ataque sin Curry en pista. Ni siquiera cuando estaba Kevin Durant. Para el entrenador, cuando esos minutos no han sido criminales ha sido siempre gracias a la defensa. ?Puede cambiar eso un Paul de 38 a?os cuyo rol todav¨ªa no est¨¢ claro? Es una de las grandes preguntas de la nueva temporada NBA, una que empieza con el enemigo de los Warriors en la Bah¨ªa, metido en casa del ?¨²ltimo? gran asalto de Kerr y el big-three. A veces, hay que dar pasos imposibles para que pasen cosas excepcionales. Y al final, en todo caso, el verdadero quid de la cuesti¨®n volver¨¢ a ser Stephen Curry, como siempre ha sido. Lo dem¨¢s, est¨¢ por ver.