El error que salv¨® el trono
Jam¨¢s un condicionante fue tan grande como en el sexto partido de las Finales de 2013. Un triple de Ray Allen salv¨® la dinast¨ªa de LeBron... con Duncan en el banquillo sin que nadie supiera por qu¨¦.


Incluso los m¨¢s perfectos tienen fallos. Es pr¨¢cticamente imposible hacer un revisionismo objetivo de las carreras profesionales de las mayores leyendas del baloncesto y no encontrar alguna mancha en tan casi impolutos curr¨ªculums. Todos, antes, despu¨¦s o durante, se han cruzado con alg¨²n momento en el que han tomado la decisi¨®n err¨®nea en el momento clave, sin que eso suponga un mar de cr¨ªticas o perjudique de alguna manera la conclusi¨®n general que podamos tener de una trayectoria determinada. Pero hasta esos seres que copan las p¨¢ginas m¨¢s importantes de la historia de la NBA, en alg¨²n momento fallaron. Como lo hizo Gregg Popovich, en el sexto partido de las Finales de 2013, cuando sent¨® a su jugador franquicia, ese que le hab¨ªa llevado (en ese momento) a cuatro anillos y se hab¨ªa convertido en la joya de su corona y su mayor descubrimiento. Algo que sigue siendo as¨ª.
Ese error marc¨® una serie que posee el mayor condicionante de la historia reciente de la Liga, con Tim Duncan viendo desde el banquillo como Chris Bosh atrapaba un rebote que deber¨ªa haber sido suyo, asist¨ªa a Ray Allen en la esquina, y ¨¦ste, en una de las canastas m¨¢s memorables de la historia de la NBA, forzaba la pr¨®rroga y allanaba el camino hacia el t¨ªtulo, salvando el trono de un LeBron que sin la ayuda del escolta y el error de Pop, tendr¨ªa un anillo menos en su casillero particular y una consideraci¨®n, qui¨¦n sabe, ligeramente distinta a la que tiene en estos momentos, en los que lucha contra el tiempo y el mundo para convertirse en el mejor jugador de siempre. Algo que tiene intenci¨®n de lograr sumando un anillo m¨¢s en el a?o del coronavirus, pero que si finalmente consigue, lo har¨¢ con el recuerdo de la salvaci¨®n que supuso ese triple en Florida, en ese caluroso 18 de junio en el que la afici¨®n de los Heat se marchaba del American Airlines Arena dando por hecho que el campeonato iba a ser para unos Spurs que tuvieron el t¨ªtulo en sus manos, pero lo perdieron.
No merece la pena explayarse en una temporada que estaba destinada a resolverse en ese encuentro. Fue el curso que supuso el fin de unos Lakers que tocaron por ¨²ltima vez playoffs con Kobe Bryant precisamente gracias a las proezas de un Kobe Bryant, que nos deleit¨® con la ¨²ltima gran temporada de su carrera. Tambi¨¦n, el que los Thunder pasaron de ser favoritos a quedarse renqueantes, con un Westbrook que cay¨® en primera ronda ante los Rockets para que Durant lo asumiera todo y cayera ante los Grizzlies en semifinales. Adem¨¢s, fue el a?o de la confirmaci¨®n de ese Grit and Grind que toc¨® su techo en las finales del Oeste ante los Spurs, el que constat¨® que los Mavericks de Nowitzki ten¨ªan muchos a?os y pocas piernas y que los Warriors, con Curry y todav¨ªa Mark Jackson en el banquillo, empezaban a asomar la nariz. Y tambi¨¦n, por qu¨¦ no decirlo, la ¨²ltima temporada en la que los Knicks tuvieron algo que decir hasta ahora, con Carmelo quedando m¨¢ximo anotador (28,7 puntos por partido) y los neoyorquinos segundos del Este (54-28), aunque cayendo en semifinales de los playoffs.
Los Heat y los Spurs iban a otra cosa. LeBron y compa?¨ªa, sin la presi¨®n de tener que ganar un campeonato conquistado un a?o antes, volaron en temporada regular hasta las 66 victorias, el mejor r¨¦cord de la historia de la franquicia y de las cuales 27 fueron consecutivas, amenazando el r¨¦cord de 33 que los Lakers de Jerry West y Wilt Chamberlain sumaron en 1972. En ese equipo estaba un Pat Riley que hab¨ªa sido el hacedor de la llegada de el Rey tras llevar m¨¢s desde 1995, cuando renunci¨® al ¨²ltimo a?o del mayor contrato que jam¨¢s hab¨ªa tenido un entrenador de la NBA (en los Knicks) para marcharse a las playas de Miami, de las que no se ha vuelto a mover. Fue el responsable de formar un big three monumental y reforzar a Spoelstra en su puesto cuando LeBron y Wade fueron a pedirle, en la 2010-11, que bajara al banquillo, y tambi¨¦n el que hab¨ªa conseguido fichar a secundarios de calidad que hicieron al equipo completo y, a la vez, temible: Chris Andersen, Mike Miller, Shane Battier y, en ¨²ltima instancia, Ray Allen, que lleg¨® abandonando el proyecto de Boston, algo que nunca le perdonaron su excompa?eros, Garnett a la cabeza.
En los Spurs, como no pod¨ªa ser de otra manera, reinaba la calma. Era casi una tradici¨®n en una franquicia que parec¨ªa reducir su existencia a las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Pr¨¢cticamente, desde la llegada de Popovich hasta ahora, algo que de un momento a otro se acabar¨¢ y que representa la pr¨®rroga de un proyecto que en 2013 todav¨ªa daba para asaltar el campeonato pero que se ha ido diluyendo tras la retirada de Tim Duncan. La magia de Popovich sigui¨® obrando la clasificaci¨®n a los playoffs hasta 2020, sumando los Spurs 22 temporadas consecutivas, a una del r¨¦cord del deporte estadounidense. En 2013, los Spurs llegaban tras una recuperaci¨®n paulatina que permit¨ªa ver ese estilo colaborativo que alcanz¨® su cl¨ªmax en el anillo de 2014 y que dejaba atr¨¢s el monopolio de un Duncan que segu¨ªa produciendo, pero no al mismo nivel que en 2007, cuando los texanos hab¨ªan logrado su ¨²ltimo campeonato. La era del pick and roll empezaba a desaparecer al mismo tiempo que unos Spurs que de 2009 a 2011 chocaron en playoffs, pero que se recuperaron parcialmente en 2012 (finales del Oeste y ventaja de 2-0 desperdiciada ante los Thunder) y del todo en 2013, ya como candidatos leg¨ªtimos al anillo y 58 victorias durante una temporada regular en la que siempre funcionaron de manera excelente.
Unas Finales hist¨®ricas
Por mucho que los playoffs fueran m¨¢s o menos emocionantes, la realidad es que la temporada se resumi¨® un partido. Antes, los Spurs pasaron por encima de unos Lakers desmadejados sin Kobe (4-0), sufrieron ante esos Warriors que estaban a dos a?os de iniciar una de las mayores dinast¨ªas de la historia (4-2) y barrieron a los Grizzlies (4-0) para plantarse en sus primeras Finales desde el 2007. Los Heat hicieron lo propio sentenciando a los Bucks (4-0) y a los Bulls (4-1) antes de ganar unas aguerridas finales de Conferencia ante esos Pacers de Paul George y compa?¨ªa, que representaron casi la mayor amenaza que ha tenido LeBron en ese dominio que se tradujo en ocho Finales consecutivas. Los Heat tendr¨ªan ventaja de campo en la ¨²ltima ronda, una novedad para el Rey, que ha disputado todas sus Finales sin ventaja de campo excepto la de 2011 (derrota ante los Mavs) y 2013. Sin contar las de 2020, cuando la ten¨ªan pero no existi¨® al jugarse los playoffs en la pista neutral de Orlando por culpa del coronavirus.
Los Spurs, curtidos en mil batallas, golpear¨ªan primero en Florida (88-92) con un Tony Parker (referente ofensivo entonces) inconmensurable (21 puntos) y un Duncan que, a pesar del paso del tiempo, ten¨ªa cuerda para rato (20+14+4+3). Los Heat lograr¨ªan sin brillo una c¨®moda victoria en el segundo con tan solo 17 puntos de LeBron, que apenas hab¨ªa sumado 18 en el primer encuentro. Tampoco hubo igualdad en el tercero (7 de 9 en triples de un hist¨®rico Danny Green y victoria de los Spurs) ni en el cuarto, en el que los Heat recuperaron la ventaja de campo antes de caer en el quinto (114-104), ¨²ltimo en Texas, cuando el formato de las Finales era 2-3-2. Todo se decidir¨ªa en Miami, donde la resoluci¨®n se llevar¨ªa a cabo en el sexto encuentro o en esas palabras, las dos mejores del deporte para el gran Bill Russell: game seven. Y ah¨ª, una eliminatoria que tampoco hab¨ªa gozado de un nivel particularmente alto, pas¨® de ser entretenida a absolutamente hist¨®rica gracias a esa magia que todo el mundo da por hecho que aparece pero sigue sorprendiendo como si nunca hubiera tenido lugar. Empezaba lo bueno, Lo inesperado. Lo verdaderamente incre¨ªble. Vivir para ver.
El error de Popovich y el triple salvador
No se puede decir que el sexto partido fuera neta y completamente de los Spurs, pero estos se fueron por delante al descanso y estaban 12 arriba (75-63) a falta de un minuto para la conclusi¨®n del tercer cuarto. En el ¨²ltimo, un heroico LeBron, que hab¨ªa perdido la cinta de la cabeza y parec¨ªa ser el protagonista de una epopeya, permiti¨® que los Heat tomaran ventaja con seis minutos para el final, pero un inteligente tiempo muerto de Popovich daba ventaja de nuevo a los texanos, que empezaban a pensar que el t¨ªtulo estaba en sus manos. Spoelstra mand¨® postear a LeBron, donde hac¨ªa m¨¢s da?o a un joven Kawhi Leonard contra el que no pod¨ªa en el exterior, y le rode¨® de tiradores con los que hac¨ªa mucho da?o a la defensa visitante, que resolvi¨® las cosas cuando puso de nuevo a funcionar el ataque.
Primero, un espectacular triple de Tony Parker empataba el partido a 89 con menos de 90 segundos para el final. Tras eso, los Heat se atascaron: LeBron, empapado de bal¨®n, cedi¨® a sus compa?eros, y una p¨¦rdida de Chalmers daba bal¨®n a los Spurs, que resolvieron el ataque con una canasta imposible de Parker. Tras esto, Spoelstra prepar¨® un aclarado a LeBron previo a bloqueos que le dejaban con Parker enfrente, pero el Rey, preso de los nervios y a pesar del enorme partido que estaba haciendo, perdi¨® el bal¨®n. Gin¨®bili daba a los suyos cuatro de ventaja antes de otro inexplicable error de James, y los Spurs, con menos de 30 segundos para el final, ten¨ªan medio anillo en el bolsillo. Hasta los mejores jugadores de la historia sufren temblor en su pulso cuando lo que est¨¢ en juego es el anillo. Mientras, los visitantes se agarraban presa de los nervios en el banquillo, incluido un Tracy McGrady recuperado de China para la ocasi¨®n y que tan solo hab¨ªa disputado unos minutos en todos los playoffs y nada en las Finales.
Gin¨®bili anot¨® uno de dos desde la l¨ªnea, dando cinco puntos de ventaja a los Spurs (94-89) con 28 segundos para el final. Y ah¨ª, con el tiempo muerto pedido por Spoelstra, Popovich sent¨® a Duncan. Algo inexplicable para Jeff Van Gundy, analista de la TNT, que se lo comentaba al narrador Mike Breen durante la retransmisi¨®n sin comprender del todo lo que el veterano t¨¦cnico pretend¨ªa. Ah¨ª ya hubo rebote ofensivo de los Heat, con LeBron anotando un triple al segundo intento. Y como todos los grandes fallan, Kawhi solo anot¨® un tiro libre en el otro lado, dando la oportunidad a los Heat de forzar la pr¨®rroga con un triple y ya con los dos equipos sin tiempo muerto. Duncan estaba en pista en el primer lanzamiento desde la personal, pero Pop lo retir¨® en favor de Boris Diaw en el segundo. Ni ah¨ª, en esas innumerables oportunidades, sac¨® a su jugador franquicia, que jug¨® de p¨ªvot la mayor parte del tiempo con Splitter relegado al banquillo.
Popovich lo pag¨® caro. De nuevo LeBron, un manojo de nervios en la parte final del partido que contrastaron con su incre¨ªble actuaci¨®n (32+10+11 al final), fall¨® de tres, Bosh se llev¨® el rebote, y Allen resolvi¨® desde la esquina como solo un triplista con esa capacidad de improvisaci¨®n sabe hacer. ¡°Mike, y Tim Duncan est¨¢ fuera del partido¡±, insist¨ªa Van Gundy. El resto de la historia es de sobra conocida, con un caprichoso tap¨®n de Bosh a Danny Green cuando ¨¦ste intentaba forzar la segunda pr¨®rroga que, como dijo el propio Van Gundy, habr¨ªa sido falta en cualquier momento del partido, pero no en ese final. Breen dijo que Allen hab¨ªa anotado ¡°el clutch shot de su vida¡± y los Heat sobrevivieron cuando la organizaci¨®n ya pon¨ªa las cintas protocolarias para dar el trofeo al campe¨®n, algo que finalmente no ocurri¨®. Los Spurs cayeron en el s¨¦ptimo partido, en el que siempre estuvieron ah¨ª, con un Duncan fallando un tiro sencillo en los ¨²ltimos instantes y golpeando al suelo despu¨¦s con sa?a, sabiendo que el error costar¨ªa el partido y que su ausencia en el sexto hab¨ªa sido la clave de la eliminatoria. Un error que decidi¨® nada menos que un t¨ªtulo.
Jam¨¢s un condicionante ha significado tanto. LeBron resolvi¨® con un tiro en suspensi¨®n el s¨¦ptimo partido tras el ya mencionado error de Duncan y se coron¨® como el Rey del mundo, logrando su segundo anillo con su consiguiente MVP de las Finales, merced, entre otras cosas, a los 37 puntos y 12 rebotes que consigui¨® en ese definitivo duelo. ¡°Tim no estaba m¨¢s cansado que el resto¡±, dijo Popovich en una rueda de prensa cargada de mal humor y sacasmo. El propio Duncan, que finaliz¨® ese sexto duelo con 30 puntos y 17 rebotes (19+12 en la serie), no hizo excesivos comentarios al respecto, a pesar de que m¨¢s de un periodista le pregunt¨® por esa ausencia en la jugada clave. Eso s¨ª, por muchos condicionantes que haya, nada quita que el anillo fue para los Heat con LeBron como referencia, por mucho que Ray Allen fuera el ¨¢ngel de la guarda que asegur¨® su trono y su corona. Los Spurs, por su parte, obtuvieron la redenci¨®n al a?o siguiente, con el quinto y ¨²ltimo anillo de su dinast¨ªa. Pero eso no evit¨® que lo cometido resonara para siempre. Un error que salv¨® un reinado.
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