NBA | PLAYOFFS 2022 | CELTICS-NETS
La serie del morbo: el poder del Garden y el examen de Kyrie
Celtics y Nets se enfrentan en una primera ronda llena de morbo. Kyrie vuelve al Garden, los verdes buscan resurgir y Durant reivindicar un proyecto con muchas dudas.
Empiezan los playoffs, empieza el morbo. La primera ronda casi siempre es un mero tr¨¢mite para los equipos de arriba y un suplicio con sabor a eliminaci¨®n para los de abajo. Y en ese casi se ha colado este a?o un Celtics-Nets con unas connotaciones emocionales y deportivas que trascienden m¨¢s all¨¢ del baloncesto. El equipo de Brooklyn, tras una temporada que no se puede calificar como buena en ninguna de sus muchas vertientes, visita la cuna del baloncesto, el Boston Garden, un estadio hist¨®rico con tintes ¨¦picos, un lugar en el que se han visto y vivido momentos baloncest¨ªsticos brillantes, alucinantes, enorm¨¦rrimos. Y el equipo del estado de Massachusetts espera con una mal disimulada alegr¨ªa su momento de redenci¨®n, uno eternamente postergado y que tendr¨¢ lugar con ventaja de campo ante su p¨²blico, uno que ha evolucionado desde tiempos pasados por el encarecimiento de las entradas y la din¨¢mica de una franquicia hist¨®rica, pero que sabe y entiende de baloncesto.
Todos los focos estar¨¢n puestos en un hombre que huye de ellos de la misma manera que los atrae: Kyrie Irving vuelve al lugar en el que se convirti¨® en enemigo p¨²blico n¨²mero 1, a enfrentarse al proyecto que casi destruy¨® y que dej¨® con sonrisa convertida en una mueca y las ansias de anillos en ganas olvidadas. El base estuvo en Boston de 2017 a 2019, lleg¨® por voluntad propia a un nuevo hogar para escapar de la alargada pero a veces protectora sombra de LeBron James y no fue nada parecido a lo que s¨ª consigui¨® ser en Ohio ni, mucho menos, el l¨ªder en solitario de un equipo que acab¨® denostado por su obra y gracia. En su ausencia, los Celtics llegaron hasta el s¨¦ptimo partido de las finales de Conferencia (con un r¨¦cord de 10-1 en el Garden); con su presencia, los Bucks acabaron con las esperanzas de los Celtics en semifinales (4-1) y Kyrie puso rumbo a tierras m¨¢s c¨¢lidas bajo el cobijo de otro gran jugador como Kevin Durant, similar en formas al base, y con un talento semejante a un jugador hist¨®ricamente bueno.
Los Nets se la juegan y los Celtics buscan la redenci¨®n. El superar a un Kyrie que les ape¨® el a?o pasado, uno radicalmente distinto al presente, en una primera ronda sin historia (4-1) en la que Jayson Tatum tuvo que anotar 50 puntos para poder dar una victoria a los Celtics. Ahora las tornas han cambiado: la ventaja de campo es para el equipo verde, que ya no tiene a Brad Stevens en el banquillo y s¨ª en los despachos. Ime Udoka, uno de los ganadores de la temporada, lleg¨® para quedarse en un banquillo en el que empez¨® dubitativo y acab¨® como amo y se?or. La segunda parte de la campa?a de los Celtics ha sido sencillamente espectacular: el 7 de enero su r¨¦cord era de 18-21. Han acabado con un 51-31. Un 33-10 de parcial para ser la mejor defensa de la NBA y el mejor equipo de 2022 junto a los inabarcables Suns. Unas sensaciones diametralmente opuestas que a las de los primeros meses de competici¨®n. Y un aviso a navegantes: est¨¢n para el anillo. Y lo han demostrado.
La regular season y los playoffs
Hay una t¨®nica general que sirve, sin duda, para gestionar ciertos aspectos de la narrativa que envuelve a una NBA poli¨¦drica, llena de clich¨¦s y de vivencias de Twitter y alejada, muchas veces y otras no, de la realidad deportiva. El argumento del ya ver¨¢s en playoffs no les sirvi¨® a los Celtics en la 2018-19, cuando acabaron antes de tiempo una temporada que nunca empez¨®. Y no tiene por qu¨¦ servir para unos Nets que tienen algo inequ¨ªvocamente necesario para ganar anillos, el talento. Pero que han sido un desastre t¨¢ctico constante durante muchos meses, han sufrido el sainete en torno a James Harden como piedra angular y no han tenido, ni tienen, plan defensivo. Steve Nash ha demostrado ser eso que ya se presupon¨ªa que era, un mero t¨ªtere que est¨¢ para contentar a sus estrellas y que ya no cuenta con la tranquilizadora protecci¨®n a sus espaldas de un hombre entregado y respetado como Mike D'Antoni, asistente suyo el a?o pasado. Y ni las exhibiciones recientes de Durant y Kyrie, que se han ido por encima de los 80 puntos en varios partidos, han servido para sumar victorias.
Los Nets son lo que son y nada hace pensar que vayan a ser algo distinto en playoffs. Un proyecto emanado de la era de los jugadores empoderados que consigui¨® tener en Brooklyn a Kyrie y Durant por decisi¨®n de ambas estrellas y que no ha disputado ni una sola final de Conferencia en tres temporadas. La primera, entre bambalinas, sirvi¨® para encauzar lo que quer¨ªan sus estrellas: adi¨®s a Kenny Atkinson y su cultura y, sin jugar (Durant nada, Kyrie 20 m¨ªseros partidos), fichaje de un novato Steve Nash que ha sido lo que ellos quer¨ªan que fuera. El a?o pasado fue el que m¨¢s cerca estuvieron, con ese lanzamiento de Durant ante los Bucks que sirvi¨® para empatar y no para ganar, para forzar una pr¨®rroga en Nueva York que acab¨® sentenciando a unos Nets sin Kyrie, con Harden jugando lesionado y con 53 minutos de ese ser de otro planeta que representa un alero que parece nacido para jugar al baloncesto.
En esas semifinales se alcanz¨® un tope que sabe a poco y, si este a?o la cosa funciona de la misma manera y los engranajes no encajan porque es imposible que encajen, estaremos hablando de un fracaso may¨²sculo. De un proyecto sobredimensionado, de una pel¨ªcula de Francis Ford Coppola en los 80. Con tanto talento se espera un anillo, igual que con un gran presupuesto se espera una gran pel¨ªcula. Y, cuando esto no se cumple, las cr¨ªticas son m¨¢s que justificadas. Harden ha salido por la puerta de atr¨¢s porque nada le parece bien, Seth Curry ha venido bien parcialmente, Patty Mills es lo ¨²nico rescatable y LaMarcus Aldrige y Blake Griffin ya no est¨¢n, sencillamente, para esto. Bruce Brown ser¨¢ el que tenga que defender a Smart para proteger a Kyrie y Dragic, Curry y Mills tendr¨¢n muchas dificultades contra cualquier defensa exterior de la Liga. Las ayudas laterales de Durant podr¨¢n aparecer, aunque de forma intermitente. Y Ben Simmons podr¨¢ regresar a partir del cuarto partido... pero no deja de ser un base desmadejado, que un a?o sin jugar y que no ha disputado ning¨²n partido en un esquema inexistente. Puede venir bien, s¨ª. Pero cuesta mucho pensar que vaya a ser la soluci¨®n.
El orgullo verde
En la otra cara de la moneda la transgresi¨®n, el cambio. La evoluci¨®n dentro de un proyecto condenado en noviembre, en diciembre, a inicios de enero. Y resucitado de forma espectacular por un Stevens paciente en los despachos y un Udoka insistente en los banquillos. Tatum (26,9 puntos, 8 rebotes y 4,4 asistencias en temporadas regular) estar¨ªa en las quinielas para el MVP si su temporadas hubiera empezado antes. Jaylen Brown (23,6+6,1+3,5) es su complemento perfecto, el hombre polifac¨¦tico que en todas partes est¨¢. Y Marcus Smart ha dejado atr¨¢s sus comentarios mordaces y sus constantes alusiones a lo que deber¨ªa o no deber¨ªa hacer, para convertirse en un candidato totalmente leg¨ªtimo a Mejor Defensor y ser un buen complemento en ataque (casi 6 asistencias por partido, el tope de su carrera) que es consciente de sus limitaciones, no se ceba en los finales de partido con triples imposibles y es el alma de Boston como lo es Bobby Portis de Milwaukee. Y con una tradici¨®n mayor en el tiempo que carece, de momento, de anillo.
Solo con la segunda parte de una temporada magn¨ªfica, los Celtics se han convertido en la mejor defensa de la NBA, reciben 104,5 puntos por partido, son consistentes y muy dif¨ªciles de vencer. La ¨²nica duda para la serie est¨¢ en la baja de Robert Williams, un hombre con altura y envergadura, capaz de defender a jugadores exteriores en cambios defensivos y que habr¨ªa sido un sost¨¦n contra Durant y Kyrie. Al Horford tendr¨¢ que ser un l¨ªder noble y voluntarioso, mientras que Daniel Theis deber¨¢ economizar sus minutos y estirar su producci¨®n como el p¨ªvot suplente que siempre debi¨® ser, y no el titular al que se comi¨® Bam Adebayo en la burbuja de Orlando. Udoka ya ha dicho que Robert Williams avanza positivamente, pero que ha preparado la primera ronda sin ¨¦l. Una baja incuestionablemente que recuperar¨¢n, si llega, en semifinales. Y algo a lo que los Nets, que no destacan precisamente por su juego interior, se tienen que agarrar. No les queda otra.
El p¨²blico del Garden clama venganza pues, ante un Kyrie que solo ha disputado 29 partidos, ausencia de vacunaci¨®n mediante, pero se ha ido a m¨¢s de 27 puntos por partido. Y ya prepara una f¨¦rrea defensa ante un Durant de se ha ido a casi 30 tantos por noche, con m¨¢s de 7 rebotes y 7 asistencias de media. El orgullo verde, ese inherente a una franquicia fundadora de la NBA, tendr¨¢ que florecer para una serie dif¨ªcil que ser¨¢ el inicio de, si avanzan, m¨¢s duelos tit¨¢nicos en pr¨®ximas rondas. Todos los ojos est¨¢n puestos en la serie del morbo, una que condenar¨¢ a un equipo y encumbrar¨¢ al otro. Todo o nada para unos Nets que no se han cansado ligeramente en un play-in que han resuelto sin brillo, pero por la v¨ªa r¨¢pida y con muy buena distribuci¨®n de sus dos estrellas. Y poco que perder, pero mucho que ganar para unos Celtics que deber¨¢n plantear la eliminatoria desde la defensa y hacerse fuertes ante su p¨²blico. Los Bucks decidieron que no quer¨ªan a los Nets en primera ronda y sacrificaron la ventaja de campo en unas hipot¨¦ticas semifinales ante los verdes. Los Celtics decidieron que especular no iba con ellos. Est¨¢ en su esencia. Empieza la serie del morbo. Nets y Celtics. Kyrie y Smart. Brooklyn y Boston. Proyecto y proyecto. Pura NBA.