La gran encrucijada de la Navidad
Como fecha estrat¨¦gica de los grandes socios televisivos, la NBA trata de salvar la jornada del 25-D en plena ola de contagios entre sus franquicias. La situaci¨®n, en un punto cr¨ªtico.
Durante los ¨²ltimos d¨ªas, y con la expansi¨®n cada vez m¨¢s incontrolada de la COVID en la NBA, se repiten mantras que tienen que ver con una fecha muy concreta del calendario: ¡°S¨ª, pero no van a parar en Navidad¡±; ¡°Tienen que salvar la jornada de Navidad¡±; ¡°Eso obligar¨ªa a no jugar en Navidad y no van a pasar por ah¨ª¡±. Los brotes por toda la geograf¨ªa de la Liga han llegado, efectivamente, sin margen para ejecutar una pol¨ªtica dura de restricci¨®n que no afecte a esa fecha, el 25-D, los partidos de Navidad. La joya de la corona de cada regular season.
Hasta el pasado martes, el m¨¢ximo de jugadores que hab¨ªan entrado en los protocolos de seguridad de la NBA en un ¨²nico d¨ªa era cinco. Desde entonces, b¨¢sicamente todos los d¨ªas ha habido m¨¢s de diez casos par un total de m¨¢s de 65 jugadores y entrenadores en menos de una semana. Recordemos que en la NBA hay en torno a 450 jugadores repartidos, con distintas garant¨ªas y duraci¨®n de contratos, entre las treinta franquicias. La Liga adopta medidas de emergencia, retoca protocolos y cambia las normas de disponibilidad y alta de jugadores para evitar que los equipos se queden por debajo del m¨ªnimo de ocho que impide jugar. Ya hay, en todo caso, siete partidos aplazados. La pasada temporada se lleg¨® a 31 pero con un calendario reducido y flexible y una estructura pensada para recuperar fechas perdidas. Eso ahora, otra vez con 82 partidos por equipo, fechas cerradas y pabellones que han vuelto a la alta ocupaci¨®n (NBA, NHL, conciertos y eventos¡) supone un problema mucho mayor. M¨¢s all¨¢ de un asunto obvio y crucial: las franquicias valoran en torno al mill¨®n de d¨®lares lo que les supone cada partido en su pabell¨®n. Nadie quiere asomarse al balc¨®n de las p¨¦rdidas hasta que no sea estrictamente necesario. La cuesti¨®n es si no hace d¨ªas ya que los es, claro.
Una evidencia la temporada pasada
La Navidad pertenece a la NBA del mismo modo que Acci¨®n de Gracias es el d¨ªa de la NFL y Fin de A?o y A?o Nuevo son fechas para el deporte universitario. El baloncesto se ha apropiado de una fecha en al que juega desde 1947 y a la que solo falt¨® en 1998 por culpa del lockout. En el siguiente cierre, en 2012, la Navidad sirvi¨® tambi¨¦n de fecha inaugural. La importancia de esta jornada qued¨® perfectamente demostrada la temporada pasada, cuando se pas¨® de un posible inicio en enero a arrancar el 22 de diciembre. Se trataba de no llevar el calendario muy dentro del verano y fuera de las fechas de Juegos Ol¨ªmpicos. Pero tambi¨¦n de jugar el 25-D, el d¨ªa en el que las televisiones exprimen lo que invierten por cada regular season, en el que desde 2008 se decidi¨® apostar de verdad por llenar las casas de NBA: lotes de cinco partidos con los equipos m¨¢s medi¨¢ticos, los duelos con m¨¢s morbo y las grandes estrellas en pantalla. ESPN y ABC llegan a enlazar 14 horas de emisi¨®n especial que antes produc¨ªan uniformes especiales y que han visto, por ejemplo, a Wilt Chamberlain sumar 59 puntos y 36 rebotes, a Bernard King meter 60 puntos con los Knicks y a Phil Jackson sumar su victoria 1.000 en, nada menos, un Celtics-Lakers que repet¨ªa las anteriores Finales y acababa una racha de 19 triunfos seguidos de los verdes. Era 2008, el primer a?o con esa tanda de cinco duelos en jornada continua.?
Para una gran masa de telespectadores en Estados Unidos, la jornada de Navidad es el primer contacto real con la temporada NBA. No ha sido inhabitual que los mejores partidos del 25-D superen las audiencias de todos los playoffs si se dejan las Finales a un lado. Pas¨®, por ejemplo, en 2012: el Heat-Thunder, revancha de las Finales, super¨® a todos los partidos de las eliminatorias excepto la serie final entre Heat y Spurs y el s¨¦ptimo partido entres los de Florida e Indiana Pacers, en la final del Este. El partido de Navidad m¨¢s visto de siempre es el Lakers-Heat de 2004, el reencuentro de Kobe Bryant y Shaquille O¡¯Neal despu¨¦s del traspaso del p¨ªvot: 7,3 de rating medio, 13,1 millones de personas delante de la televisi¨®n. Cinco de los seis partidos m¨¢s vistos incluyen a los Lakers, y para este a?o se esperaba que las audiencias subieran despu¨¦s del baj¨®n de los dos ¨²ltimos a?os. El prime time del pasado curso cay¨® un 20% en telespectadores y un 35% en rating con respecto a 2019. Fue la peor Navidad desde 2017, en la que no jugaron los Lakers, que en todo caso fueron la mejor noticia de la Navidad 2020 con 7 millones de personas viendo su duelo contra los Mavericks de Luka Doncic. A¨²n as¨ª, la NBA arras¨® a la WWE (3,30 millones) pero tuvo el problema de que hab¨ªa NFL, intratable como siempre: m¨¢s de 20 millones de personas vieron el Vikings-Saints.
La gran inyecci¨®n anula de millones
La jornada de Navidad es, por lo tanto, estrat¨¦gica y trascendental para los grandes socios televisivos de la NBA. Y estos siguen aportando la base de los ingresos de la Liga. Por eso los Lakers solo tuvieron 72 d¨ªas de descanso entre su anillo de 2020 y el inicio de la siguiente temporada. Pr¨¢cticamente la mitad del tiempo libre que suele tener el campe¨®n. La presi¨®n para arrancar antes de Navidad fue extrema, con p¨¦rdidas que se situaron en m¨¢s de 500 millones de d¨®lares (y rumbo a los 1.000) si se esperaba a la segunda quincena de enero. La NBA estaba generando m¨¢s de 8.000 millones antes de la pandemia. Para esta temporada, con una te¨®rica normalidad que el virus ha vuelto a resquebrajar, la Liga esperaba recuperar terreno perdido y acercarse a los 10.000 millones despu¨¦s de reducir sus ingresos un 35% en la temporada 2020-21.
La NBA reparte sus beneficios en un r¨¦gimen que ronda el 50% para cada parte: franquicias y jugadores. Ese BRI, los ingresos directamente relacionados con el baloncesto (basketball related income), es la base de los salarios de las plantillas y sirven para calcular, de hecho, el salary cap, cu¨¢nto puede gastar en sueldos cada franquicia en cada temporada. Los nuevos ingresos son una realidad: casi 1.500 millones para un r¨¦cord de sponsors que tiene que ver con los acuerdos con State Farm, Verizon, Microsoft y Google; La vuelta de Wilson como bal¨®n oficial, el contrato por las trading cards con Fanatics, las acciones en NFT con Dapper Labs o los parches de publicidad en las camisetas que supusieron 150 millones para los equipos en unas cifras que van a m¨¢s: los Nets han firmado uno nuevo con Webull por 30 millones al a?o, el m¨¢s alto por ahora.
Pero para ese BRI (que incluye lo que generan los partidos en entradas, merchandising, restauraci¨®n...) las grandes televisiones siguen siendo la joya de la corona, el gran sustento del negocio. Y esta era una temporada prometedora porque las Finales 2021 tuvieron una media de 9,9 millones de telespectadores, un 32% m¨¢s que la Final de la burbuja en 2020¡ a pesar de que en ella estaban LeBron James y sus Lakers. Lejos ambas, eso s¨ª, de la ¨²ltima Final prepandemia: 15,1 de media en 2019.
La gran edad de oro econ¨®mica de la NBA tiene que ver absolutamente con los actuales contratos televisivos que entraron en vigor en 2016 y que tienen vigencia hasta 2025: Disney (ESPN y ABC) y Turner (TNT) aceptaron pagar 24.000 millones por esas nueve temporadas. Casi 3.000 millones anuales cuando el anterior acuerdo apenas reportaba a la Liga algo m¨¢s de 900. La diferencia ayud¨® a disparar los ingresos y facilit¨® que se multiplicaran los ceros en los nuevos contratos de los jugadores desde el verano de 2016. El salario medio de la Liga alcanz¨® los 7 millones al a?o. En 2017, Stephen Curry firm¨® el primer contrato de m¨¢s de 200 millones totales (201 por cinco a?os). Despu¨¦s, Giannis Antetokounmpo renov¨® el suyo con los Bucks, en 2020, por 228 millones tambi¨¦n en un lustro. De media, 45,6 al a?o. Curry, otra vez, dej¨® al griego atr¨¢s con una ampliaci¨®n hasta 2026 con la mayor media anual de la historia: 53,8 millones. En el ¨²ltimo a?o (2025-26) el genial base de los Warriors tiene asegurados 59,6 millones. En el a?o antes del nuevo acuerdo televisivo, el salary cap (el total a gastar en salarios de cada equipo en una temporada) estaba fijado en 70 millones. En el siguiente (2016-17), la lluvia de dinero de las televisiones lo lanz¨® a 94,1. Una subida hist¨®rica, una nueva NBA.
En 2025 acabar¨¢ ese acuerdo que cambi¨® las normas del juego. Y ya se negocia uno nuevo que puede poner a la Liga en n¨²meros todav¨ªa m¨¢s incre¨ªbles. Seg¨²n Jabari Young (CNBC), la NBA tratar¨¢ de llegar hasta los 75.000 millones por otro tramo de nueve a?os, con preferencia para los mismos socios (Disney y Turner). Se pasar¨ªa de unos 2.700 millones al a?o a m¨¢s de 8.000. El salary cap, ahora en 112 millones, se podr¨ªa disparar m¨¢s all¨¢ de los 170 millones anuales. En esa estimaci¨®n, los contratos m¨¢ximos de cinco a?os superar¨ªan los 300 millones de d¨®lares. Partir¨ªan de casi 60 en la primera temporada y acabar¨ªan en 79 en la ¨²ltima. Por encima del total del cap en 2015 (70 millones).
En marzo, la NFL (la madre de todas las competiciones estadounidenses) renov¨® sus acuerdos televisivos en n¨²meros hist¨®ricos: 100.000 millones por once a?os (2023-33). M¨¢s de 9.000 millones al a?o, una cifra a la NBA quiere acercarse a pesar de que su peso entre el p¨²blico en EE UU es mucho menor. Pero cuenta a su favor con el sesgo demogr¨¢fico: sus seguidores son los m¨¢s j¨®venes de las grandes Ligas profesionales del pa¨ªs, un caladero muy apetecible, y su impacto global es mucho mayor que el de la NFL, un basti¨®n inamovible a nivel dom¨¦stico. La recuperaci¨®n de las audiencias despu¨¦s de la primera gran crisis provocada por la pandemia hace que las grandes televisiones no duden. El deporte no solo es un pilar obvio de sus programaciones, sino que se ha convertido tambi¨¦n en un gancho esencial para el ¨¦xito de los nuevos sistemas de streaming. Eso les hace, el que paga manda, tener tambi¨¦n la sart¨¦n por el mango a la hora de la verdad. Y eso incluye, en el caso de la NBA, la gran joya de la corona: la jornada de Navidad. Es as¨ª de sencillo¡ y as¨ª de complejo.