"Jordan promediar¨ªa 40 puntos por partido en la NBA actual"
Allen Iverson se rinde a Jordan, al que llama "Black Jesus" y asegura que no tendr¨ªa problemas en ser el mejor en la actual NBA.
El pasado y el presente est¨¢n constantemente entremezclados. Y no porque el hoy sea consecuancie del ayer (que tambi¨¦n), sino porque las comparaciones entre lo distintos baloncestos son el pan de cada d¨ªa de una NBA que vive de la narrativa y del discurso. Del debate, la discusi¨®n, el desacuerdo y las declaraciones cruzadas entre los que fueron, y los que son. La opini¨®n p¨²blica, ese lugar en el que se libran las batallas que deciden las guerras, es la encargada de mirar con lupa cada frase, cada opini¨®n fundada o no... y dictar sentencia. Y voltearla es harto complicado para unos jugadores que llevan la etiqueta puesta, desde que se la ganan (con m¨¢s o menos raz¨®n) hasta que se despiden con un legado a veces eterno y otras, bastante cuestionable.
Una de esas estrellas que tiene la opini¨®n p¨²blica a su favor de manera abrumadora es Michael Jordan. Una deidad, divinizada hasta el extremo, sin pr¨¢cticamente detractores y con una capacidad para que el aficionado medio le defienda sin pudor, pocas veces vista en la historia de la NBA. Ni siquiera The Last Dance, ese documental que ameniz¨® cuarentenas y dio la vuelta al mundo, perjudic¨® su imagen, a pesar de mostrarse a s¨ª mismo (y defender dicha postura) como, por decirlo suavemente, un compa?ero con bastantes comportamientos cuestionables y bastante indiferencia hacia el pr¨®jimo.
Ni eso da?¨® a Jordan, una divinidad humana, un hombre que trasciende aficionados y es considerado, casi de forma un¨¢nime, como el mejor jugador de todos los tiempos. Elegido mejor deportista del siglo XX, nadie parece hacerle sombra, y son t¨ªmidas las voces que alzan a LeBron James y le ponen, al menos, a la altura de His Airness, un campe¨®n de seis anillos que domin¨® los 90, fue dos veces campe¨®n ol¨ªmpico y, probablemente, el mejor y m¨¢s voraz entrenador que jam¨¢s ha visto el mundo baloncest¨ªstico.
El en¨¦simo halago
El ¨²ltimo en rendirse a la eterna (y eternizada) figura de Jordan ha sido un hombre que fue uno de los protagonistas de la generaci¨®n inmediatamente posterior: Allen Iverson. El base ha entrado en ese debate que compara el presente con el pasado, que augura el fracaso rotundo de cada generaci¨®n dependiendo de la conveniencia y el sentimiento de pertenencia y tiene a gente como Charles Barkley, Shaquille O'Neal y dem¨¢s analistas (por llamarlos de alguna manera) siempre como protagonistas. Tambi¨¦n a gente como Scottie Pippen y otros deportistas de la ¨¦poca, encargados de reivindicar su legado y asegurar que son mejores que los jugadores actuales. Y si Magic Johnson defend¨ªa a sus Lakers por encima de Jordan en ese hotel de fuera de la villa ol¨ªmpica, en Barcelona 92, son, curiosa y mayoritariamente, las estrellas de los 90, las que han monopolizado ese debate.
Uno de los argumentos recurrentes es ese que dice que los jugadores del pasado no podr¨ªan jugar en la NBA actual... y viceversa. Sin embargo, parece que Iverson lo tiene claro, al menos en lo que se refiere a Jordan. Preguntado por la comparativa entre eras, la leyenda de los Sixers ha dicho que Jordan "promediar¨ªa 40 puntos en la NBA actual". Y le ha definido como el "Black Jesus". Una afirmaci¨®n que viene a demostrar que, si bien hay dudas con la adaptabilidad de determinados jugadores a una ¨¦poca distinta a la que han estado (los hombres altos en la era de los triples...) Jordan es transversal en ese aspecto. Ser¨ªa el mejor en todas. Al menos, eso dicen.