Los ¡®cr¨ªos¡¯ que ganaron al Dream Team: ¡°Parec¨ªan unos ni?os¡±
El m¨ªtico equipo de Barcelona 92, invicto en partidos oficiales, solo perdi¨® una vez: ¡°No dijeron nada en plan ¡®estrellitas¡¯, pero al d¨ªa siguiente jugamos otra vez y no metimos ni un punto¡±.
El Dream Team cambi¨® la historia del baloncesto. El equipo que Estados Unidos, cuando pas¨® a llevar profesionales de la NBA a los Juegos Ol¨ªmpicos, present¨® en Barcelona 92 marc¨® un antes y un despu¨¦s: la gran Liga estadounidense se convirti¨® entonces en una competici¨®n verdaderamente internacional y el baloncesto mundial comenz¨® a desarrollarse y a acortar distancias, cada vez con m¨¢s presencia de sus jugadores (los que se criaron viendo a ese equipo de ensue?o) en suelo americano. Ese equipo qued¨® convertido en algo as¨ª como el patr¨®n oro, un s¨ªmbolo de perfecci¨®n y la mayor reuni¨®n de estrellas que jam¨¢s hubiera visto el baloncesto y, seguramente, todo el mundo del deporte. El no va m¨¢s.
Recordemos que Chuck Daly (el padre de los Bad Boys de Detroit Pistons) y unos ayudantes de lujo (PJ Carlesimo, Mike Krzyzewski y Lenny Wilkens) dirigieron a muchos de los mejores jugadores de la historia: Magic Johnson, Larry Bird, Michael Jordan, Charles Barkley, John Stockton, Karl Malone, Patrick Ewing, Scottie Pippen, David Robinson, Clyde Drexler, Chris Mullin y Christian Laettner, un chico de oro universitario (estrella de Duke) que despu¨¦s se qued¨® en poca cosa en la NBA, aunque despu¨¦s de ser n¨²mero 3 del draft en aquel 1992 lleg¨® a ser all-star cinco a?os despu¨¦s (1997).
El Dream Team cubri¨® el ciclo Torneo de las Am¨¦ricas-Juegos Ol¨ªmpicos como un torbellino en la pista y como el ideal agente de relaciones p¨²blicas que movi¨® la conquista del mundo por parte de la NBA. En el menor (pero clasificatorio) Torneo de las Am¨¦ricas el balance fue de 6-0 con victorias por m¨¢rgenes entre 38 puntos (el menor, contra Puerto Rico) y 79 (el mayor, a Cuba). En Barcelona (en el Ol¨ªmpico de Badalona, en realidad), esa colecci¨®n de leyendas lo gan¨® todo (8-0) con su victoria m¨¢s apretada por 32 puntos, en la final contra una Croacia temible contra cualquier equipo mortal. La media en esos ocho triunfos fue un +43,8. Un rodillo en tiempos en los que la NBA estaba a a?os luz de todo lo dem¨¢s.
Charles Barkley fue el m¨¢ximo anotador de aquel inolvidable Team USA (16,3 puntos por partido). Karl Malone anot¨® 14,8, Chris Mullin 14,3 Clyde Drexler 13,8 y Michael Jordan 12,7. Nadie tuvo que forzar demasiado la m¨¢quina en un equipo que no perdi¨® nunca... salvo por un min¨²sculo, m¨ªnimo y olvidado asterisco: una pachanga contra el llamado Select Team, un lote de estrellas universitarias que fue citado como sparring y que derrot¨® a sus ¨ªdolos. Fue solo un partidillo de 20 minutos, pero dej¨® en shock a unos y a otros. Michael Jordan descans¨®, el Dream Team todav¨ªa no ten¨ªa ni un solo automatismo, los chicos se lo tomaron como si fuera una final... y ganaron. Se dice que por ocho puntos y se dice que por un 62-54 final. Pero no hay certeza porque, para correr un tupido velo, se mand¨® poner el marcador del pabell¨®n a cero antes de que la prensa (que no hab¨ªa podido ver el partido) entrara de nuevo para hablar con los jugadores.
Aquel equipo no era poca cosa y lo dirig¨ªan Georg Raveling (entonces en USC) y Roy Williams (que dirig¨ªa a Kansas antes de sus casi dos d¨¦cadas en North Carolina). Los jugadores eran (todos entre 19 y 21 a?os) Anfernee Hardaway, Grant Hill, Allan Houstn, Bobby Hurley, Jamal Mashburn, Eric Montross, Rodney Rodgers y Chris Webber.
Algunos fueron despu¨¦s grandes estrellas de la NBA: Webber (n¨²mero 1 del draft en 1993, cinco veces all-star), Grant Hill (las lesiones frenaron una carrera que apuntaba a legendaria), Allan Houston (una gran estrella con los Knicks en el Madison) y Penny Hardaway, otro parado por las lesiones pero que hizo pareja con Shaquille O¡¯Neal en unos Orlando Magic que pudieron ser campeones. El que menos fortuna tuvo fue Bobby Hurley, un excelente base campe¨®n con Duke que despu¨¦s pas¨® a los banquillos (como su padre) ya que un accidente de tr¨¢fico trunc¨® su carrera en la NBA. Ahora dirige a Arizona State.
El Dream Team comenz¨® a materializarse a finales de junio de 1992 (a finales de mes jug¨® el Torneo de las Am¨¦ricas), en un hotel de lujo en La Jolla, a las afueras de San Diego. Kryzewski, que luego dirigi¨® al Team entre 2005 y 2016 (tres oros ol¨ªmpicos), record¨® a?os despu¨¦s el primer consejo que le dio a ¨¦l y al resto de ayudantes un Chuck Daly que ven¨ªa de competir al m¨¢ximo en la NBA y conoc¨ªa el car¨¢cter de las s¨²per estrellas a las que ten¨ªan que conjuntar: ¡°Nos cogi¨® a m¨ª y a PJ y nos dijo que ten¨ªamos que aprender una cosa para empezar. Cogimos las libretas para tomar notas pero nos dijo que ten¨ªamos que aprender a ignorar. Que con los universitarios est¨¢bamos pendientes de todo y cuidando cada detalle pero que aqu¨ª hab¨ªa hombres adultos y que solo nos entrometer¨ªamos en sus cosas si pasaba algo gordo¡±.
Chris Webber, por su parte, fue feliz cuando en el aeropuerto le recogi¨® una limusina en la que tambi¨¦n se desplazaba Larry Bird, con el que pudo hablar de baloncesto durante todo el trayecto hasta el lugar de concentraci¨®n. En cuanto pusieron all¨ª el pie, Bird le solt¨® uno de sus recados habituales: ¡°Era un gran tipo, hablamos de c¨®mo era jugar contra los Pistons, de distintos movimientos¡ pero en cuanto sal¨ª del coche e iba a coger mis bolsas, me dijo ¡®aseg¨²rate de que hoy duermes bien porque ma?ana te voy a patear el culo y te vas a pasar todo el resto de la semana acord¨¢ndote¡±.
El 24 de junio se jug¨® la famosa pachanga, con los j¨®venes del Select Team optando, por ¨®rdenes de Chuck Daly, por un estilo de juego a la europea, para que las estrellas de la NBA fueran prepar¨¢ndose para lo que se iban a encontrar en Barcelona. ¡°Nunca hab¨ªamos jugado as¨ª pero no ten¨ªamos nada que perder. As¨ª que salimos a la pista, Penny Hardaway hizo un par de mates, yo met¨ª un par de tiros lejanos y todos cogimos ritmo¡±, recordaba Allan Houston mientras el propio Hardaway, que fue cuatro veces all-star, sacaba pecho: ¡°Ellos pensaban que iban a salir ah¨ª, a calentar un poco a nuestra costa, ganarnos f¨¢cil, firmarnos unos aut¨®grafos y listo. No imaginaban el talento que ten¨ªamos nosotros tambi¨¦n¡±. ¡°El reloj se agot¨®, era una cuenta atr¨¢s de veinte minutos, y nos quedamos all¨ª sin saber qu¨¦ hab¨ªa pasado. Nadie dijo nada durante unos minutos despu¨¦s de nuestra victoria¡±, remat¨® Houston.
Los NBA no quitaron m¨¦rito, al recordar aquel tropiezo, a sus rivales y compa?eros de concentraci¨®n: ¡°La primera vez que los vimos pensamos que eran cr¨ªos. Nos dec¨ªamos ¡®eh, t¨ªos, no matemos a estos ni?os¡¯. Y cuando quisimos enterarnos, ellos ya estaban jugando como si fuera un s¨¦ptimo partido de playoffs. Y nos ganaron¡±, contaba Charles Barkley mientras Karl Malone se lo tom¨® como una buena cura de humildad: ¡°Dimos por hecho que les ganar¨ªamos y nos patearon el trasero. Daly lo aprovech¨® para advertirnos. Quer¨ªamos jugar ese mismo d¨ªa otra vez con ellos, pero no nos dejaron¡±.
Y s¨ª, volvieron a jugar. Bien lo recordaba Webber: ¡°Cuando les ganamos, no dijeron nada en plan estrellitas, nada de que nos hab¨ªan dejado ganar o algo as¨ª. Fue muy especial, est¨¢bamos tan emocionados que Bobby Hurley y yo nos pusimos a correr por el campo de golf en karts por la noche. Pero en el hotel coincid¨ª con Larry Bird en el ascensor, y me dijo ¡®no te preocupes, ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa¡¯. Y al d¨ªa siguiente volvimos a jugar¡ y no metimos ni un punto. Ni uno. Ni en juego, ni un tiro libre¡ Fuimos el despertador perfecto para ellos, y ellos fueron el perfecto ba?o de realidad para nosotros¡±. Eso s¨ª, el excepcional ala-p¨ªvot dej¨® claro que tambi¨¦n aprovecharon la estancia para pedir de todo a sus ¨ªdolos: ¡°Nos met¨ªamos en la habitaci¨®n de Jordan y le ped¨ªamos lo que fuera, hasta pendientes. Yo me llev¨¦ calcetines, camisetas¡ le ped¨ª un pendiente¡ algunas de las cosas que tengo las conservar¨¦ hasta que me muera. Mis nietos tendr¨¢n que llevarlas despu¨¦s al Hall of Fame. Fue maravilloso, un tiempo maravilloso¡±.