LeBron y los Lakers 2021-22: un l¨ªo de final incierto
Los Lakers tienen un equipo veterano, Westbrook genera incertidumbre y todo pasa, otra vez, por la salud de LeBron y Davis. Y, al final, dos opciones: anillo o desastre.
Si en 2013 (por poner un a?o aproximado) nos dicen que van a juntarse en el mismo equipo LeBron James, Anthony Davis, Russell Westbrook, Carmelo Anthony, Dwight Howard, Trevor Ariza y compa?¨ªa, nos habr¨ªamos ca¨ªdo del susto. Al menos el servidor que escribe estas l¨ªneas, que ve muchos nombres y muy variados en la franquicia m¨¢s ganadora de todos los tiempos (junto a los Celtics). Por aquel entonces, LeBron estaba en su prime, en el mejor momento de forma de su carrera, en su versi¨®n m¨¢s completa y con una capacidad defensiva que alcanz¨® su cl¨ªmax, por obra y gracia de Erik Spoelstra y la bien edificada estructura de los Heat, con Pat Riley a los mandos. Davis acababa de llegar a la NBA tras ser campe¨®n ol¨ªmpico con Estados Unidos en 2012 y con ¨¦l aterrizaban muchas y justificadas promesas de cambio. Westbrook no ten¨ªa la reputaci¨®n actual y era un buen complemento para Durant en los Thunder, que hab¨ªan alcanzado las Finales de 2012. Carmelo estaba mejor que nunca, lider¨® la Liga en anotaci¨®n y a los Knicks a 54 victorias, la ¨²nica ocasi¨®n en la que han superado la barrera de las 50 en todo el siglo XXI. Howard hab¨ªa empezado su ca¨ªda con una temporada aciaga en los Lakers, pero segu¨ªa siendo el p¨ªvot m¨¢s dominante de una competici¨®n que se empezaba a quedar sin la posici¨®n de center, al menos como se entend¨ªa entonces. Y Ariza era un seguro, un jugador ecu¨¢nime, un defensor voraz y un excelente triplista.
Claro que ya no estamos en 2013. Por aquel entonces, la competici¨®n se encontraba en los ¨²ltimos albores de la era del pick and roll y empezaban a emerger los triples y, con ellos, esos Warriors que han cambiado el baloncesto y han elevado a Stephen Curry al Olimpo (y viceversa). Todos los jugadores mencionados, que coincidir¨¢n en los Lakers, se han criado en el baloncesto de anta?o, el de los fundamentos, el de los puristas, el del bloqueo y continuaci¨®n, ese en el que los p¨ªvots actuaban como tal y no como aut¨¦nticos playmakers, que el hombre alto dominaba y era sin¨®nimo de victoria, que el tiro de media distancia era predominante y que no se renunciaba a los triples, pero no se lanzaban tantos como ahora. Y no todos los mencionados se han adaptado igual a los nuevos tiempos: Carmelo fue denostado por la NBA y Westbrook por la opini¨®n p¨²blica. El primero estuvo sin equipo durante mucho tiempo, y el segundo hizo m¨¦ritos para ganarse la animadversi¨®n de casi la totalidad del mundo baloncest¨ªstico. Tampoco Howard, con su car¨¢cter jovial y adolescente, tuvo cabida hasta su consabida redenci¨®n, en esos Lakers a los que ahora vuelve. Y solo LeBron ha dominado el baloncesto de hoy igual que el de ayer. Pero claro, hablamos de un jugador que est¨¢ luchando, todav¨ªa, por ser el mejor jugador de la historia. Por mucho que a algunos les pese.
Otra variante imposible de obviar es la del tiempo. Ese que pasa para todos, incluso para un LeBron que parec¨ªa inmune al mismo. Ahora, se juntan en los Lakers veteranos de guerra, gente que ha visto pasar mucho por delante de sus ojos y que no cree en el destino. Que han visto cosas. Que han vivido cosas. Y no tienen ni las piernas, ni el f¨ªsico, ni la capacidad atl¨¦tica de hace ocho a?os. O cuatro. O dos. LeBron cumplir¨¢ 37 a?os el 30 de diciembre, Carmelo ya los tiene, Westbrook va camino de los 33, Howard de los 36, que son justo los que tiene Ariza... y s¨ª, Anthony Davis tiene 28, pero m¨¢s problemas f¨ªsicos a esa edad que todos los dem¨¢s juntos cuando ten¨ªan la misma. Y eso sin contar a Marc Gasol, que ha hecho efectiva su player option y seguir¨¢, salvo sorpresa, ligado a la franquicia angelina. Otros 36 a?os, que ser¨¢n 37 en enero. En definitiva, la mitad de la plantilla supera la treintena, el jugador franquicia encara su 19? temporada y va a casi 100 partidos por a?o, contando que, adem¨¢s, ha disputado 10 Finales; y esa parte joven que levantaba el ¨¢nimo y corr¨ªa sin descanso en defensa (Caruso, KCP, Kuzma...) ha dicho adi¨®s en sustituci¨®n de segundas espadas que pueden ser incluso terceras.
?A qu¨¦ juegan los Lakers?
Los rumores se convirtieron en realidad cuando Adrian Wojnarowski (c¨®mo no) anunci¨® que Westbrook hab¨ªa llegado a un acuerdo con Los Angeles Lakers. Y, en ese momento, todos se preguntaron (nos preguntamos) a qu¨¦ demonios estaba jugando Rob Pelinka. Nadie entend¨ªa c¨®mo se pod¨ªa llegar a esa conclusi¨®n, en qu¨¦ cabeza cab¨ªa ese tipo de movimiento. El enemigo p¨²blico n¨²mero 1, el rey del triple-doble, la estrella estrellada, llegaba a la ciudad de la luz y a la cuna de las estrellas del cine para formar parte de un proyecto que tiene como objetivo el anillo. Pero lo hace, cuidado, con mil ojos puestos en ¨¦l, juicios mal dados y un destrozo absoluto de su reputaci¨®n, labrada por individualidades propias de tiempos pasados y gestas hist¨®ricas que han dado como resultado? algo que ahora nadie se consigue quitar de la cabeza: ni ese es el camino para ganar, ni Westbrook el jugador para hacerlo. Salir de la sombra de Durant le permiti¨® explotar (y de qu¨¦ manera) a nivel estad¨ªstico, promediar triple-doble en cuatro de las ¨²ltimas cinco temporadas, ganar un MVP y un t¨ªtulo de M¨¢ximo Anotador... y ya. Lleg¨® a los Rockets para apuntalar el proyecto y acab¨® por hundirlo del todo (que ya lo estaba, ojo), ha ca¨ªdo en cuatro primeras rondas en cinco a?os y ha dado m¨¢s prioridad a sus n¨²meros que a sus compa?eros.
Westbrook (se va a hablar mucho de ¨¦l) llega parcialmente reconciliado con la opini¨®n p¨²blica tras una temporada en la que se ech¨® a los Wizards a la espalda, lider¨® al equipo a una remontada mete¨®rica con n¨²meros de videojuego (para variar), pero se volvi¨® a hundir en playoffs. La NBA le ignor¨® para los mejores quintetos (podr¨ªa haber entrado perfectamente) y recibi¨® un apoyo tan inopinado como merecido de la gente, s¨ª... pero estando en los Wizards. Nadie le ve¨ªa, ni le ve, ya a estas alturas, como miembro de un equipo ganador (o que pretenda serlo) y la posibilidad de que cuadre dentro del esquema de Frank Vogel, que se hace fuerte desde la defensa y no renuncia al contraataque, pero tampoco juega a la velocidad del explosivo base, es, cuanto menos, improbable. Westbrook asume mucho bal¨®n y no sabe jugar sin ¨¦l, algo que puede chocar con un LeBron que ejercer de base desde su llegada a Los Angeles. Y tiene una virtud: ese piloto autom¨¢tico que pone en una regular season en la que apenas se cansa y en la que llega a todo y a todos con una facilidad pasmosa y un f¨ªsico privilegiado. Puede dar descanso a los dem¨¢s y tirar de genio durante el a?o, pero luego llegan los playoffs. Y eso sin hablar de que nos referimos a un car¨¢cter dif¨ªcil de entrenar y de encontrar cabida en un vestuario, incluso en uno de personalidades tan poderosas como el angelino. Lo dicho: pero, pero, pero...
La otra gran duda es c¨®mo va a funcionar Carmelo. Pero, en este caso, su papel puede ser m¨¢s sencillo de gestionar: es el veterano del grupo y ha adoptado un rol m¨¢s residual desde su retorno a la NBA, con casi dos temporadas completas sin equipo y sin que nadie le quisiera. Ahora, tiene un papel m¨¢s humilde y ha dejado de empe?arse en monopolizar el juego cuando ya no pod¨ªa hacerlo. Eso s¨ª, encontr¨® sitio en los Blazers, un equipo que compart¨ªa sus virtudes y sus defectos a partes iguales: atacaba en demas¨ªa y defend¨ªa poco o nada (de hecho, recibieron m¨¢s de 114 puntos por partido el ¨²ltimo curso). A estas alturas de su carrera, es probable que Carmelo tenga pocos minutos y mal repartidos, pero con el recuerdo de su ef¨ªmero (y doloroso) paso por los Rockets, a buen seguro intentar¨¢ que las cosas no acaben en el dique seco antes de tiempo. Y tendr¨¢, eso s¨ª, que ponerse a defender si quiere tener hueco en un esquema de juego en el que tiene fant¨¢sticos defensores. Y, a la vez, competir con varios miembros de la plantilla que le pueden quitar muchos minutos: Malik Monk, Kent Bazemore (otro que pasa de la treintena), Wayne Ellington (va a cumplir 34), Talent Horton-Tucker, los novatos Austin Reaves y Joel Ayayi y el ya mencionado Trevor Ariza. Mucha competencia a demasiada edad.
La redenci¨®n y el coraz¨®n del campe¨®n
Una cosa es objetiva: Westbrook y Carmelo tienen m¨¢s opciones de ganar el anillo este a?o que el anterior. Porque s¨ª, los Lakers se han metido, aparentemente, en un l¨ªo sin sentido al fichar, sobre todo, al primero de ellos. Tienen una veteran¨ªa excesiva y una media de edad demasiado alta como para competir contra equipos m¨¢s j¨®venes y vigorosos. A jugadores muy dados a sufrir lesiones. Un vestuario dif¨ªcil de aguantar. Pero tienen una plantilla llena de estrellas, a un Howard que se encuentra f¨ªsicamente bien, viene de cuajar una temporada muy v¨¢lida en los Sixers y resolver¨¢ los problemas interiores que los Lakers sufrieron el a?o pasado. Y, claro, est¨¢ Anthony Davis, un hombre que respetado por las lesiones es el mejor de la NBA, un defensor inquebrantable, un atacante al que se le caen los puntos de las manos, un jugador que rebotea, tapona, pasa, anota, roba, corre, postea, vuela y lleva en volandas a su equipo. Y por su f¨ªsico pasar¨¢n las opciones de los Lakers.
Y por ¨²ltimo, claro, tenemos que hablar de LeBron. El mayor motivo para creer que los Lakers pueden ser campeones, El Rey cuya corona lleva puesta ese ser de apellido Antetokounmpo, el hombre al que jam¨¢s nadie debe subestimar. Un coraz¨®n indomable, una estrella del Olimpo, un jugador comprometido con la historia. LeBron cumplir¨¢ 37 a?os en diciembre y en el pasado curso baloncest¨ªstico, uno en el que sufri¨® los achaques de la edad y las lesiones derivadas del calendario colapsado, se fue a 25 puntos, 7,7 rebotes y 7,8 asistencias. El alero, reconvertido en base, se fue con la cuestionada The Decision de Ohio a Florida para ganar con Miami Heat. Luego, volvi¨® a la tierra natal para conquistar el anillo prometido. Y de uno de los mercados m¨¢s peque?os, se fue al m¨¢s grande para volver a triunfar en el a?o m¨¢s dif¨ªcil, el del coronavirus y la ausencia de ventaja de campo. Por ¨¦l, su eterna figura y su consabida leyenda pasar¨¢n las opciones de los Lakers.
Su mera presencia puede contener a Westbrook, su saber estar, el cuidado de su cuerpo y su discurso pueden ser suficientes para llegar vivos a playoffs. Y ah¨ª, en ¨²ltima instancia, reaparecer¨¢ su personalidad y su persona. Ese hombre absorbente que busca el trono de Michael Jordan. Ese jugador que ha escrito una historia de la que la NBA ha comido como nadie. Ese ser celestial que busca su lugar definitivo en la historia. S¨ª, los Lakers est¨¢n en un l¨ªo muy gordo, en un foll¨®n originado en un mercado en el que han pasado muchas cosas y muy variadas, tienen jugadores otrora muy buenos pero hoy algo pasados, o muy veteranos, un riesgo alto de lesiones, muchos egos incontenibles y una supuesta capacidad innata para autodestruirse. Pero, por encima de todo, tienen a LeBron James. Y con ¨¦l, no lo olvidemos, todo es posible. Ya lo dijo Rudy Tomjanovich, en una de esas frases que tiene una competici¨®n, la norteamericana, muy dada a hablar en la vida real como hacen en las pel¨ªculas: "Nunca subestimes el coraz¨®n de un campe¨®n". Pues eso.