Los Wolves van a por Simmons
En Minnesota aseguran que su v¨ªa de crecimiento es a trav¨¦s de traspasos y no quieren tocar el tr¨ªo Towns-Edwards-Russell. Ricky Rubio y Juancho Hernang¨®mez, en tre los que podr¨ªan salir.


Parece lejano, lejan¨ªsimo, el d¨ªa (20 de junio) en el que los Hawks asaltaron Philadelphia, se colaron en la final del Este (en la que nadie contaba con ellos apenas semanas antes) y metieron en una crisis abismal a los Sixers, el mejor equipo del Este en la regular season y un proyecto que sigue sin ser capaz de aparecer siquiera en una final de Conferencia (tres semifinales en cuatro a?os). Joel Embiid jug¨® a un nivel extraordinario con una lesi¨®n de rodilla, pero su esfuerzo no se vio acompa?ado. Ni por el trabajo t¨¢ctico de Doc Rivers, muy deficiente, ni por un equipo pensado para pelear por el t¨ªtulo pero lastrado finalmente por sus limitaciones. Con Danny Green lesionado y Tobias Harris irregular, Ben Simmons fue incapaz de dar un paso adelante en ataque.
Es la historia de nunca acabar para el australiano, tres veces all star (las tres ¨²ltimas temporadas) y uno de los mejores defensores de la NBA pero un jugador incapaz de sumar puntos y cada vez m¨¢s encogido. Angustiado por sus problemas hist¨®ricos desde el tiro libre (34% en playoffs, la peor marca de siempre para su n¨²mero de lanzamientos: 25/73) y acosado por las limitaciones que eso y su carencia absoluta de tiro exterior le generan a pesar de que es un excepcional pasador. Contra los Hawks, solo tir¨® tres veces a canasta en siete ¨²ltimos cuartos, y ni lo intent¨® en cinco. Muy poco, demasiado poco por mucho que haga muy bien otras cosas. Y la evidencia de que as¨ª no puede ser la segunda estrella de un equipo que quiere ser campe¨®n (firm¨® hace dos a?os una extensi¨®n de cinco a?os y 167 millones), mucho menos cuando tiene que funcionar al lado de un jugador interior tan poderoso como Joel Embiid, que necesita exteriores que abran la pista y le quiten parte de la tremenda presi¨®n que ejercen sobre ¨¦l las defensas rivales. Cuando acab¨® la temporada de los Sixers, los aficionados abucheaban al equipo y se cebaban con un Simmons al que ve¨ªan fuera de Philadelphia. Hasta sus mayores defensores empezaron a considerar que un cambio de aires, llegados a este punto, era la mejor que le pod¨ªa pasar. Simmons, por su parte, se baj¨® del carro de los Juegos Ol¨ªmpicos y se reuni¨®n con los Sixers sin, por lo que se filtr¨®, pedir el traspaso a otro destino NBA.
Los Sixers, con Daryl Morey al frente, ya tantearon la opci¨®n de traspasar a Simmons antes de esta temporada. Lo hicieron cuando estuvo a tiro un pez tan gordo como James Harden. As¨ª que lo normal es que Morey vuelva a analizar todas sus opciones¡ aunque no va a regalar a un tres veces all star. Ya ha rechazado una oferta de una primera ronda y Malcolm Brogdon por parte de los Pacers, y cualquier operaci¨®n se antoja ahora mismo compleja: Morey quiere una gran estrella de backcourt (Damian Lillard, Bradley Beal...) pero estas dif¨ªcilmente est¨¢n a tiro ahora mismo, y los Sixers tampoco tienen mucho m¨¢s que ofrecer a la vista del actual valor de Simmons. Equipos como los Warriors tienen armas de draft (los picks 7 y 14 de este a?o) pero los Sixers necesitan estrellas para ganar ya con Embiid: quieren presente y no m¨¢s futuro. As¨ª que el asunto es complicado por mucho que los aficionados de los Sixers sue?en con operaciones que reconduzcan una situaci¨®n ahora mismo muy torcida.
Y as¨ª aparecen los Timberwolves en escena. Una franquicia que necesita impulso y que viene de una temporada de muchas derrotas (23-49) pero cierta esperanza: el equipo mejor¨® con la llegada de Chris Finch al banquillo (mucho); Karl-Anthony Towns es una estrella, Anthony Edwards un n¨²mero 1 del draft que jug¨® una excelente primera temporada y el equipo firm¨® un prometedor 11-11 desde que regres¨® tras su lesi¨®n D¡¯Angelo Russell. Los Wolves que dirige Gersson Rosas en los despachos conf¨ªan en el base como miembro de un big three joven a partir del que construir un equipo que se pueda convertir en alternativa en el Oeste. El problema es que, pese a su mal rendimiento deportivo, los Wolves tienen mucho dinero invertido en salarios y rozan el impuesto de lujo solo con retener su bloque de la pr¨®xima temporada: 127,7 millones asegurados, 129,5 si (lo har¨¢n salvo sorpres¨®n) retienen a Naz Reid. El propio Rosas ha reconocido que su v¨ªa para crecer, vistas la situaci¨®n salarial y las necesidades de la plantilla, est¨¢ en los trapasos.
25 equipos, adem¨¢s, est¨¢n en Minneapolis estos d¨ªas, un reencuentro de muchos ejecutivos (tras los cierres de pandemia) en el que se habla de muchas cosas¡ y en el que se dice que Wolves y Sixers ya han hablado, al menos a modo de tanteo, de Ben Simmons. El encaje parece perfecto: con los tres anotadores j¨®venes citados, Simmons no tendr¨ªa que asumir responsabilidades en ese apartado, mucho menos en los finales de partido. Y los Wolves necesitan lo que ¨¦l s¨ª aporta: defensa de ¨¦lite, brillantez en el juego en transici¨®n. El problema es c¨®mo convencer a los Sixers (los Wolves no tienen su pick de este a?o siquiera: es de los Warriors) y c¨®mo cuadrar salarios. Simmons percibir¨¢ la pr¨®xima temporada 33 millones de d¨®lares, as¨ª que por convenio los Wolves tendr¨ªan que dar al menos 26,4. Sin tocar a Towns (cobrar¨¢ 31,6 millones), Russell (30) y un Edwards todav¨ªa en contrato rookie (10,2), asoman varias opciones que ser¨ªan obvias: Ricky Rubio (17 millones en su ¨²ltimo a?o de contrato, otro factor que puede ayudar a su cambio de aires), Malik Beasley (14,4) y, en un segundo nivel, Juancho Hernang¨®mez (7), Jarrett Culver (6,3) y Jake Layman (3,9).
Por combinaciones con esos nombres pasar¨ªan las opciones de operaci¨®n de los Wolves, ya que no quieren tocar a Towns, Edwards y Russell. Luego habr¨ªa que ver qu¨¦ quieren o qu¨¦ pretenden los Sixers, pero las declaraciones de Rosas hablando de la necesidad de ir al mercado de traspasos, las jerarqu¨ªas j¨®venes en el equipo y la estructura de los contratos son factores que pueden hacer que la operaci¨®n Simmons no sea la ¨²nica en la que escuchemos los nombres de Juancho Hernang¨®mez y, sobre todo, un Ricky Rubio que ya vivi¨® dos traspasos antes de esta temporada, de Phoenix Suns a OKC Thunder y de ah¨ª a Minnesota Timberwolves.