NBA | SIXERS 96 - HAWKS 103 (3-4)
Debacle de los Sixers: Trae y los Hawks acaban con un proyecto
Los Sixers, horribles, se van a casa tras una debacle de dimensiones ¨¦picas y con el proyecto exigiendo cambios. Fracaso rotundo de Rivers, Simons y Embiid. Trae se corona.
Philadelphia es una ciudad que tiene un papel fundamental dentro de la cultura estadounidense. Es un lugar donde el amor y la fraternidad est¨¢n siempre presentes y donde los padres de la patria declararon la independencia. Tambi¨¦n es el nombre de la pel¨ªcula titulada de igual forma, con Tom Hanks y Denzel Washington, que habla, principalmente, de los derechos humanos. Y la de Rocky Balboa, el r¨ªo Delaware, la Liberty Bell y un sinf¨ªn de cosas que conforman una idiosincrasia concreta en un lugar determinado de Estados Unidos, uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos del pa¨ªs. Y, adem¨¢s de todo eso, pero no menos importante, Philadelphia es un ciudad que entiende el baloncesto. Su conexi¨®n siempre ha sido total con unos aficionados envalentonados, y su esp¨ªritu, inquebrantable. Por eso, entre otras cosas, es tan grande hoy el dolor de los seguidores de los Sixers, una franquicia que se ha alejado de su propia historia y no es capaz de encontrar su lugar en una NBA que no espera a nadie, ni les ha esperado a ellos.
Los Hawks han apeado en el s¨¦ptimo partido y fuera de casa a unos Sixers decepcionantes, horribles y tristes. A un equipo que parec¨ªa que no quer¨ªa ganar y que no ha encontrado la manera de hacerlo, incluso cuando la victoria era m¨¢s sencilla de lograr que la derrota. En el cuarto partido, en Atlanta, ganaban por 18 y amagaban con cerrar la serie. En el quinto, ante su p¨²blico, lo llegaron a hacer de 26, pero tampoco consiguieron la victoria. Probablemente, el proyecto que han liderado Joel Embiid y Ben Simmons, uno lleno de cad¨¢veres y un Trust de Process ya totalmente denostado y, por lo que se ha visto, casi injustificado, se lo cargara Kawhi Leonard con un tiro que, en 2019, toc¨® cuatro veces el aro antes de caer dentro. Ah¨ª fue donde se quedaron unos Sixers que entran de lleno, ahora s¨ª, en una fase de reconstrucci¨®n eternamente postergada y que se ha limitado a un cambio de entrenador (ahora hablaremos de Doc Rivers), pero no de estrellas. Los dos pilares que han sostenido el equipo en los ¨²ltimos a?os. Embiid y Simmons.
Ahora toca una salida obligada, la de un Simmons que est¨¢ a a?os luz de su compa?ero y que ha sido una promesa vac¨ªa que se ha esfumado como una l¨¢grima en la lluvia. El base ha mejorado ligeramente respecto a partidos anteriores, pero solo en la estad¨ªstica: 5 puntos, 8 rebotes y 13 asistencias antes de su desaparici¨®n, casi insultante, en el ¨²ltimo cuarto, y sus problemas con Josh Collins, que le acabaron sacando de un partido al que no lleg¨® ni se le esperaba A 3:30 del final, solo debajo de la canasta, decidi¨® pasar un bal¨®n que acab¨® en p¨¦rdida en vez de atacar el aro, una jugada muy comentada posteriormente. Doc Rivers, un hombre al que se le est¨¢ acabando el aura y que fracasa en los Sixers igual que antes lo hizo en los Clippers, carg¨® contra ¨¦l en rueda de prensa. Tambi¨¦n su compa?ero Embiid. Im¨¢genes casi in¨¦ditas de personajes del mismo equipo rajando sin pudor y culpabilizando de la derrota, con raz¨®n o sin ella, a alguien de su plantilla.
Embiid contra todos
De nuevo, Embiid fue el elemento diferencial y el ¨²nico jugador de losSixers que dio verdaderamente la cara en la recta final del encuentro. Luch¨®, pele¨® y fue la figura que todo el mundo le pide ser. Y se fue a 31 puntos, 11 rebotes y 3 asistencias, tocado pero no hundido, haciendo gala de esa fama de hombre de cristal que ha arrastrado desde su llegada y que ha significado un lastre para un equipo totalmente dependiente de su talento y de su capacidad para producir. Mejor rodeado que en otros a?os por obra y gracia de Daryl Morey, esta vez no hubo l¨¢grimas, como en 2019, tras la eliminaci¨®n. Se qued¨® todo en una rajada a Simmons y una amargura suprema de la que no hay ninguna duda posible. El p¨ªvot lo intent¨®, anot¨® 11 puntos en el ¨²ltimo cuarto y fue lo que es, una megaestrella que juega tocada, pero estuvo muy solo, en el partido y en una serie que no ha jugado entera, ante un Capela que desgasta a cualquiera y un equipo con m¨¢s coraz¨®n que el suyo.
Tobias Harris lo intent¨® y se fue a 24 puntos y 14 rebotes, pero su irregularidad ha marcado tambi¨¦n su carrera, y no ha vuelto a ser el buen jugador de equipo de clase media que Doc Rivers, un hombre con muchas virtudes pero cada vez m¨¢s defectos, cre¨® en los Clippers. El error (otro) de este proyecto de los Clippers fue ofrecer el m¨¢ximo al alero y no a Jimmy Butler, ese todoterreno que frenaba los egos incontenibles y las ¨ªnfulas de grandeza de las j¨®venes estrellas de los Sixers, y con el que m¨¢s lejos llegaron a su camino hacia el anillo. Al s¨¦ptimo partido. Pero a uno resuelto en el ¨²ltimo tiro y no con la bochornosa imagen vista esta noche. Y con un lanzamiento sin el que se podr¨ªa reescribir la historia, y que evit¨® una pr¨®rroga que hab¨ªa forzado, vaya, Jimmy Butler.
Daryl Morey es un genio, pero la magia no existe, y va a tener complicado buscar salidas y no quedarse estancado con una plantilla llena de problemas. Simons tiene la barbaridad de 165 millones de d¨®lares garantizados hasta 2025 y Tobias 148 hasta 2024. Y esto sin coontar con los 94 de Embiid, comprometido hasta 2023 con el equipo de su vida y una afici¨®n que despide a los suyos ente pitos y abucheos. Morey deber¨¢ manejar esos n¨²meros, contratos que no firm¨® ¨¦l, para ver c¨®mo rodea al p¨ªvot. Y de paso, decidir qu¨¦ hace con un Rivers que parece totalmente quemado y se ha visto obligado a improvisar sobre la marcha y corregir defectos ajenos y propios: renunciar casi del todo a Howard en la rotaci¨®n, no ser claro con el tiempo de Simmons en pista, jugarse los minutos clave con un veterano como George Hill... en fin, cosas y m¨¢s cosas. Y todas, o casi todas, mal.
Trae Young se corona
El fracaso de los Sixers es, claro, el ¨¦xito de los Hawks. Son el primer equipo desde los Pacers en 1994 que se cuelan en las finales de Conferencia sin un solo All Star. Y lo hacen con una historia fabulosa: un triple de Trae Young con dos minutos para el final daba cuatro de ventaja a los Hawks (89-93), que ya no perder¨ªan la delantera. Y el propio base pon¨ªa, de esta manera, el redondel a una temporada en la que estaban desmadejados y ejercieron el empoderamiento del jugador para que saliera Lloyd Pierce, un buen t¨ªo, y se buscara un nuevo discurso de la mano del interino Nat McMillan, un hombre cuya reputaci¨®n estaba por los suelos y que hab¨ªa perdido en primera ronda, con los Pacers, los ¨²ltimos cuatro a?os de forma consecutiva. Pues bien, McMillan llega a las finales del Este ante los Bucks de Giannis Antetokounmpo, Khris Middleton... y Mike Budenholzer, que dirigi¨® a los ¨²ltimos Hawks que llegaron a dicha ronda: en 2015, con Hill, Horford, Korver y compa?¨ªa. Parece que han pasado mil a?os.
Trae disput¨® un partido aparentemente malo, con 5 de 23 en tiros de campo, 2 de 11 en triples y 6 p¨¦rdidas. Pero acab¨® con 21+10 y emergi¨® al final, all¨¢ donde lo hacen los grandes jugadores, para liderar a la ciudad de Atlanta a un sue?o te¨®ricamente imposible y que acabar¨¢ (o no) en la serie ante los Bucks. Kevin Huerter fue poco m¨¢s que un h¨¦roe (27 puntos en una gran serie de tiro), Josh Collins hizo de todo (14+16), Capela un poco menos (13+6), y Bogdanovic, negado de cara al aro (2 de 8, con 0 de 4 en triples), estuvo sentado por una buena decisi¨®n de McMillan y se mantuvo fr¨ªo en el banquillo, con sus compa?eros calientes en pista. Gallinari, con 17 puntos, jug¨® sus minutos. Y por cierto, Lou Williams (6 tantos) llega a las finales del Este en su tierra natal, algo que parec¨ªa impensable hace unos meses. En su llegada a casa particip¨® un Rajon Rondo que puso rumbo a los Clippers y que tambi¨¦n est¨¢ disputando las finales de Conferencia, pero en el Oeste. Curiosidades del destino.
As¨ª queda la cosa. Esta noche, jornada de descanso antes de afrontar un final de temporada marcado neta y completamente por las lesiones. Pero aqu¨ª lo que vale es ganar y en eso estar¨¢n cuatro equipos que han ido poco tiempo de la mano del ¨¦xito y que son tradicionalmente perdedores. Los Hawks, a so?ar. Y los Sixers, sin finales de Conferencia desde el 2001, sin referentes m¨¢s all¨¢ del recuerdo de estrellas a?oradas como Allen Iverson y con el proyecto en jaque, y casi en mate. Trae se corona y acaba con la reina. Y el rey, solo, se mueve por el tablero intentando buscar un milagro imposible y evitar un final que acaba (ojo spoilers) como todas las partidas de ajedrez... y de cualquier otra cosa: con un ganador y un perdedor. El problema para los Sixers, es que ya llevan mucho tiempo perdiendo. Y no se atisba la luz al final del t¨²nel. Tiempo de reflexi¨®n y a ponerse los playoffs de 2001. Otro esp¨ªritu y otro momento hist¨®rico, sin duda. Otro equipo. Otros h¨¦roes. Otra franquicia. Y muy distinta a la actual. Eso es lo malo.