En¨¦simo fracaso de los Kings: 15 a?os de traves¨ªa en el desierto
Con dos partidos para concluir la temporada los Kings est¨¢n eliminados. Walton se hunde, los despachos no funcionan y el equipo no juega 'playoffs' desde 2006.
Una crisis pantagru¨¦lica. En ella est¨¢n inmersos los Kings, que buscan desesperadamente una identidad perdida que ya nadie recuerda, y encadenan un fracaso tras otro desde que, en 2006, disputaran los playoffs por ¨²ltima vez en su historia. El equipo de Sacramento, una ciudad que entiende el baloncesto, no ha vuelto a la fase final desde entonces, y vive la sequ¨ªa m¨¢s grande en activo, una en la que se han quedado solos despu¨¦s de que los Wolves se colaran en playoffs en 2018 in extremis, para conseguir un peque?o ¨¦xito que sirvi¨® solo (la din¨¢mica deportiva, con Tom Thibodeau al frente, cambi¨® poco o nada) para poner fin a una sequ¨ªa de 13 a?os sin playoffs (desde 2004, con Kevin Garnett de l¨ªder). Los Kings ya suman 15; y suman, suman, suman... no paran de coleccionar ausencias, como si les pagaran por ello. El a?o pasado se quedaron fuera hasta en dos ocasiones (metaf¨®ricamente): una pre covid, en la que estaban m¨¢s fuera que dentro, y otra en la burbuja, con cinco derrotas en seis partidos a pesar de ese invento del play-in, que daba opciones a todos menos a unos Kings que fracasan por muchas posibilidades que tengan.
En 2006, ¨²ltimo a?o que los Kings disputaron los playoffs, Rick Adelman era el entrenador y Mike Bibby el ¨²ltimo reducto de ese equipo que so?¨® con el anillo de 2001 a 2004, pero que no pudo, ni en su etapa m¨¢s gloriosa, ganar un s¨¦ptimo partido que perdi¨® en tres ocasiones consecutivas. En 2002, en las finales del Oeste ante los Lakers, en una de las mejores series de la historia; en 2003 y 2004, en semifinales, ante Mavericks y Timberwolves respectivamente. El proyecto se fue diluyendo a medida que las viejas glorias eran distribuidas a otros equipos (Vlade Divac, Chris Webber, Doug Christie, Bobby Jackson, Pedja Stojakovic...) y Bibby aguant¨® hasta 2006 junto con Adelman, el hacedor de un sistema revolucionario que utilizaba a los hombres altos como distribuidores y se basaba en un ataque asfixiante y un juego absolutamente atractivo que se convirti¨® en la cuna del baloncesto. The Greatest Show On The Court (El Mayor Espect¨¢culo en la Cancha), definido as¨ª con Jason Williams, sobrevivi¨® a la salida de Chocolate Blanco y se mantuvo con un Bibby que fue el alma de un equipo recordado con un cari?o especialmente grande para los pocos anillos que conquist¨®.
Ni rastro queda de esa plantilla; tampoco de los sentimientos que produc¨ªa en una afici¨®n que ten¨ªa una conexi¨®n extraordinaria con sus jugadores. Los Kings lo consiguieron todo menos el anillo, pero no supieron reconstruirse y han ido ahog¨¢ndose en un poco del que son incapaces de salir 15 a?os despu¨¦s de ser eliminados ante los Spurs en seis duros enfrentamientos. Adelman puso rumbo entonces a la clandestinidad y despu¨¦s a los Rockets; Bibby aguant¨® hasta la 2007-08 y march¨® a Atlanta, pero no volvi¨® a recuperar el nivel que le llev¨® a ser uno de los mejores jugadores de la historia en no disputar nunca el All Star. Y se fueron Brad Miller, Ron Artest y todos esos jugadores que vivieron en Sacramento sus momentos de gloria o los reeditaron luego en el futuro, como es el caso de Artest, que toc¨® gloria en los Lakers. Y tras el adi¨®s al proyecto, lleg¨® el saludo al dudoso honor que culminar¨¢n esta temporada, cuando se haga efectiva su no disputa del playoffs: 15 temporadas sin disputar la fase final, un r¨¦cord que ten¨ªan unos Clippers que lo consiguieron de 1976 a 1991. Lo abrieron siendo Buffalo Braves, pasaron por San Diego y lo cerraron ya en Los ?ngeles, con el taca?o Donald Sterling y su nefasta gesti¨®n al frente.
Ese es el r¨¦cord de los Kings, un dudoso honor que es en realidad un desastre. Los Wolves se quedaron en 13 y los Suns van a romper este a?o una racha que ha llegado a los dobles d¨ªgitos. Todos, antes o despu¨¦s, han esquivado la cima que conquistaron los Clippers. Cuando Adelman anunci¨® su marcha ese lejano 19 de mayo de 2006, los Kings sumaban dos eliminaciones en primera ronda y ocho a?os consecutivos pisando los playoffs, todos con ¨¦l al frente. Entre medias, cinco r¨¦cords que superaron las 50 victorias, todos seguidos, y uno, el de la 2001-02 (la gran oportunidad), con 61, el r¨¦cord de la historia de la franquicia. Tras su salida (y la de su figura y todo lo que representaba) han llegado 15 temporadas, no solo de ausencia de eliminatorias por el t¨ªtulo, tambi¨¦n de r¨¦cords negativos. En total, 10 entrenadores han pasado por los banquillos californianos, y ni grandes nombres como George Karl han conseguido enderezar una franquicia por la que han pasado malos jugadores, pero tambi¨¦n buenos: DeMarcus Cousins, Isaiah Thomas, Rajon Rondo o Rudy Gay son solo algunos ejemplos. El otro, en el presente curso, es el de una plantilla mejor, a priori, que muchas de las que tienen delante.
Del banquillo a los despachos: todo mal en los Kings
A los Kings les han pesado dos cosas en los ¨²ltimos a?os. La primera, la elecci¨®n de Marvin Bagley II (que no defiende, ni postea... ni nada) por delante de Luka Doncic en el draft, algo que nunca se le perdon¨® a un Vlade Divac que ha sido en los despachos lo opuesto a lo que represent¨® en pista como referente. El directivo sali¨® el pasado verano con una responsabilidad muy grande, pero las nuevas tretas no han servido para nada a pesar del prometedor equipo con el que cuentan en Sacramento: De'Aaron Fox no tiene techo, Buddy Hield hace todo y gente como Harrison Barnes, ese chivo expiatorio de la derrota de los Warriors en 2016, aporta menos de lo que dice su abultado contrato... pero aporta. Es decir, plantilla hay, pero el desastre es constante y los Kings no consiguen encontrar una regularidad que les acerque, ya no solo a ese octavo puesto otrora inalcanzable, sino simplemente al d¨¦cimo. Ni ah¨ª puede llegar un equipo que se ha quedado fuera del play-in?(12?) a falta de dos partidos para el final. Por detr¨¢s, Timberwolves, Thunder y Rockets. Es decir, lo peor de lo peor. Y ah¨ª est¨¢n ellos.
El otro gran problema est¨¢, claro, en el banquillo. Dave Joerger, un buen entrenador sin aura, se fue despu¨¦s de tres temporadas con un balance de 98-148 (39-43 en su ¨²ltima temporada con mimbres para el futuro). Luke Walton lleg¨® con uno id¨¦ntico, las mismas victorias y derrotas, despu¨¦s de tres a?os dando bandazos en la peor etapa en toda la historia (s¨ª) de los Lakers. Si su primer a?o en Sacramento ten¨ªa que demostrar si hab¨ªa sido v¨ªctima o parte del problema en L.A., la x de la ecuaci¨®n qued¨® r¨¢pidamente despejada. Y en su segundo intento, las cosas han ido a peor: superado casi siempre por el entrenador rival, ha probado ritmos de juego y rotaciones, muchas veces sin continuidad ni sentido. Nada de lo que ha hecho ha parecido ayudar, construir o sumar. Y tambi¨¦n ha agotado ya las vidas como entrenador de jugadores, la etiqueta que se gan¨® al lado de Steve Kerr, en los Warriors pre Durant. Los Kings han llegado a sumar nueve derrotas consecutivas hasta en dos ocasiones y las pocas veces que han dado la sensaci¨®n de ser algo parecido a un equipo han sido tan ef¨ªmeras en su duraci¨®n y cantidad. Y todo esto ha provocado que, tras la salida de Jim Boylen de los Bulls el a?o pasado, Walton haya pasado a ser el peor entrenador, ahora mismo, de la NBA. Un desastre.
La ¨²nica virtud de los Kings est¨¢ en la anotaci¨®n, una estad¨ªstica en la que ocupan la novena posici¨®n de la competici¨®n. El resto, todo mal: son ¨²ltimos en rebotes, cuartos por la cola en porcentaje de tiros libres y el 16? equipo en porcentaje de triples. Tienen el peor rating ofensivo de la NBA, el sexto peor net rating y un r¨¦cord de 31-39, otra vez muy alejado de ese 50% que no alcanzan desde, otra vez, 2006. Tienen jugadores para el futuro y material de traspaso, pero tienen que cambiar la din¨¢mica y sacar a Walton de los banquillos para poder acabar con una crisis que no tiene fecha de caducidad en un Oeste siempre competitivo en el que es muy dif¨ªcil ganar partidos sin aut¨¦nticos equipazos a no ser que te llames Gregg Popovich y dirijas a los Spurs. La crisis es deportiva, estructural, moral y afecta a una ciudad que a?ora tiempos pasados que fueron mejores, pero tambi¨¦n quiere ver algo parecido a colectividad en pista y a proyecto en la franquicia. Los Kings, un a?o m¨¢s, y ya van 15, sin playoffs. R¨¦cord hist¨®rico que pueden enarbolar en solitario dentro de una temporada. En su mano est¨¢ reaccionar. Hasta entonces, el desastre no para.