Bogdan Bogdanovic acribilla a los Hornets y apunta alto
El jugador de Atlanta, con ocho triples, su m¨¢ximo de carrera, alarga la buena din¨¢mica de unos Hawks que se consolidan en el cuarto puesto del Este.
En toda historia, sea m¨¢s o menos buena, el principio y el final suelen ser las partes m¨¢s recordadas. Y eso mismo debieron pensar los Hawks en su visita a Charlotte, un duelo directo en la tabla y favorable al equipo de Nate McMillan (101-105), que desde que se apoda as¨ª ha pasado a una vida mejor. Desde su llegada - o la marcha de Lloyd Pierce, cada cual que lo interprete como quiera -, los halcones de Atlanta vuelan de verdad: quince victorias en veinte partidos para afianzarse en la parte m¨¢s noble del Este, justo detr¨¢s de las tres liebres de la Conferencia. Seguramente, y siendo generosos, a eso aspiran. Por delante, los Sixers de Joel Embiid, con la buena mano de Daryl Morey, unos Bucks en apuros por las bajas, pero que saben lo que se hacen, y los todopoderosos Nets, que, como demostraron los Lakers (tambi¨¦n todopoderosos hasta las lesiones de LeBron y Anthony Davis) pueden ser terrenales. Entre los unos y los otros, un peque?o (cada vez m¨¢s) abismo, pero bendito abismo.
Adem¨¢s de ser, a d¨ªa de hoy, dos de los equipos m¨¢s competitivos de la liga, Hawks y Hornets tambi¨¦n son dos de las franquicias m¨¢s divertidas de ver. E hicieron honores, a pesar de las destacadas ausencias. A las repetidas bajas, a las que hoy tambi¨¦n se ha unido PJ Washington, de LaMelo Ball, que no volver¨¢ a participar en la temporada, y Gordon Hayward; se sumaron, por el otro lado, las de Trae Young, con una contusi¨®n en la pierna izquierda, y Danilo Gallinari, con molestias en su pie izquierdo. Uno, el l¨ªder espiritual y tangible de la cuadrilla; el otro, uno de esos fichajes que vinieron para rodearle mejor, para dar un salto competitivo que parec¨ªa que se postergaba demasiado y que, finalmente, ha llegado. Porque no estaba 'Gallo', pero s¨ª Bogdan Bogdanovic, que se erigi¨® l¨ªder desde el per¨ªmetro. Un triple tras otro hasta contar ocho, su mejor marca hasta el momento. Adem¨¢s, en 16 intentos, un 50% en la precisi¨®n para alzarse hasta los 32 puntos y rozar el 50-40-90, s¨®lo negado por los tiros libres (85,7%). Exhibici¨®n cuando las ausencias lo requer¨ªan y para mirar bien de cerca, a ya s¨®lo tres victorias, a los Bucks, esa franquicia a la que dej¨® plantada en el mercado.
McMillan ven¨ªa 'cabreado' con ¨¦l por no lanzarse los suficientes tiros - cosa rara en un entrenador - y ha hecho los deberes. Como un Brandon Goodwin de 17+5+8 y como Clint Capela, su principal socio en el d¨ªa de hoy (y bueno casi cualquier d¨ªa). Otros 20 puntos y 15 rebotes para ¨¦l, uno de esos dobles-dobles a los que ya acostumbra y que, en este caso, ha contribuido a darle un zarpazo a la estad¨ªstica: los Hornets, en toda la temporada, no hab¨ªan perdido ning¨²n partido al que hubieran llegado ganando en el ¨²ltimo cuarto. Hasta hoy. Y por los pelos. A siete minutos del final, la renta local era de 10 puntos, construida a trav¨¦s de dos bandejas de un buen Brad Wanamaker (13+3+5). La igualada en el marcador, de hecho, no llegar¨ªa hasta los ¨²ltimos tres minutos, con un Lou Williams, que no parece hacerle ojitos a la retirada (13+4), en su salsa: dos triples seguidos y alley oop para Capela, de repertorio incansable en la zona (99-99).
Un final acorde al inicio, que empez¨® con un parcial de 24-7 (20-33 al final del acto), con dos de trece en tiros de campo, pero que se complic¨® en la trama, totalmente dominada por los locales (25-19 y 32-23). Miles Bridges estuvo en cabeza durante la rebeli¨®n intermedia, con 23 puntos, 7 rebotes y alguno de sus portentosos mates (qui¨¦n le viera en un concurso). El mejor, de hecho, ya en el tramo final, antes de deshacerse su equipo, pero no por ello menos admirable: saltando una zancada por delante de la l¨ªnea de tiros libres, con el brazo totalmente estirado y ante un muro como Capela. Directo a la pared de la habitaci¨®n. Junto a ¨¦l, tiraron Devonte' Graham (16+2+7) y un Terry Rozier (18+6+4) que, a nueve segundos del final, tuvo un triple para retomar la ventaja. No quiso entrar. Sexta victoria en siete partidos para McMillan. La historia, hoy, quer¨ªa un cierre circular.