Phil Jackson, contra los medios: "Entiendo lo que sufri¨® Trump"

El legado de Phil Jackson en la NBA es tan incre¨ªble como imborrable. En su ¨¦poca de entrenador, alcanz¨® la gloria en once ocasiones, siendo el t¨¦cnico m¨¢s laureado de la historia. Despu¨¦s de tres temporadas como asistente en los New Jersey Nets, disfrut¨® del aire de Chicago, donde su leyenda creci¨® a pasos agigantados. De la mano de los Scottie Pippen, Michael Jordan y compa?¨ªa, logr¨® los legendarios three-peats que, a d¨ªa de hoy, est¨¢n casi tan vivos como el primer d¨ªa. The Last Dance, como hizo con tantos otros, volvi¨® a poner su figura, m¨¢s si cabe, de actualidad. Su figura de entrenador, en general, y de entrenador de los Bulls, de forma espec¨ªfica. Luego, sin embargo, llegar¨ªan m¨¢s aventuras. Dos, si se quieren condensar. La primera, en el banquillo de Los Angeles Lakers, dividida en dos actos y casi tan fructuosa como la anterior: cinco a?os, cuatro Finales y tres campeonatos m¨¢s, con Kobe Bryant y Shaquille O'Neal como adalides, y otros dos en 2009 y 2010, ya con Pau Gasol. Un sue?o para cualquiera.

La segunda, sin embargo, ir¨ªa por otros derroteros. De partida, se ubic¨® en los despachos y, en cuanto a resultados, difiri¨® mucho de todas las anteriores. Los New York Knicks, ya sumidos en una crisis estructural de a?os y a?os, confiaban en su hacer, en la experiencia del Maestro Zen, para enderezar una situaci¨®n que, hasta el atisbo de luz de esta temporada, encadenaba deriva tras deriva. M¨¢s all¨¢ del brillante curr¨ªculum de Jackson, la operaci¨®n ten¨ªa un trasfondo especial: como jugador, Phil disput¨® once temporadas en la Gran Manzana (una de ellas, sin jugar por lesi¨®n), en las que consigui¨® vestir dos anillos. Nada sali¨® como se esperaba. En junio de 2017, tras 246 partidos en los que solamente se consiguieron 80 victorias, fue despedido como director de operaciones. Ni Derek Ficher ni Kurt Rambis ni Jeff Hornacekm, sus apuestas en el banquillo, dieron con la tecla. Y los problemas llamaron a m¨¢s problemas. Su intenci¨®n de traspasar a Carmelo Anthony y Kristaps Porzingis fue el detonante de una p¨®lvora que se acumulaba a montones. James Dolan, propietario de la franquicia, dijo basta y, con ello, enterraba las aspiraciones de un proyecto que intent¨® recuperar el tri¨¢ngulo ofensivo en la pista y el aura zen fuera de ella.

Un fracaso monumental que, sorprendentemente, ha vuelto a salpicar. Y es que en el podcast The Curious Leader, presentado por el exjugador Coby Karl, la leyenda de la NBA se ha pronunciado sobre todo lo ocurrido en su ¨²ltima etapa en la liga, arremetiendo duramente contra los medios de comunicaci¨®n: "Ten¨ªamos a la prensa decididamente en contra de la organizaci¨®n, estaban buscando cualquier cosa que pudieran hacer para lanzar calumnias sobre nosotros", asegura ante Karl. Lo cierto es que, durante su traves¨ªa en los despachos, su nombre cop¨® muchos titulares, recogidos por Dan Feldman en NBC Sports. En uno, se le acus¨® de haber desaparecido del mapa justo antes de la fecha l¨ªmite del periodo de traspasos; en otro, de haberse quedado dormido mientras ojeaba a una futura selecci¨®n del draft; y en muchos, se puso en boca de hom¨®logos de otras franquicias la falta de preparaci¨®n con la que Phil llegaba a las reuniones o citas oficiales. Algunos se confirmaron, otros no; pero casi nunca se rebatieron frontalmente.

Con todo ello, ahora, Jackson va m¨¢s all¨¢, asemejando su situaci¨®n a la que, seg¨²n ¨¦l, sufri¨® el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante su campa?a electoral y posterior periodo de Gobierno: "Entiendo con lo que, probablemente, tuvo que lidiar Trump durante sus primeros tres a?os y medio en el cargo. Ten¨ªa a los medios en contra, como yo en el corto periodio en el que ocup¨¦ ese sitio en los Knicks", contin¨²a explicando. Uno de los mayores tendones de Aquiles de su relaci¨®n con la franquicia, la figura de Carmelo, tampoco ha quedado impune. En su d¨ªa, sin embargo, ya fue abarcado. Sobre todo, cuando le tacharon de racista al interpretarse err¨®neamente la expresi¨®n nadie puede cambiar las manchas de un leopardo, con la que quer¨ªa hacer referencia al rendimiento deportivo del jugador. "Creo que Jim (Dolan) sinti¨® que me estaba enfrentando a una presi¨®n demasiado grande y me relev¨® del trabajo porque vio que los medios iban a respaldar a Carmelo en esta situaci¨®n. Quiero decir, hubo mucha distorsi¨®n y los medios fueron una gran parte de eso", zanja. M¨¢s pol¨¦mica para la ¨²nica etapa aciaga de su carrera. Afortunadamente, la que menos se recordar¨¢.