Trae Young despliega las alas de los Hawks
La franquicia de Atlanta, invicta en lo que va de temporada, presenta su candidatura a equipo revelaci¨®n. El joven All-Star lidera con 34 puntos y 7,3 asistencias.
El qu¨¦ y el c¨®mo son dos dimensiones distintas en el mundo del deporte. A veces, confluyen; otras, avanzan por derroteros totalmente distintos. En el primer caso, encontramos dos posibilidades: ganar jugando de forma atractiva o perder, para m¨¢s inri, con un juego poco deslumbrante. En el segundo, sus complementarios: vencer sin florituras o caer sin dejar de lado el deleite visual. Trae Young hab¨ªa sido un asiduo usuario de lo ¨²ltimo; pero, en lo que va de temporada, se ha apuntado a lo primero. Los Atlanta Hawks mantienen su r¨¦cord impoluto con tres victorias en tres partidos. Young, por su parte, ya en su tercer curso, est¨¢ viendo como, por fin, sus actuaciones no son s¨®lo carne de highlights.
Ven¨ªan avisando. Le ten¨ªan ganas a esta temporada. Travis Shlenk se movi¨®, y mucho, durante la agencia libre. No sin dar que hablar. Trajo a Atlanta jugadores veteranos, como Danilo Gallinari (32 a?os) o Rajon Rondo (34), aparentemente, en las ant¨ªpodas del proyecto. Para algunos, un paso precipitado: con la continuidad de Young asegurada para el futuro pr¨®ximo, ganar todav¨ªa no es una obligaci¨®n. Todo teor¨ªa. Young, por su car¨¢cter, no parece ser de los que les gusta esperar. Tremendamente competitivo, quer¨ªa resultados y, a modo de aviso para el resto de franquicias, los empieza a tener. El pasajero dolor de muelas que significaba jugar contra ¨¦l va camino de convertirse en un diagn¨®stico m¨¢s grave.
En el primer partido, victoria por diferencia de veinte ante Chicago (104-124); en el segundo, de diez frente a Memphis (112-122) y, en el ¨²ltimo, 128 a 120 contra Detroit. Victorias con varios denominadores comunes y alentadores: Tae Young encadena exhibici¨®n tras exhibici¨®n, piezas importantes a¨²n no est¨¢n y, las que est¨¢n, est¨¢n muy bien. Bogdan Bogdanovic, su nuevo escudero, promedia 13 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias; ha arrancado algo irregular, pero deja la sensaci¨®n de que, cuando se asiente, pude ser un factor diferencial.
La retah¨ªla de j¨®venes sigue en su l¨ªnea. Y eso es vital: su progresi¨®n durante este curso determinar¨¢ el futuro de la franquicia (a nivel de resultados y de movimientos). Turnan su protagonismo bajo la estela de Young. Cam Reddish (10,3 puntos y 5,3 rebotes), John Collins (14 y 6,3), De'Andre Hunter (12,3 y 6,7) y Kevin Huerter (13,7 puntos y 3,3 asistencias) no quieren ser meros complementos. Combinan un goteo estad¨ªstico imprescindible con apariciones punzantes, como la de Heurter frente a Memphis, donde se fue hasta los 21 puntos con un 4 de 5 en triples. Gallinari, hasta ahora, s¨®lo ha participado en uno de los encuentros: en el primero, como titular (por despejar a¨²n si su rol en el equipo ser¨¢ el de sexto hombre), con 24 minutos, 13 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias. Sin problemas f¨ªsicos aparentes, se espera que reaparezca esta misma madrugada frente a los Nets (1:30 hora peninsular), el primero hueso duro de roer. Con ¨¦l, tambi¨¦n estar¨¢n Clint Capela y Rajon Rondo, que frente a los Pistons ya disputaron minutos, con 7 puntos y 9 rebotes para el primero y 12 puntos y 8 asistencias para el segundo.
Todav¨ªa es pronto para sacar algo en claro. Tal y como advierte Tom Bassine, estadista especializado en NBA, la tendencia de las ¨²ltimas temporadas no ha empezado a dibujarse hasta el 15? partido; pero, en Atlanta, las piezas van llegando y, de momento, van engrasando.
Los rivales, desquiciados
Trae Young est¨¢ haciendo lo que quiere, cuando quiere, como quiere y donde quiere. En el ¨²ltimo caso, en sentido literal: antes del partido frente a Detroit, se le vio encestar un triple - por llamarlo de alguna forma - desde fuera de la pista. Sentado y como el que no quiere la cosa. Su imaginaci¨®n no tiene l¨ªmites; sus n¨²meros, tampoco. Primer partido, 37 puntos, 7 asistencias y 5 de 6 en triples; segundo, 36 y 9; tercero, 29 y 6. Todo ello, para un promedio de 34 puntos y 7,3 asistencias. N¨²meros de aspirante a MVP, aunque sean despu¨¦s de solamente tres partidos.
En su caso, adem¨¢s, las cifras van acompa?adas de m¨²sica. No son s¨®lo escaparate, hay que escucharlas. Penetra a modo de solista enfurecido, asiste con la imaginaci¨®n de un maestro improvisando. Lleva la batuta y se permite el lujo de romperla cuando le place. Bella sonata para los aficionados, cacofon¨ªas de insomnio para los contrincantes. Todos le han sufrido y todos han acabado desquiciados. Grayson Allen, jugador de Memphis, una de sus v¨ªctimas.
En los tres partidos de temporada hasta el momento, a Trae Young le est¨¢n saliendo muy baratos sus viajes hasta la l¨ªnea de tiros libres. Nadie le puede tomar la medida. Acelera, frena y, tras salir del bloqueo, sus contrincantes no pueden evitar cometer falta. Eso fue lo que acab¨® con la paciencia de Grayson; aunque, en su caso, el pique viene de lejos. En pretemporada ya se enzarzaron y, mucho antes, en 2018, tuvieron su primer encontronazo. Pero el efecto Young va mucho m¨¢s all¨¢ de contiendas con ra¨ªces en el pasado. En el mismo partido contra Memphis, tambi¨¦n se vio fuera de s¨ª a JA Morant. Al terminar el partido, recrimin¨® de forma airada varias decisiones arbitrales. Muchas de ellas, relacionadas con esas faltas que Trae inventa tan bien. Hab¨ªa perdido el duelo de talentos, y eso no gusta a ninguna estrella; todav¨ªa menos a estas edades.
Los Grizzlies, a cinco minutos para el final, ganaban por un punto. Ja, con un reverso y una dejada maravillosa a tabla, les hab¨ªa puesto por delante. A partir de ah¨ª, se desat¨® la tormenta. A falta de un minuto y medio, tres puntos arriba Atlanta, Trae Young decide encarar canasta: bota, observa, acelera, frena, se pasa el bal¨®n por debajo de las piernas en enga?o de pase atr¨¢s, Valanciunas se deja llevar hacia la direcci¨®n que, en 99 de los 100 universos posibles, deber¨ªa haber tomado esa pelota, deja descubierto el camino a Young, que avanza y anota a placer. Siguiente jugada, el propio Morant es el castigado. Cambio de ritmo y dos puntos m¨¢s. Facilidad insultante que remata con un ca?o a Dillon Brooks. Le dan por todas partes, pero mira al marcador y le da igual: 112-122. Victoria. Algo ha cambiado. Resultados y belleza no son intr¨ªnsecos, pero su coincidencia es maravillosa.