Vogel: el triunfo del 'don nadie' que se gan車 el respeto de LeBron James
Pocos confiaban en 谷l cuando lleg車 a unos Lakers en plena zozobra y donde aterriz車 como tercer plato. Sin embargo, su temporada al frente del campe車n ha sido extraordinaria.
Frank Vogel no tiene pedigr赤 en el mundo del baloncesto. No fue un gran jugador, ni uno del mont車n y apenas hizo sus pinitos en la tercera divisi車n universitaria. No tiene una presencia p迆blica arrolladora, ni un discurso superlativo o una inclinaci車n m赤stica hacia la profesi車n de entrenador. No es un tipo complicado, retorcido o misterioso. De hecho, tiene el aspecto de ese t赤o simp芍tico que se lleva a todos los ni?os de la familia de excursi車n, o del nuevo novio de mam芍, una buena persona poco interesante, en una serie de televisi車n americana.
El recuerdo de Frank Vogel, de hecho, casi se hab赤a desvanecido en apenas un a?o, el tiempo que hab赤a pasado desde que dej車 el banquillo de Orlando Magic tras una muy mala experiencia: 54-110 en dos temporadas para olvidar# y, parec赤a, para ser olvidado. A veces, las carreras de los entrenadores NBA acaban as赤. Una curva mal tomada, un giro en direcci車n contraria y todo se acaba. El tel谷fono deja de sonar. Pero el de Vogel son車 en mayo de 2019, nada menos que para hacerse cargo de Los Angeles Lakers. Una de las instituciones deportivas m芍s medi芍ticas del mundo y un equipo metido, en aquel momento, en un horrible sainete medi芍tico. La primera temporada de LeBron James hab赤a terminado en fracaso sonado, con el astro lesionado y el equipo fuera de playoffs por sexta temporada consecutiva. Magic Johnson dej車 los despachos de un d赤a para otro y aire車 desavenencias con su sustituto, un Rob Pelinka muy cuestionado. Y Luke Walton hab赤a sido despedido despu谷s de cuatro a?os en los apenas ense?車 nada que demostrara su val赤a como t谷cnico y se enzarz車 en una guerra con la franquicia sobre qui谷nes deb赤an ser sus acompa?antes en el staff t谷cnico.
Tyronn Lue no quiso saber nada y se fue a los Clippers, con Doc Rivers. Escarnio. Monty Williams se lo pens車 mucho y acab車 en Phoenix Suns. M芍s escarnio. Y, en ese momento, Frank Vogel pareci車 (lo fue, seguramente) un tercer o cuarto plato y un entrenador que aceptaba porque ve赤a irse al 迆ltimo tren, que tragar赤a con lo que se le impusiera desde arriba y que, de hecho, firm車 por menos a?os (tres) y menos dinero que lo que se hab赤a ofrecido a otros. Los Lakers metieron a dos entrenadores m芍s en el organigrama, Lionel Hollins y un Jason Kidd al que muchos ve赤an como el sustituto de Vogel antes incluso de empezar el curso. Kidd quer赤a ser entrenador principal y LeBron lo hab赤a definido como ※el 迆nico que ve赤a el baloncesto como 谷l§. El siguiente cap赤tulo del melodrama de los Lakers parec赤a en el horno. Y apuntaba al banquillo.
Desde aquella presentaci車n en mayo, cuando el traspaso por Anthony Davis todav赤a no era oficial y Pelinka intentaba sin suerte que las preguntas iluminaran al nuevo entrenador y no se centraran en el galimat赤as que parec赤a una franquicia hist車rica, han pasado m芍s de 16 meses. Los Lakers son campeones de la NBA y Frank Vogel es su entrenador, un campe車n con un enorme peso en un equipo de autor, con una maravillosa armon赤a, estrellas comprometidas con el bien colectivo y ni rastro de drama. Nada, cero. Ni un problema, ni una pol谷mica, ni una salida de tono. Vogel, el tipo normal, hab赤a hecho algo al alcance solo de los entrenadores excepcionales, buenos de verdad: de elite.
Vogel (47 a?os) se crio en New Jersey, yendo a Philadelphia a ver a los equipos de la ciudad (tambi谷n a los Sixers) y jugando al f迆tbol y al b谷isbol. A los 17 a?os, tuvo que escapar por una ventana de su casa en llamas. Fue justo antes de pasar por la Universidad de Juniata, desde donde se fue a Kentucky. All赤 se licenci車 en biolog赤a y empez車 a atosigar a Rick Pitino, entrenador de los Wildcats, en busca de una oportunidad en su organigrama. Solo quer赤a aprender, hacer lo que fuera, formar parte del equipo. Finalmente Jim O*Brien, asistente de Pitino, se apiad車 de 谷l y le dio un puesto como analista de v赤deo, la misma cantera desde la que han emergido Erik Spoelstra, David Fizdale o Mike Budenholzer. En seguida, Pitino y O*Brien se dieron cuenta de que Vogel no paraba de trabajar, nunca se quejaba de nada, ped赤a nada ni se apuntaba los m谷ritos por nada. Solo quer赤a aprender, currar, pertenecer. A partir de ah赤, O*Brien lo llev車 siempre con 谷l, de los Celtics a los Sixers y de ah赤 a los Pacers, donde Larry Bird acab車 despidiendo al head coach pero aceptando su consejo: su asistente, Frank Vogel, merec赤a una oportunidad.
Vogel convirti車 a los Pacers en un equipo temible, con una defensa de nivel hist車ricamente alto. Un equipo que pudo ser campe車n, y que pele車 a muerte con los Heat del big three (LeBron James, Dwyane Chris Bosh) en dos finales del Este (2013 y 2014): Derrotas por 4-3 y 4-2 para un equipo que gan車 56 partidos antes de que todo se fuera al traste. Por el agotamiento por no poder superar a los Heat y por la poca paciencia de un Larry Bird que quer赤a a Paul George jugando como cuatro abierto con un estilo m芍s din芍mico y ofensivo. No funcion車 porque George nunca compr車 la idea. As赤 se acabaron los Pacers de Vogel, un bloque de granito (George Hill, Lance Stephenson, George, David West, Roy Hibbert) impulsado por una defensa salvaje y por el ascenso al estrellato del jugador que no pudo llevar al equipo m芍s all芍 y opt車 por marcharse, el mismo Paul George que oblig車 a Vogel intermediar entre 谷l y Larry Bird.
Pero de esas batallas, de esa perfecta disposici車n de aquellos Pacers, se acordaba LeBron James, que vivi車 en primera persona c車mo de dif赤cil fue ganar aquellas series y c車mo de bien entrenado estaba aquel rival. Por eso no era fingida su primera reacci車n al fichaje de Vogel: ※S谷 que estaremos bien preparados para salir a jugar§. Y por eso compr車 la idea desde el principio, cuando el nuevo entrenador se present車 con un power point en el que explicaba c車mo quer赤a replicar en L.A. aquella defensa bestial de Indiana: mucho f赤sico, fuertes referentes interiores, conceptos de vieja escuela. Sencillo, sincero y comprometido, dicen que Vogel se gan車 al vestuario porque asumi車 siempre su responsabilidad en las derrotas y porque exigi車 siempre a LeBron y Davis igual que al resto. Y con reprimendas cuando tocaba: a ellos les gust車 y al resto tambi谷n. Es f芍cil seguir a quien se atreve con todos, empezando por los m芍s fuertes. Dialogante y con un sentido del humor particular, Vogel cita a humoristas que sus jugadores ni conocen y mete en las sesiones de v赤deo fragmentos de comedias y alg迆n que otro sketch de Saturady Night Live. Y funciona: todo funciona porque, muy pronto, todos empezaron a confiar en todos. Los entrenadores asistentes en 谷l, 谷l en los jugadores, los jugadores en 谷l. Todos se sintieron importantes. Y ah赤 estaba la receta del campe車n, con un entrenador que se gan車 el respeto y el afecto de LeBron. Y eso no es f芍cil: que pregunten a David Blatt.
En el quinto partido de la temporada, el vestuario termin車 impresionado con las decisiones de Vogel en un duro triunfo en Dallas (con una pr車rroga forzada por un triple in extremis de Danny Green). Despu谷s de un partido contra los Pelicans en el que los Lakers ganaron pero concedieron a su rival 68 puntos con casi un 70% de acierto en la pintura, Vogel extendi車 la bronca a todo el equipo, con nombres y apellidos. Los Lakers pusieron 20 tapones en su siguiente partido, contra los Pistons, y Anthony Davis reconoci車 que el estilo de su entrenador hab赤a calado en el vestuario: ※Nos dice lo que nos tiene que decir a todos. Tambi谷n a LeBron y a m赤. Hay entrenadores que no hacen eso con sus estrellas, pero me impresiona que 谷l quiere que todo el mundo asuma su cuota de responsabilidad. Si el resto del equipo ve c車mo nos exige a LeBron y a m赤, va a tener mucho m芍s respeto hacia el entrenador§.
Vogel no tiene el carisma de Pat Riley ni el aura de Phil Jackson. Pero es el primer entrenador al margen de ellos dos que hace campeones a los Lakers desde el t赤tulo de 1980, el que sembr車 Jack McKinney y sell車 Paul Westhead. Su fachada de tipo normal esconde un conocimiento enciclop谷dico, una enorme capacidad de gesti車n y tambi谷n una brillante capacidad t芍ctica. En playoffs, los Lakers se adaptaron a la magia de Damian Lillard, la percusi車n exterior de Houston Rockets, el pick and roll Jamal Murray-Nikola Jokic y los uno contra uno de un Jimmy Butler rodeado de tiradores. Siempre ajustaron, siempre respondieron y siempre ganaron. Y lo hicieron con un entrenador que parec赤a de paso, la siguiente v赤ctima de una franquicia en formato trituradora, y que ha acabado siendo el mejor posible para el puesto y, por encima de todo, un campe車n de la NBA. Lo merece.