Murray, Herro, Davis, Adebayo... Kentucky, f¨¢brica de estrellas NBA
El programa de John Calipari presume en la burbuja: de Anthony Davis, Devin Booker y Gilgeous-Alexander a Herro y Adebayo en los Heat, la explosi¨®n de Jamal Murray...
Los Nuggets juegan esta noche para evitar que se acabe hoy su temporada. Su ¨²nico resquicio es la madre de todos los milagros: remontar un 3-1 a los Lakers despu¨¦s de hacer lo propio contra Utah Jazz y Los Angeles Clippers. Parece improbable, casi casi imposible¡ pero con una victoria esta noche se ganar¨¢n el derecho a pelear un d¨ªa m¨¢s, lo que han hecho durante unos playoffs en los que llevan 18 partidos, a ritmo casi siempre de uno cada 48 horas, y en el que hoy jugar¨¢n el s¨¦ptimo sabiendo que es ganar o irse a las Rocosas.
M¨¢s all¨¢ del consagrado Nikola Jokic, un dos veces all star que ha elevado su tono competitivo y su resistencia defensiva en Florida, la sensaci¨®n de los Nuggets, el equipo sensaci¨®n de los playoffs, es Jamal Murray. El base canadiense ha roto en s¨²per estrella en estas eliminatorias, en las que ha llegado dos veces a 50 puntos y meti¨® 40 en el s¨¦ptimo partido, a cara o cruz, contra los te¨®ricamente (solo te¨®ricamente) todopoderosos Clippers. Con 23 a?os y en su cuarta temporada NBA, promedia en playoffs casi 27 puntos y 6,6 asistencias por partido con un 51% en tiros y un 46,6% en triples. Lo que ense?aba de forma discontinua desde su llegada a la Liga lo est¨¢ mostrando ahora de forma plena y en el momento de m¨¢s focos y aparato medi¨¢tico. Por esto, por su talento y su capacidad para resolver situaciones peliagudas, le dieron (el 1 de julio, en cuanto se abri¨® el verano) los Nuggets una extensi¨®n de 5 a?os y 170 millones antes del inicio de esta convulsa temporada.
Los Lakers, el equipo que tiene contra las cuerdas a sus Nuggets, es el ¨²nico s¨²per favorito que sigue vivo y est¨¢ a un triunfo de regresar a las Finales de la NBA una d¨¦cada despu¨¦s de su ¨²ltima presencia y su ¨²ltimo t¨ªtulo. En estos playoffs, Anthony Davis est¨¢ siendo como m¨ªnimo tan importante como LeBron James. No un escudero, una megaestrella a todos los efectos que por ahora es el factor diferencial en la eliminatoria contra los Nuggets. En los playoffs (11-3 para su equipo) promedia 29 puntos, 9,6 rebotes, 3,6 asistencias y 1,2 tapones.
En el Este, los Celtics siguen vivos despu¨¦s de un brillante ejercicio de supervivencia en el quinto partido de la final de Conferencia. Ma?ana tratar¨¢n de forzar el s¨¦ptimo contra unos Heat que tienen otro match point, el segundo, y que vienen de arrasar a Pacers (0-4) y a unos Bucks (1-4) que eran a priori el gran coco de su Conferencia. Con Jimmy Butler como ancla y Goran Dragic como figura veterana, los de Florida est¨¢n aprovechando el impulso de lo que tiene toda la pinta de que va a ser su nueva pareja de estrellas: el tremendo p¨ªvot Bam Adebayo, que ha sido all star este a?o, tiene 23 y en playoffs promedia 17,8 puntos, 11,5 rebotes y 4,5 asistencias; y el escolta Tyler Herrro, un rookie de 20 a?os que anot¨® 37 puntos en el quinto partido y est¨¢ en las eliminatorias en 16,5 con 5,7 rebotes y casi 4 asistencias.
Antes de los playoffs, en los seeding games, el ap¨¦ndice de Regular Season que se jug¨® en Walt Disney World, la gran historia fueron las heroicidades de Damian Lillard para clasificar a unos Blazers que cayeron en primera ronda ante los Lakers. Pero estuvo a punto de ser el espectacular baloncesto que jug¨® Devin Booker, el escolta de Phoenix que tambi¨¦n se ha estrenado este a?o como all star y que, con 23 a?os, lleva cinco en una NBA en la que ha metido 7.683 puntos. Con m¨¢s de 30 puntos y 6 asistencias por partido despu¨¦s del reinicio, llev¨® a los Suns a ocho victorias en ocho partidos y a rozar un billete para playoffs que parec¨ªa imposible cuando los de Arizona aterrizaron en Florida.
En esos playoffs del Oeste s¨ª estuvieron los Thunder, la gran revelaci¨®n de la temporada, un equipo que ha sobrevivido de forma extraordinaria a la salida de Russell Westbrook y Paul George y que roz¨® un golpe sonad¨ªsimo en primera ronda, donde cay¨® en la ¨²ltima posesi¨®n del s¨¦ptimo partido contra Houston Rockets¡ el equipo de Westbrook. Una de las claves de los Thunder, m¨¢s all¨¢ del liderazgo y el colosal nivel de Chris Paul, fue que en el traspaso de George a los Clippers se llevaron a Shai Gilgeous-Alexander, un base de 22 a?os que en su segunda temporada NBA ha promediado 19 puntos, 6 rebotes y 3,3 asistencias.
Todos los citados - Murray, Davis, Adebayo, Herro, Booker y Gilgeous-Alexander- tienen una cosa en com¨²n: llegaron a la NBA desde la Universidad de Kentucky. Davis en 2012, los otros cinco en las ¨²ltimas cinco ediciones del draft.
Un basti¨®n hist¨®rico del baloncesto estadounidense
Kentucky es una de las grandes instituciones del deporte estadounidense. Una venerable historia (tambi¨¦n con todas las contradicciones y pol¨¦micas que acompa?an a la NCAA) de ocho t¨ªtulos universitarios (solo por detr¨¢s de los 11 de UCLA) con el r¨¦cord de victorias (2.320), el mejor porcentaje (76,5%), m¨¢s viajes (59) y m¨¢s victorias (131) que nadie en el torneo nacional y 17 presencias en la Final Four con 12 finales disputadas, las mimas que la casi infalible UCLA, que solo ha perdido una por las cuatro de Kentucky.
El r¨¦cord de m¨¢s jugadores seleccionados en el draft (128) es tambi¨¦n de una Kentucky que vivi¨® una edad dorada en los a?os 50, los tiempos de un Adolph Rupp que dirigi¨® al equipo desde 1930 hasta 1972, da nombre al pabell¨®n de los Wildcats, gan¨® cuatro t¨ªtulos y 976 partidos... y dej¨® un muy complicado legado en la cuesti¨®n de raza en tiempos de segregaci¨®n efectiva. Lidi¨® con el esc¨¢ndalo de ama?os de resultados que puso en jaque a la NCAA a finales de los a?os 40 y en 1966 vio como su quinteto completamente blanco de Kentucky perd¨ªa con el quinteto completamente negro de Texas Western en una de las finales m¨¢s simb¨®licas de la historia del torneo universitario.
En aquella prehistoria, Kentucky lanz¨® a la NBA a un integrante de la dinast¨ªa de los Celtics como Frank Ramsey y a uno de los jugadores que facilitaron la llegada de Bill Russell a Boston, un Cliff Hagan que se fue a St Louis Hawks, donde tambi¨¦n fue campe¨®n. Despu¨¦s a Dan Isssel (seis veces all star en la ABA y una en la NBA, a Loui Damipier (otra inolvidable estrella ABA) y a Pat Riley, un tomo de la historia de la NBA en s¨ª mismo que gan¨® su ¨²nico anillo como jugador (tiene cinco como entrenador y dos como ejecutivo) siendo un alero de trabajo sucio en los Lakers de 1972.
Kentucky pas¨® despu¨¦s a?os tratando de regresar a la m¨¢xima relevancia, algo que consigui¨® para bien (el t¨ªtulo de 1996) y para mal (m¨¢s l¨ªos legales y sanciones) con Rick Pitino como entrenador. Y en 2009, despu¨¦s de una mala experiencia con Billy Gillespie, se puso en manos de John Calipari, un entrenador de Pensilvania, descendiente de emigrantes italianos y que ven¨ªa de hacer mucho ruido en la Universidad de Memphis y, antes, de trabajar a las ¨®rdenes de Larry Brown en College y en los Sixers y dirigir durante algo m¨¢s de tres a?os a los Nets, a los que meti¨® en playoffs en 1998, donde fueron tronchados en primera ronda por los Bulls de Michael Jordan.
El m¨¦tido Calipari y los atajos a la NBA
Calipari (61 a?os) es el gran impulsor de esta nueva era dorada de Kentucky, un entrenador que ha rechazado jugosas llamadas de la NBA (ahora cobra m¨¢s de 9 millones al a?o) pero que extiende sus tent¨¢culos, con una notable influencia (la influencia es poder), por la liga profesional. Desde su llegada y hasta 2015, Kentucky fue la universidad que m¨¢s promesas de primer rango capt¨® de los institutos, una racha que cuestion¨® Duke cuando se hizo antes de la temporada 2018-19 con los tres m¨¢s deseados: Zion Williamson, RJ Barrett y Cam Reddish. La misma Duke que derrot¨® a Kentucky con la famosa canasta de Christian Laettner (104-103) en 1992, en uno de los partidos m¨¢s famosos de la historia moderna de la NCAA.
Se suele decir que los grand¨ªsimos talentos no se forman, se reclutan. Y esa es, resulta obvio, una parte esencial del trabajo de los entrenadores universitarios, una de la que depende una buena cuota de sus multimillonarios (en los grandes equipos) salarios. Calipari lleg¨® a Kentucky y firm¨® para su primera temporada a cuatro proyectos cinco estrellas: John Wall, DeMarcus Cosuins, Daniel Orton y Eric Bledsoe. Ese equipo lleg¨® a estar 19-0, se estrell¨® en el Elite 8 contra West Virginia (despu¨¦s de sumar la victoria 2.000 en la historia de Kentucky)¡ y le dio a la universidad su primer n¨²mero 1 de draft: John Wall. Despu¨¦s de ese curso de 2010, han llegado dos m¨¢s, Anthony Davis (2012) y Karl Anthony Towns (2015).
En la ¨²ltima d¨¦cada, Kentucky se ha convertido en una garant¨ªa de salto a la NBA. Y salto r¨¢pido: los pupilos de Calipari son los reyes del one and done, las estancias de solo un a?o de College¡ pero uno obligatorio, algo contra lo que lucha una NBA que visualiza un futuro cada vez m¨¢s separado del aparatoso tinglado universitario. Y siempre, y m¨¢s en estos tiempos, hay pocas razones mejores con las que presentarse ante los chicos de instituto con la correspondiente beca. Chicos que quieren ser jugadores NBA y a ser posible cuanto antes, muchas veces desde familias con condiciones de vida muy complicadas. Calipari presume de haber entrenado a 49 jugadores que han acabado con contratos NBA, 38 en Kentucky y cuatro n¨²meros uno del draft, los tres citados y Derrick Rose en Memphis. En 2012, cuando gan¨® su ¨²nico t¨ªtulo universitario, dos de sus jugadores se convirtieron en los primeros en ser elegidos en los n¨²meros 1 y 2 del draft: Anthony Davis y Michael Kidd-Gilchrist. Aquel primero equipo de 2010 lanz¨® a la NBA a cinco jugadores en primera ronda: Wall, Cousins, Patrick Patterson, Bledsoe y Orton.
Estas han sido las elecciones de primera ronda que ha mandado Kentucky a la NBA entre 2010 y 2019:
2010: John Wall (1), DeMarcus Cousins (5), Patrick Patterson (13), Eric Bledsoe (18).
2011: Enes Kanter (3), Brandon Knight (8).
2012: Anthony Davis (1), Michael Kidd-Gilchrist (2), Terrence Jones (18), Marquis Teague (29).
2013: Nerlens Noel (6).
2014: Julius Randle (7), James Young (17).
2015: Karl-Anthony Towns (1), Willie Cauley-Stein (6), Trey Lyles (12), Devin Booker (13).
2016: Jamal Murray (7), Skal Labissiere (28).
2017: De¡¯Aaron Fox (5), Malik Monk (11), Bam Adebayo (14).
2018: Kevin Knox (9), Shai Gilgeous-Alexander (11).
2019: PJ Washington (12), Tyler Herro (13), Keldon Johnson (29).
La paradoja de una preparaci¨®n de ¨¦lite
La colecci¨®n de talento es anonadante, con tres n¨²meros 1, trece jugadores de top 10 y 21 lottery picks (top 14). Seis han sido ya all star: Wall, Davis, Towns, Adebayo, Booker y Cousins. Y los seis son proyectos one and done, que solo han estado una temporada en la NBA. Tambi¨¦n lo son Knight, Randle, Murray, Fox, Monk, Gilgeous-Alexander, Noel, Bledsoe, Kidd-GIlchirst¡
Calipari suele quejarse de que sus jugadores son elegidos muy abajo en el draft, m¨¢s all¨¢ de elecciones estruendosamente obvias como Anthony Davis o Towns. Esta burbuja de Florida est¨¢ terminando de darle la raz¨®n en casos como Jamal Murray (7), Adebayo (14), Herro y Booker (13 los dos), Gilgeous-Alexander (11). Y ah¨ª reside la gran paradoja de su trabajo. Es el mejor preparando jugadores para el salto (r¨¢pido, adem¨¢s) a la NBA, pero sus equipos van a contraestilo con respecto a lo que se est¨¢ haciendo en la gran liga en los ¨²ltimos a?os: Kentucky, con ¨¦l, forja equipos muy duros en defensa, con m¨¢s p¨ªvots poderosos que tiradores y con un ataque de muchas penetraciones que apenas usa el pick and roll (la llave de todo en la NBA actual) ni se obsesiona con abrir mucho la pista.
Eso y la acumulaci¨®n de jugadores con f¨ªsico y talento ya listo (o casi) para la NBA son factores que para muchos ojeadores ponen en chino valorar c¨®mo de buenos son los jugadores de Calipari, que adem¨¢s suele crear roles para sus chicos que los alejan de algunas de sus m¨¢s obvias virtudes. Con ¨¦l, Booker era un tirador que apenas manejaba la bola, Towns un p¨ªvot que no tiraba por fuera y se mov¨ªa casi exclusivamente en el poste, Bledsoe era un tirador abierto (para nada su virtud) en el equipo de Wall y Cousins, Adebayo se limitaba a intimidar en defensa y acabar jugadas debajo del aro en ataque¡
Es una moneda de dos caras: hace que ejecutivos de la NBA se planteen si Booker puede ser algo m¨¢s que un tirador o si Adebayo acabar¨¢ siendo un jugador v¨¢lido para un ataque NBA, pero ense?a a los jugadores a sacrificarse por el bien colectivo y les fuerza a mejorar en ¨¢reas que no son las que han explotado hasta la saciedad en el instituto, donde la mayor¨ªa son insultantemente superiores a casi todos sus rivales. Sea como fuere, la burbuja de Florida y estos playoffs 2020 est¨¢n siendo una enorme reivindicaci¨®n para Calipari y su programa de Kentucky, una tremenda m¨¢quina de fabricar estrellas NBA.