Campazzo sigue aqu¨ª

El Bar?a aspira al cambio de era en el baloncesto espa?ol, lo desea con ah¨ªnco. Lleva empujando con todo varios a?os y de momento¡­ mucho m¨¢s dinero gastado que ¨¦xito. El reto es cicl¨®peo, se le ve m¨¢s cerca, pero para una transici¨®n de ese calado, para desbancar al Madrid de Laso, tienes que hacer todo perfecto en los despachos y en la pista y confiar en que tu adversario flaquee. Y como Campazzo a¨²n viste de blanco, no ha llegado la hora. Quiz¨¢ lo haga al final de curso si el argentino suelta amarras rumbo a la NBA. Ese comecome de los madridistas ser¨ªa m¨¢s acentuado en cualquier otra campa?a. En la actual, marcada por la pandemia, el hoy pesa m¨¢s que el ma?ana, aunque est¨¦ a la vuelta de la esquina, porque nadie sabe lo que le va a deparar.

Y el presente dice que esta Supercopa de Tenerife es el vig¨¦simo t¨ªtulo de la era Laso, en nueve temporadas y lo que va de esta, dos d¨ªas exactos, en la que, por cierto, acaba contrato. Veinte trofeos en 27 finales jugadas de 37 posibles. Y dice en voz alta y clara que Campazzo es el MVP, como en los tres anteriores trofeos levantados por su equipo. Acab¨® con 21 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias y 19 de valoraci¨®n, pero es que en el ¨²ltimo cuarto agrup¨® 12 tantos y 14 cr¨¦ditos cuando sus compa?eros le llamaban a gritos pidiendo auxilio. No les fall¨®, como no lo hizo Deck, decisivo ante Mirotic. Ni Rudy, ni Llull faj¨¢ndose atr¨¢s en el tramo vital.

El Cl¨¢sico es ahora tambi¨¦n un pulso Laso-Jasikevicius y lo vimos de salida. El vitoriano vari¨® su quinteto para poner a Deck sobre Mirotic. Un viejo recurso que le sali¨® bien de nuevo. El argentino, de ala-p¨ªvot, castig¨® a la figura azulgrana, que cometi¨® dos personales y tuvo que sentarse. Campazzo sumaba de inicio alg¨²n error de m¨¢s en un duelo tan equilibrado como estelar con Calathes que termin¨® venciendo por KO, mientras Oriola le reba?aba rebotes a Tavares y le hac¨ªa da?o con su movilidad. Abalde intentaba castigar a su par, Heurtel, y Claver sujetaba a Carroll. El Madrid buscaba el aro con fuerza (¡°Permitimos demasiadas entradas por la derecha¡±, dir¨ªa luego Saras) y se vio seis arriba: 26-20. Andaban ya sobre el parqu¨¦ Laprovittola (se qued¨® fuera Aloc¨¦n) y Bolmaro, que dej¨® una colecci¨®n de acciones brillantes y alg¨²n despiste atr¨¢s que le cost¨® la sustituci¨®n. Y volv¨ªa Mirotic con la capa de superh¨¦roe, tres 2+1 seguidos (en el ¨²ltimo fall¨® el tiro libre). Remataba acciones en las que Calathes hab¨ªa provocado el fallo.

Las trampas defensivas cul¨¦s surt¨ªan efecto, el Real extraviaba balones (7 al descanso) acosado por los cambios continuos de emparejamiento en los bloqueos y algunos lejanos e intensos dos contra uno y, sobre todo, ced¨ªa el ritmo. Sin juego de pase (solo 6 asistencias en total), se qued¨® atascado: m¨¢s de cuatro minutos sin encestar y la ventaja al limbo (31-32). El Bar?a, que apenas hab¨ªa embocado un triple, encaden¨® tres (dos de Mirotic) para abrir brecha (40-45). La herida blanca no se abri¨® m¨¢s porque Abalde la cosi¨®.

Deck, el ant¨ªdoto frente a Mirotic

Los tirones eran de ida y vuelta y, en el arranque del ¨²ltimo acto, Mirotic castig¨® a lo grande la defensa de Thompkins: 50-56. Sonaba la alarma, Deck a escena, a por el hispano-montenegrino. Y Campazzo al rescate (parcial de 13-2). Cogi¨® por los cuernos un ataque asfixiado y arm¨® la reacci¨®n. Forz¨® faltas, sum¨® y complet¨® una jugada casi in¨¦dita, en una final en la que primaba el control, para dar la vuelta al calcet¨ªn: galopada y asistencia para el triple en carrera de Llull (57-56). Un sprint apote¨®sico del mejor base puro FIBA del momento, y eso que a¨²n pudo sentenciar antes si no hubiera marrado un contraataque en el que Davies lo encim¨® bien. De un posible +7 a una t¨¦cnica al banquillo madridista y luego sendos errores desde el tiro libre del Facu, algo fatigado. Calathes, eliminado y su equipo en el bonus de faltas. Cada personal mandar¨ªa a la l¨ªnea al rival. Un duro castigo.

Al ¨²ltimo minuto se entr¨® con 66-66. El MVP agarr¨® media Supercopa con una canasta acrob¨¢tica entre Abrines y Davies, y Rudy la otra media metiendo las dos manos al bal¨®n que portaba Hanga. Dos patas de una victoria, otra llevaba el nombre de Deck, que sofoc¨® el incendio que Mirotic hab¨ªa provocado y pretend¨ªa propagar. El Madrid suma y sigue, s¨¦ptima Supercopa, nuevo rey del palmar¨¦s en este torneo. ?Y el futuro? En estos tiempos, queda demasiado lejos. El Bar?a espera que sea con Higgins y Kuric, ausentes en Tenerife (ojo ah¨ª), y quiz¨¢ con un nuevo p¨ªvot. El Madrid¡­ vete a saber.