Mala suerte, lesiones y la esperanza Sabonis... el frenazo de los Pacers post Larry Bird
Los Pacers llevan cinco derrotas seguidas en primera ronda. Larry Bird se mantiene como asesor, pero su paso atr¨¢s dej¨® a la franquicia estancada. Sabonis, la esperanza.
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En los ¨²ltimos 44 a?os, concretamente desde la 1976-77, los Pacers han sido parte de la NBA. Ese a?o dieron el salto tras conquistar tres veces la ABA de la mano de Slick Leonard, siendo referencia con presteza del deporte estadounidense y haci¨¦ndose un hueco en un pa¨ªs que ya ten¨ªa a Lakers y Celtics como referencias, despu¨¦s de que ambos conjuntos dominaran con holgura casi las tres primeras d¨¦cadas de vida de la mejor Liga del mundo. Primero los angelinos con Mikan y luego los Celtics con Russell, un dominio que contrast¨® con el que la propia NBA empezaba a perder, merced a la competencia de una ABA que ganaba fuerza gracias a los mates de Julius Erving o el buen hacer de gente como David Thompson, George Gervin, Moses Malone y compa?¨ªa. La directa competencia originada por ambos estamentos se sald¨® con la disoluci¨®n de la ABA y la absorci¨®n de cuatro equipos de la misma, rumbo a la que ser¨ªa a partir de entonces (y todav¨ªa) la mayor competici¨®n profesional norteamericana de baloncesto.
La intensa lucha por el monopolio baloncest¨ªstico se llev¨® por delante a un agotado Walter Kennedy en 1975, justo un a?o antes de la uni¨®n. Le sucedi¨® en el puesto Larry O'Brein, ese nombre que tambi¨¦n lleva hoy el premio de campe¨®n de la NBA y que signific¨® mucho m¨¢s de lo que se recuerda, introduciendo medidas como el l¨ªmite salarial y permitiendo el mayor contrato televisivo de la historia (con la CBS), que resucit¨® una Liga que en los setenta se encontraba haciendo aguas y que se recuper¨® con la llegada de Magic y Larry y la magia de David Stern, que lleg¨® en 1984 despu¨¦s de que O'Brein le allanara el camino con medidas tan ¨²tiles como (por desgracia) poco recordadas. Y curiosidades al margen, el tercer comisionado de la NBA firm¨® el acuerdo por el cual llegaban a la NBA, procedentes de la ABA, cuatro nuevas franquicias: New Jersey Nets, San Antonio Spurs, Denver Nuggets y, c¨®mo no, Indiana Pacers.
Han pasado 44 a?os desde entonces, y los Pacers se han establecido como un equipo cl¨¢sico, de mercado peque?o y residentes en uno de los estados que mejor entiende este deporte. Ya saben eso de "en 50 estados es baloncesto pero esto es INDIANA". Esa pancarta era la que m¨¢s se ve¨ªa en el Bankers Life Fieldhouse, lugar en el que la franquicia jug¨® sus partidos de casa en las Finales del 2000 ante los Lakers. Fue el punto ¨¢lgido del proyecto construido en torno a Reggie Miller, una quimera que se enfrent¨® a Jordan y a los Lakers de Shaq y Kobe sin llegar a tocar la gloria, pero un proceso que puso a Indiana definitivamente en el mapa. Antes, Slick Leonard no tuvo el mismo ¨¦xito en la NBA que en la ABA, pero los Pacers tuvieron paciencia. No jugaron sus primeros playoffs hasta 1981, y luego estuvieron cinco a?os m¨¢s fuera de la pelea hasta 1987. La llegada de Reggie Miller supuso el advenimiento de una nueva era que se alarg¨® hasta hoy en d¨ªa, creando una identidad f¨¢cilmente reconocible y una cultura que se ha trasladado a la cancha y ha sido lo suficientemente competitiva como para disputar los playoffs en 25 de las ¨²ltimas 31 temporadas, un logro al alcance de muy pocos.
De esas 25 veces, han jugado una vez las Finales, siete las finales de Conferencia, dos las semifinales y... 14 la primera ronda. Una losa muy grande que ha representado el techo de un mercado al que le cuesta mucho traer agentes libres. Tradicionalmente y desde la llegada de Larry Bird a los banquillos en 1997 (se podr¨ªa alargar hasta Larry Brown, su antecesor), los Pacers han construido buenos proyectos y han tenido equipos competitivos que han hecho buenas temporadas regulares. Han tenido entrenadores que han pasado de ser buenos (McMillan, Vogel) a muy buenos (Carlisle o el propio Bird) y su asiduidad a los playoffs ha sido algo dif¨ªcilmente alterable y un seguro de vida que siempre ha rescatado a la franquicia y ha sostenido en el tiempo a proyectos que tardaban (cosa buena) m¨¢s de lo habitual en disolverse. Sin embargo, el consabido techo del equipo, esa primera ronda en la que tambi¨¦n se quedaron las tres veces que se clasificaron para los playoffs en sus 13 primeras campa?as, ha pasado de ser recurrente a convertirse, qui¨¦n sabe, en un problema.
?Satisfacci¨®n, decepci¨®n... o nada?
Es muy dif¨ªcil poner nota a los Pacers, aunque lo justo ser¨ªa ponerles un aprobado. Eso s¨ª, cuesta saber si la moneda sale cara o cruz a la hora de analizarlo todo. Por un lado, las lesiones se han cebado con un equipo que pr¨¢cticamente no ha podido contar con V¨ªctor Oladipo, que perdi¨® a Bogdanovic en verano (al que no ha suplido mal) y que se ha quedado sin Sabonis en la burbuja. Por otro lado, es la quinta temporada consecutiva que caen en primera ronda, algo que solo hab¨ªan hecho cuatro equipos antes que ellos. Tambi¨¦n es la segunda en la que reciben un sweep y algunos se preguntan cu¨¢l es la soluci¨®n para que los Pacers pasen de ser un equipo del Este que cuaja grandes temporadas regulares (cuartos este a?o, magn¨ªfico) pero que se despide de sus opciones a la primeras de cambio, a un rival a tener en cuenta que puede ser capaz de, m¨¢s all¨¢ de presentar una candidatura real al anillo, ganar a cualquiera de sus adversarios en el Este. Algo que s¨ª nos da la sensaci¨®n con el resto de los puestos que van del segundo al s¨¦ptimo (Heat, Celtics, el a?o pasado Sixers y, por supuesto, Raptors) y que incluso se repite con los Bucks, aunque con un punto de vista inverso. Al fin y al cabo, m¨¢s que ganar a cualquiera pueden perder con cualquiera. Pero ese es otro tema, desde luego.
No nos pasa esto con los Pacers, un equipo completo y competitivo que se diluye en playoffs. Hay excusas en las dos ¨²ltimas temporadas, en las que las lesiones han acechado a la franquicia, pero el puesto de McMillan vuelve a estar en boca de algunos dos a?os despu¨¦s de que ciertas taras salieran a relucir en la primera ronda ante los Cavs. Sobre todo en el quinto partido, cuando no pidi¨® tiempo muerto en el (pol¨¦mico) tap¨®n de LeBron a Oladipo, previo al triple del alero. Y en el s¨¦ptimo, cuando los problemas de emparejamiento y la presi¨®n ambiental saturaron al propio t¨¦cnico. McMillan es un buen tipo, un conocedor del baloncesto que disput¨® la mejor ¨¦poca dorada de los Sonics desde Lenny Wilkens y que como entrenador, ha conseguido temporadas de 50 victorias y disputar los playoffs en Seattle y en Oreg¨®n con los Blazers. Ha conseguido construir un proyecto interesante en los Pacers y hacerlo competitivo, pero parece que le falta algo para hacer a su equipo avanzar. Es posible que todo se vea en una nueva temporada sin la mala suerte de las lesiones, pero una nueva derrota en primera ronda podr¨ªa redirigir el proyecto.
Y luego est¨¢ la plantilla. Alguno pensar¨¢ que no da m¨¢s de s¨ª, pero la explosi¨®n de Sabonis y su posterior lesi¨®n podr¨ªan haber cambiado las cosas. Con 18,5 puntos, 12,4 rebotes y 5 asistencias de promedio, es ya una estrella consolidada a la que habr¨¢ que ver al lado del Oladipo m¨¢s sano para sacar conclusiones. Si el escolta sigue la progresi¨®n que llevaba antes que caer (algo que no sabemos si ocurrir¨¢) podr¨ªa formarse una dupla llamada a hacer grandes cosas en el Este, pero la mala suerte ha impedido sacar conclusiones m¨¢s all¨¢ de todo eso. Y solo por eso, ser¨ªa (todav¨ªa) injusto adelantar acontecimientos con McMillan, que tendr¨¢ que probar con todas sus piezas para saber su verdadero nivel y si verdaderamente es un entrenador para playoffs o le faltan ciertos recursos (casi intangibles pero claves en playoffs) de los que Frank Vogel ya demostr¨® carecer (cuando estaba en Indiana, veremos en Lakers) en esa oposici¨®n a LeBron que hizo de 2012 a 2014 con un Paul George que sali¨® de la franquicia por la puerta de atr¨¢s, a la cabeza.
La sombra de Larry Bird
Es extra?o que la mayor referencia de la historia de la franquicia, m¨¢s all¨¢ de Reggie Miller, sea alguien que nunca ha jugado con ellos. Bird es la quintaesencia del conocedor del baloncesto, con premios como jugador, ejecutivo y entrenador, responsable (uno de ellos) de la d¨¦cada m¨¢s dorada de la historia de la NBA y tambi¨¦n de poner a Indiana en el mapa definitivamente y convertirse all¨ª en la misma instituci¨®n que antes hab¨ªa sido en los Celtics como jugador. Fue uno de los que m¨¢s apost¨® por un genio como Carlisle al inicio de su carrera, y supo corregir el rumbo de la mala gesti¨®n de Jim O'Brein y traer a un ne¨®fito Frank Vogel. El conocimiento de la idiosincrasia de la franquicia y su saber estar, tomando decisiones socialers acertadas como la de dejar a Reggie Miller retirarse cuando le diera la gana, le granjearon la fama de h¨¦roe en Indian¨¢polis, siendo enfocado en su habitual asiento en los banquillos con cierta frecuencia. Y el proyecto que construy¨® en torno a Paul George ten¨ªa visos de futuro, aunque al final le pudo la precipitaci¨®n, dejando salir a un Danny Granger que era una referencia espiritual y fichando a un Bynum cuyas rodillas (y comportamiento) solo dieron para dos partidos. Y ah¨ª, en la temporada en la que estaban llamados a pisar las Finales, acab¨® el proyecto, por mucho que George, rotura de pierna mediante, aguantara en la franquicia hasta 2017.
Su salida coincidi¨® con la de un Bird que ya hizo el amago en 2012, dej¨¢ndolo durante unos meses por problemas de salud. La hizo efectiva cinco a?os m¨¢s tarde, manteni¨¦ndose como asesor de una franquicia que le a?ora y tiene ahora a un correcto Kevin Pritchard de General Manager. En esa ausencia de un a?o de Bird, por cierto, los Pacers traspasaron a la decimoquinta elecci¨®n del draft (hecha por Bird)... por George Hill. Y adem¨¢s, dieron a Davis Bertans (s¨ª, el que ahora no falla un triple en los Wizards) y los derechos sobre Erazem Lorbek. ?Saben qui¨¦n era esa ronda an¨®nima? Kawhi Leonard. La ¨²nica decisi¨®n que Bird no tom¨® en ese tiempo fue la peor de todas. Desde luego, su mente es m¨¢s que privilegiada, igual que la de un Popovich que se llev¨® a la que quer¨ªa que fuera la pr¨®xima joya de su corona, pero que se acab¨® yendo por la misma puerta de atr¨¢s que George en los Pacers. Hoy, ambos juegan juntos, en Indiana siguen culpando a su antigua estrella y Pop, con todo, tiene un anillo m¨¢s en sus vitrinas y se sienta a ver los playoffs desde casa por primera vez desde 1997.
Ahora, sin Bird pero con un futuro tan prometedor como incierto, los Pacers siguen en su camino a nadie sabe d¨®nde. Siguen siendo fiables y cumplen siempre con lo que se espera de ellos, menos con esa parte de dar un paso m¨¢s que todav¨ªa siguen esperando a dar. Y tienen el futuro asegurado, pero ligeramente comprometido, con Oladipo y sus 42 millones garantizados, los 85 de un Malcolm Brogdon que ha rendido muy correctamente y los 80 de un Sabonis que, con solo 23 a?os, tiene contrato hasta 2024 y representa el futuro. Quiz¨¢ un traspaso con un Myles Turner (72 millones, ojo) que no ha terminado de convertirse en la mole dominante y defensiva que se esperaba inicialmente, podr¨ªa ser beneficioso para ellos. Esa decisi¨®n, desde luego, ya no la tomar¨¢ Larry Bird. Y hasta que la franqiuicia se mueva (si es que lo hace) habr¨¢ que esperar si basta con la capacidad de McMillan y el futuro de un Sabonis que puede serlo todo en este deporte. Al fin y al cabo, lo lleva en los genes.