Test grupales, inmunidad... la prueba definitiva para el regreso
La NBA est¨¢ ayudando al desarrollo de pruebas grupales, que reducir¨ªan el n¨²mero de test necesarios, y colabora tambi¨¦n con la cl¨ªnica Mayo de Rochester.
La NBA, despu¨¦s de semanas de obvia indefinici¨®n y algunos tramos de notable pesimismo, est¨¢ m¨¢s cerca que nunca de retomar la temporada 2019-20: el complejo de Walt Disney World en Orlando suena como sede y la hoja de ruta pasa por empezar a jugar a mediados de julio, terminar en torno a la festividad del Labor Day (7 de septiembre), tener draft a mediados de septiembre y arrancar la temporada 2020-21 en Navidad.
La organizaci¨®n de la intendencia progresa adecuadamente, pero mientras todos los dem¨¢s detalles se pulen entre Liga, franquicias y jugadores (NBPA), crece la importancia del asunto central sobre el que acabar¨¢ dependiendo la luz verde definitiva al regreso y, sobre todo, la sostenibilidad de este: la seguridad y la capacidad de crear unas condiciones sanitarias ¨®ptimas. La NBA parte de la base de que necesitar¨¢ un enorme suministro de test que tendr¨ªan que ser usados casi a diario. Tambi¨¦n de que se enfrenta a una delicada cuesti¨®n de imagen p¨²blica si da la sensaci¨®n de que dispone de test de forma masiva mientras estos siguen escaseando entre la poblaci¨®n, especialmente la de riesgo y los trabajadores sanitarios. Un problema real por mucho que los test lleguen por v¨ªa privada, como ya comprob¨® la NBA cuando los realiz¨® a varias franquicias tras el positivo de Rudy Gobert (Utah Jazz) que par¨® la temporada el 11 de marzo.
La Liga, consciente de todos estos v¨¦rtices de un problema que es en realidad global, lleva desde marzo trabajando para encontrar soluciones y aportar su granito de arena de cara a la vuelta a la competici¨®n, y tambi¨¦n para extrapolar esos avances de cara a contribuir en la lucha mundial contra el coronavirus. Adam Silver siempre ha insistido en esta voluntad de una Liga que fue la primera gran competici¨®n en cerrar y que tambi¨¦n ha manifestado su deseo de ser una de las locomotoras de la recuperaci¨®n, social y econ¨®mica.
La Liga ha informado a las franquicias de que trabaja con varios proveedores (BioReference, LabCorp, Quest Diagnostics...) para asegurar un ¡°programa global de test¡± para todas las franquicias. En su d¨ªa calcul¨® que necesitar¨ªa tener m¨²sculo para realizar al menos 15.000 pruebas si se volv¨ªa a jugar. Y la necesidad de repetir test puede ser mayor si, como parece, se ha desechado la opci¨®n de la sede burbuja y los jugadores van a tener libertad de movimientos. Se buscan f¨®rmulas r¨¢pidas pero, sobre todo, eficaces porque se teme la propagaci¨®n descontrolada si no se atajan los positivos asintom¨¢ticos. Si la Liga cuenta con m¨¢s de 2.000 personas implicadas en el regreso a la competici¨®n, puede calcular que unas 100 ser¨ªan portadoras del virus si sigue unas ratios similares a los de muchas zonas de EE UU. Con un margen de error de un 30% como el que se dio en los primeros test que se hicieron en China, dejar¨ªa sin diagn¨®stico a unos 30 falsos negativos, una verdadera bomba que pondr¨ªa en jaque el regreso de la temporada. Ese n¨²mero se reducir¨ªa casi del todo si se pudieran repetir los test hasta tres veces, pero eso implica un enorme coste de medios, dinero y, en algunos casos, imagen.
As¨ª que la NBA est¨¢ ayudando al desarrollo de los test grupales, un sistema que permite unir varias muestras en un solo test y que se empez¨® a usar en el ej¨¦rcito durante la Segunda Guerra Mundial para aislar a los soldados con s¨ªfilis. Este sistema permite ahorrar tiempo y dosificar los test, que solo se hacen a todos los integrantes del grupo si la muestra general arroja un positivo. Sus resultados con el coronavirus est¨¢n siendo buenos, como lo han sido en el pasado con el VIH, la gripe y enfermedades de transmisi¨®n sexual. La Liga cree que cada 2.000 test pueden reducirse a 300 con este m¨¦todo, que ir¨ªa completado con esc¨¢neres y pruebas radiol¨®gicas para detectar s¨ªntomas de neumon¨ªa y, claro, los ya habituales controles de distancia de seguridad, temperatura, uso de mascarillas...
El otro gran campo en el que la NBA est¨¢ participando activamente es en el de la investigaci¨®n de la inmunidad, para los que colabora con la cl¨ªnica Mayo de Rochester (Minnesota). Kevin O¡¯Connor ha explicado en The Ringer que la Liga participa activamente en el desarrollo de un nuevo sistema de test de anticuerpos a trav¨¦s de una punci¨®n digital que permitir¨ªa ahorrar tiempo y costes y que se podr¨ªa hacer en las casas sin necesidad de acudir a cl¨ªnicas. Unas 400 personas, entre jugadores y trabajadores de las franquicias, han formado parte de los 1.000 voluntarios con los que se ha trabajado para conocer la evoluci¨®n del virus en las personas que han sido positivas y que deber¨ªan, por lo tanto, desarrollar anticuerpos durante al menos algunos meses o a?os.
Este es otro campo esencial en el que la NBA cree que puede aportar a nivel social mientras da zancadas en su intenci¨®n de crear un ecosistema seguro, una necesidad toda vez que la inmunidad de grupo parece todav¨ªa muy lejana: un estudio de la Universidad de Stanford con la Liga de beisbol (MLB) demostr¨® que solo el 0,7% de los 5.000 trabajadores analizados hab¨ªan desarrollado resistencia al virus. De ese conocimiento de la evoluci¨®n de la pandemia, de los protocolos para tratar con eficacia los positivos que surjan y de la disponibilidad masiva de test que sean fiables depende la decisi¨®n final de Adam Silver sobre la temporada 2019-20 de la NBA. Una que, toquemos madera, parece ahora mismo muy cerca del s¨ª.