Los Dallas Mavericks 2006-2011: Dirk Nowtzki, del averno a la luz
Los Dallas Mavericks se sobrepusieron a las duras derrotas de 2006 y 2007 para ganar el anillo en 2011, el c¨²lmen de la carrera de Dirk Nowitzki.

Remember 06. Era la frase que Jason Terry no paraba de repetirle a todo el que quisiera escucharle durante las Finales de la NBA 2011. Especialmente a Dirk Nowitzki, ¨²nico integrante junto al escolta que se manten¨ªa en el equipo que hab¨ªa desperdiciado una ventaja de 2-0 y otra de 13 puntos a falta de 6 minutos y medio para la conclusi¨®n del tercer partido cinco a?os atr¨¢s. Hab¨ªa pasado un mundo desde entonces, uno en el que los Mavs se hab¨ªan hundido todav¨ªa m¨¢s y se hab¨ªan quedado con el proyecto pendiendo de un hilo, en fechas de caducidad y ya sin favoritismos por mucho que Jason Terry se tatuara el trofeo de campe¨®n en su brazo derecho como elemento premonitorio. Pero nadie contaba con el orgullo herido del alem¨¢n y la riqueza t¨¢ctica del banquillo de los texanos, que por aquel entonces juntaba a Rick Carlisle, Dwayne Casey y Terry Stotts.
Si acot¨¢ramos la carrera de Nowitzki solo al periodo de tiempo que va de la derrota en 2006 hasta la victoria en 2011, nos saldr¨ªa una de las mejores historias que la NBA ha tenido en el siglo XXI. Una que probablemente no ha sido tratada con la misma glorificaci¨®n que han tenido relatos m¨¢s ¨¦picos desde el punto de vista hollywoodense, que siempre ha intentado elevar a lo m¨¢s alto a Kobe, LeBron y compa?¨ªa, siendo estos los que han protagonizado las mejores pel¨ªculas que ha producido la industria de la NBA. La de Nowitzki si fue, y eso est¨¢ claro, la mejor que nunca ha creado cualquier for¨¢neo, como lo es la carrera del mejor europeo de la historia o la de uno de los mejores ala-p¨ªvots de siempre. Y por m¨¦ritos propios, haci¨¦ndose a s¨ª mismo, empezando desde abajo, como esa Mona Lisa de la probeta Holger Geschwindne, el hombre que le descubri¨® cuando era apenas un mocoso imberbe, y que ha pasado por todas las fases posibles en la mejor Liga del mundo: la de una dif¨ªcil adaptaci¨®n, a?os de aprendizaje y buen baloncesto, lucha y fracaso para hacerse con el anillo, ca¨ªda al averno y triunfo en la luz. E incluso unos a?os (quiz¨¢ demasiados) que han servido como gira de una despedida eternamente postergada que finalmente tuvo lugar la campa?a pasada junto a la de Dwayne Wade, un hombre cuyo destino va unido y que se encarg¨® de hacer le?a del ¨¢rbol ca¨ªdo tras la debacle de 2006: "Los Mavs acabaron perdiendo porque Dirk no actu¨® en los momentos importantes como el l¨ªder que se supon¨ªa que era".
Nowitzki nunca olvid¨® esas Finales, una tortura china constante para ¨¦l que se prolong¨® con la derrota en primera ronda en 2007 ante los Warriors del We Believe, cuando ven¨ªan de cuajar la mejor temporada de la historia de la franquicia (67-15) con el alem¨¢n ganando el MVP (primer europeo en conseguirlo) por delante de su ex compa?ero Steve Nash, que a punto estuvo de tripitir. Si el fracaso de 2006 pudo ser aleccionador, el del a?o siguiente fue casi humillante, incluyendo un ignominioso sexto partido en el Oracle en el que cayeron por 25 puntos y en el que Dirk se qued¨® en 8 puntos, con 2 de 13 en tiros de campo y 0 de 6 en triples. Don Nelson, el hombre que Marc Cuban contrat¨® a mitad de la 1997-98 y tutel¨® la totalidad de la etapa inicial de Nowitzki en la NBA, con esa competitiva plantilla que se col¨® en las finales del Oeste en 2003 (derrota ante los Spurs por 4-2) y que inclu¨ªa a Steve Nash, Mike Finley o Nick Van Exel, desmadej¨® a su antiguo pupilo, dej¨¢ndolo en algo m¨¢s de 19 puntos con un 38% en tiros de campo y un 21% en triples. Para ver la dimensi¨®n de la cat¨¢strofe, huelga decir que en regular season las cosas fueron extraordinariamente distintas, con el alem¨¢n firmando 24,6 puntos y entrando en el selecto club del 50-40-90.
La reconstrucci¨®n hecha por Marck Cuban, un hombre que tiene lo mismo de histri¨®nico que de leal, tambi¨¦n fue digna de elogio. El empresario, que fue pionero en una manera de comportarse por parte de los directivos que, todo hay que decirlo, no ha tenido ni seguidores ni continuidad, consigui¨® ir a pasos cortos hasta juntar a una plantilla veterana pero talentosa en la 2010-2011. Una cuyos jugadores estaban ya entrados en a?os pero que estaban, y eso Cuban lo ley¨® mejor que nadie, ante su ¨²ltima gran ocasi¨®n, por mucho que nadie contara con ellos en pretemporada. Fue la misma capacidad que tuvo Danny Ainge para juntar a tres piezas tan valiosas como Kevin Garnett, Ray Allen y Paul Pierce en 2008, un tr¨ªo que gan¨® el anillo entrado en a?os y un proyecto cortoplacista que se prolong¨® en el tiempo m¨¢s all¨¢ de lo que se esperaba. Garnett sin ir m¨¢s lejos gan¨® ese anillo con 31 a?os y en su 13? temporada en la Liga. Las mismas llevaba Nowitzki cuando alz¨® el t¨ªtulo en 2011, en su caso con 32 a?os. Si bien no son edades que aboquen a la retirada, s¨ª que son, en condiciones normales en las que no te apellidas Jordan, Bryant o James, las primeras de una bajada paulatina pero inexorable de nivel. Y, de hecho, fueron las ¨²ltimas grandes temporadas estad¨ªsticamente hablando de los Garnett y Nowitki. El primero, tercero en la votaci¨®n para el MVP, incluido en el primero quinteto de la NBA y en el defensivo y con el premio a Mejor Defensor, no volvi¨® a los 24+14 de su temporada MVP del 2004, pero tampoco a los 18+9 de la 2007-08. El alem¨¢n, que se fue a los 23+7+2,6, no volvi¨® a repetir esas cifras en los ocho a?os posteriores, y tampoco volvi¨® a lanzar nunca por encima del 50% en tiros o a disputar 34,5 minutos de juego. Desde luego, la 2010-11 era el momento de los Mavs, igual que fue el de los Celtics a?os antes, aunque en el caso de los texanos, el sabor era tambi¨¦n de ¨²ltima oportunidad, algo que, como todo, es f¨¢cil de afirmar en retrospectiva.
Rick Carlisle, Jason Kidd y una platilla veterana
El principal cambio que introdujo Cuban en el proyecto fue en el banquillo. La NBA no espera a nadie y Avery Johnson deb¨ªa saberlo; no en vano, ten¨ªa de asistente a Del Harris, un hombre que hizo temporadas regulares tremendas con los Lakers pre Phil Jackson, ya con Shaq y Kobe en la plantilla, pero que fue eliminado en semifinales, finales y semifinales de Conferencia durante tres a?os en los que firm¨® un balance de 12-1 en esas series. No volvi¨® a entrenar a un equipo y se tuvo que conformar con ser segundo, algo que hizo en esa ¨¦poca a las ¨®rdenes de un Johnson que hered¨® en la 2004-05 la gesti¨®n de Don Nelson despu¨¦s de aprender de ¨¦l y de ser parte del equipo que gan¨® el anillo en 1999, con los Spurs de Popovich, que empezaban su particular dinast¨ªa por aquel entonces. Beber de la fuente de la sabidur¨ªa no siempre es suficiente y Johnson, un entrenador mejor de lo que se le recuerda, tuvo problemas de emparejamiento con Wade en 2006 y se qued¨® sin soluciones en 2007 ante el propio Nelson, que obligaba a Nowitzki a correr y a salir a defender a posiciones exteriores con su small ball, sacando a relucir las pocas carencias del ala-p¨ªvot. Johnson fue detituido tras la 2007-08 tras una eliminaci¨®n en primera ronda y tras conseguir un 16-2 en los 18 partidos que llev¨® en 2005 y 60, 67 y 51 victorias en sus tres temporadas completas, adem¨¢s del premio a Mejor Entrenador y ser el t¨¦cnico del All Star en su primera campa?a. Un curr¨ªculum demasiado extenso para un hombre que despu¨¦s de eso, estuvo tres a?os en los Nets antes de decir adi¨®s a la NBA.
La llegada de Rick Carlisle era un soplo de aire fresco. El continuismo de Johnson respecto a Nelson, del que hered¨® no solo el tratamiento t¨¢ctico de Nowitzki sino tambi¨¦n (y por desgracia) la falta de soluciones en playoffs (Nelson nunca ha ganado el anillo), se romp¨ªa definitivamente para dar paso a un hombre que llegaba acompa?ado de gente muy preparada (Casey y Stotts) y que entrar¨ªa a formar parte de la cultura de la franquicia. De hecho, es una extensi¨®n del propio Cuban, cuenta con su confianza y la del ya retirado Nowitzki y es, tras Popovich y Spoelstra, el entrenador que m¨¢s tiempo lleva en una sola franquicia de entre los que est¨¢n en activo actualmente. Carlisle era un entrenador con s¨®lidos conocimientos t¨¢cticos, al que le gustaba seguir un plan establecido, con buenas bases y modelos jerarquizados en los que estaba muy claro qui¨¦n era qui¨¦n. Tambi¨¦n, y gracias a sus asistentes, dotaba a sus equipos de buenas defensas, y fue el que plant¨® la semilla de la ¨²ltima versi¨®n competitiva de los Pistons, siendo nombrado Mejor Entrenador en el a?o de su debut, con un r¨¦cord de 50-32, 18 victorias m¨¢s que el a?o anterior y unas semifinales de Conferencia que se transformaron en finales al a?o siguiente, antes de su cese para dar llegada a Larry Brown e impulsar definitivamente el proyecto. Carlise fue entonces a los Pacers, con los que logr¨® 61 victorias repitiendo finales del Este, precisamente contra Detroit. Las sanciones derivadas del bochorno de la pelea del Palace entre ambos equipos le impidieron pasar de las 47 victorias y la primera ronda en la 2004-05, y fue destituido tras la 2006-07, regresando a los banquillos con los Mavericks tras un a?o sab¨¢tico.
En su primera temporada, Carlisle consigui¨® un r¨¦cord de 50-32, Jason Terry gan¨® el premio a Mejor Sexto Hombre (19,6 puntos por partido) y los Mavericks cayeron en semifinales del Oeste ante los Nuggets (4-1). Sacar a Terry desde el banquillo fue una decisi¨®n personal del t¨¦cnico, que quer¨ªa reforzar la segunda unidad, cuya ausencia dej¨® exhaustos a los titulares en las Finales del 2006. En las Finales te lo juegas todo y la rotaci¨®n es menor, pero tiene que haber al menos siete jugadores involucrados en ella. En la 2009-10, los Mavs mejoraron el r¨¦cord (55-27) pero cayeron en primera ronda ante los Spurs a pesar de contar con ventaja de campo. La 2010-11 se estableci¨®, desde el principio, como la campa?a clave. La plantilla que hab¨ªa formado Cuban estaba redondeada y compensada: Tyson Chandler, llegaba con 28 a?os tras haber pasado por Bull y Hornets, y promediar¨ªa 10 puntos y 9 rebotes por partido, tapando las carencias de Nowitzki en defensa, reboteando mucho en ataque y sin necesitar un bal¨®n que si era esencial para su compa?ero en la zona. Shawn Marion hab¨ªa llegado a mitad de la temporada anterior y se ir¨ªa a 10+7. Era un buen defensor que no se bajaba del 20+10 en los Suns, un jugador veterano (33 a?os), inteligente, veloz al contraataque y capaz de solventar parcialmente emparejamientos como el de LeBron James. JJ Barea era un base suplente r¨¢pido y veloz, Deshawn Stevenson un alero defensivo que tambi¨¦n se las ver¨ªa con LeBron y que lanzaba bien de tres. Y Brendan Haywwod e Ian Mahinmi eran buenos refuerzos interiores que aportabana energ¨ªa desde el banquillo junto a Pedja Stojakovic, que lleg¨® para la parte final de la temporada y fue m¨¢s importante de lo que parec¨ªa: en el tercer partido de las semifinales del Oeste ante los Lakers, que part¨ªan como favoritos pero vieron como se acababa su dinast¨ªa, aport¨® 15 puntos y 3 de 7 en triples, uno de ellos en plena remontada de los texanos. En el tercero se fue a 21 tantos con 7 de 7 en tiros de campo y 6 de 6 en triples en la victoria por 36 de los Mavs, la peor despedida posible para Phil Jackson. Stojakovic, por cierto, fue el ¨²nico integrante de los Kings de Adelman, esos que casi acaban con los Lakers en las finales del Oeste de 2002 en una de las mejores series de playoffs de la historia, que se retir¨® con el anillo de campe¨®n.
Y luego estaba Jason Kidd. La quintaesencia del base cl¨¢sico, el ¨²ltimo reducto junto a Steve Nash y Chris Paul (y un poco de Rondo) de ese playmaker que en su d¨ªa fue John Stockton. Lleg¨® en 2008 procedente de los Nets, y si bien sus estad¨ªsticas no eran las que fueron, se convirti¨® en esencial en esa temporada. Kidd se retir¨® como el segundo m¨¢ximo asistente de la NBA, el tercero en triples-dobles (ahora cuarto), segundo en robos, y noveno en triples (ahora d¨¦cimo). Casi nada para un hombre que no ha hecho justicia a su carrera como jugador desde que inici¨® la de entrenador y que esa campa?a, la del anillo, no hizo mucho de nada, pero un poco hizo de todo: 7,9 puntos, 4,4 rebotes, 8,2 asistencias, 1,7 robos, 26 partidos con 10 o m¨¢s asistencias, 9 dobles-dobles y 2 triples-dobles. No est¨¢ mal para llegar a las Finales con 38 a?os de edad, nada menos.
Las Finales de la redenci¨®n
El equipo m¨¢s veterano de la NBA (30,9 a?os de media) termin¨® la temporada 57-25, tercero del Oeste empatado con esos Lakers a los que eliminar¨ªa con un sweep tan inopinado como merecido. Antes, durante la fase regular, fueron el cuarto equipo que menos puntos recibi¨® del Oeste, el quinto con mejor porcentaje en tiros de campo, el segundo que m¨¢s asistencias repart¨ªa y el octavo con mejor net rating (+4,7). Eliminaron en primera ronda a unos an¨¢rquicos y correosos Blazers (4-2), que mostraron la ¨²ltima gran versi¨®n de Brandon Roy, con 27 puntos y 8 rebotes de Nowitzki. Las historia en semifinales ya se conoce, con 25+9 del alem¨¢n, que se comi¨® a Pau Gasol(12,5+9,3 con un 42% en tiros de campo) y en las finales de Conferencia acabaron con los Thunder de Durant, Westbrook y Harden por 4-1. En el primer partido de la serie, Nowitzki anot¨® 48 puntos con 12 de 15 en tiros de campo y 24 de 24 desde la personal, superando el r¨¦cord de tiros libres convertiros en un partido de playoffs y el de convertidos sin fallo. En el cuarto, el ala-p¨ªvot se fue a los 40. Y en total, consigui¨® 32,2 de promedio, con un 56% en tiros de campo, un 36% en triples y un 97% en tiros libres con una serie de 59 de 61 desde la personal.
En las Finales, las del reencuentro con la bestia negra, esa que hab¨ªa provocado que Nowitzki se quedara en el sancta sanct¨®rum del equipo hasta lass cinco de la ma?ana cinco a?os atr¨¢s, los Heat golpearon primero. Fue una gran serie, con todos los partidos decididos por 10 o menos puntos, del segundo al cuarto por menos de tres, momentos de clutch time y tres encuentros resueltos en la ¨²ltima jugada. El segundo partido, canasta ganadora de Nowitzki mediante, fue para los Mavs. El alem¨¢n no pudo repetir en el tercero, que se llevaron los de Spoelstra tras fallar el ¨²ltimo lanzamiento, pero las victorias en el cuarto y en el quinto les daban un match ball que aprovecharon a la primera. La hist¨®rica imagen de Nowitki, y¨¦ndose al t¨²nel de vestuarios antes de que el cron¨®metro se pusiera a cero para encontrar cobijo y dar rienda suelta a sus emociones, fue la representaci¨®n de la tortura que hab¨ªa tenido que soportar desde que en 2006 cayeran cuando parec¨ªan que lo ten¨ªan. Posteriormente, se supo que estuvo llorando un buen rato en el vestuario, antes de denunciar p¨²blicamente los reproches hacia su persona un lustro atr¨¢s.
Nowitzki promedi¨® 26 puntos, 9,7 rebotes (4 dobles-dobles) y 2 asistencias, con un 42% en tiros de campo, un 37 en triples y otra serie fant¨¢stica desde la personal: 45 de 46, un 98% de acierto. Sus n¨²meros fueron netamente superiores a los de 2006 (22,8+10,8 con un 39% en tiros y un 25% en triples), alejando fantasmas y logrando el tiro ganador, a la postre clave, del segundo encuentro. Kidd se fue a 7,7+4,5+6,3, con un 42% en triples. Marion a 13,7+6,3 con un 48% en tiros; y Chandler, a 9,7+8,8, con 4 rebotes ofensivos por partido, 9 de ellos en el cuarto encuentro, donde cuaj¨® su mejor actuaci¨®n de la eliminatoria (13+16). Adem¨¢s, Terry lleg¨® a los 18 tantos (39% en triples) y Barea fue un elemento desestabilizador, titular en tres de los seis partidos merced a los cambios t¨¢cticos y siempre intencionados de Carlisle: 8,8 puntos para ese hombre de tan solo 1,78, pero un gigante entre gigantes que hizo 17 y 15 puntos en los dos ¨²ltimos duelos. Por parte de los Heat, Wade fue el mejor (26,5+7+5,2+1,5+1,5) en sustituci¨®n de un LeBron cuyo mal nivel fue diferencial. Desmadejado por la defensa de Casey, aleccionadora para ¨¦l seg¨²n dijo en el futuro, y siempre molestado por Kidd (al que saca 13 cent¨ªmetros), Stevenson y Marion, se qued¨® en 17,8 puntos y solo anot¨® 18 entre todos los ¨²ltimos cuartos combinados, con un 33% en tiros (7 de 21, una cifra muy baja de tiros intentados). Fue un nuevo comienzo para ¨¦l, uno que dar¨ªa como lugar un espectacular reinado que se prolongar¨ªa hasta el a?o pasado y que lucha por volver a florecer. Los grandes momentos muchas veces empiezan con una derrota. Que se lo digan a Nowitzki.
Fue el c¨²lmen del proyecto de la carrera de uno de los mejores jugadores de siempre, de el mejor europeo de todos los tiempos y de un hombre sin el que es imposible entender la historia reciente de la NBA, su aperturismo, su apuesta por otros continentes y su valent¨ªa a la hora de construir todo un proyecto en torno a un for¨¢neo. Una visi¨®n de Marck Cuban, uno de los mejores directivos que ha existido por mucho que y a pesar de todo. Igual que hizo con Nowitzki, ha apostado ahora por un joven Luka Doncic, y ha demostrado su lealtad manteniendo a Carlisle en el cargo a pesar de balances dispares y dejando retirarse a su jugador fetiche c¨®mo y cu¨¢ndo quiso. Al fin y al cabo, era el hombre que permiti¨® a los Dallas Mavericks tocar la gloria. Se lo hab¨ªa ganado.