"La Octava, una obsesi¨®n"
Este lunes 13 de abril se cumplen 25 a?os de una de las Copas de Europa m¨¢s celebradas por el Madrid, la que gan¨® con Sabonis en Zaragoza en 1995. Ant¨²nez y Arlauckas lo recuerdan.
![Obradovic y Ramón Mendoza posan con el trofeo rodeados por Lasa, Ferrer, Martín, Sabonis, Arlauckas, Santos, Antúnez, García Coll, Biriukov y Cargol.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/Y6JFUCJ5NJOPZKXVZ7XYPQQDY4.jpg?auth=bc36fbd040149b0172153e129b9d545b02a46b22c1978ebf07a393bc3dd14212&width=360&height=203&smart=true)
Este lunes 13 de abril se cumplen 25 a?os de la Octava del Madrid en baloncesto, el trofeo m¨¢s feo que se recuerda, una innovaci¨®n de la FIBA en metacrilato y metal que sirvi¨® para adornar la conquista de una obsesi¨®n: la Copa de Europa. La gloria lleg¨® en Zaragoza en la Semana Santa de 1995 con la mejor pareja interior del Viejo Continente, Sabonis y Arlacukas, en un equipo de roles pulidos. Y con Zeljko Obradovic, el nuevo alquimista de los banquillos. Mientras el Madrid lograba su primer t¨ªtulo en tres lustros, muy lejos quedaba ya el trofeo de 1980 en Berl¨ªn frente al Maccabi, el entrenador serbio sumaba con 35 a?os reci¨¦n cumplidos su tercera Euroliga en cuatro temporadas con tres equipos diferentes (ahora ya lleva nueve con cinco clubes).
A los 15 a?os de sequ¨ªa en la canasta, se un¨ªan entonces 29 en f¨²tbol (y restaban a¨²n tres para el gol de Mijatovic), por lo que "la Copa de Europa se hab¨ªa convertido en una obsesi¨®n absoluta para el club", rememora Jos¨¦ Miguel Ant¨²nez, que anot¨® 12 puntos en la final ante el Olympiakos (73-61) por 16 de Joe Arlauckas y 23 de un Arvydas Sabonis acosado por las faltas y relevado por Antonio Mart¨ªn frente a Fassoulas, Tarlac y Volkov. Ismael Santos (impecable su defensa a Eddie Johnson) y Javier Garc¨ªa Coll completaron el cinco inicial, mientras que Pep Cargol y Jos¨¦ Lasa aportaron buenos minutos. Nunca el Madrid hab¨ªa estado tanto tiempo sin un ¨¦xito continental aunando los dos deportes.
Arlauckas: "Obradovic ten¨ªa algo abstracto que le hac¨ªa especial"
"Lo primero que me viene a la cabeza es la intensidad de los entrenamientos en la semana previa, jam¨¢s viv¨ª algo parecido. Una hora y media de trabajo eran como dos partidos seguidos. Prepar¨¢bamos situaciones especiales, como manejarnos con tres puntos de ventaja a falta de minuto y medio", cuenta ahora Arlauckas, que explica que "Obradovic empezaba a labrarse su fama". "Ha ganado y tambi¨¦n ha perdido mucho, pero siempre le ha acompa?ado algo abstracto, unos intangibles que le hacen especial. El d¨ªa previo a la final salimos fuera a comer y le pregunt¨¦ el porqu¨¦. '?Quieres meterte en la cama para no dormir la siesta y dar 16 vueltas?', me respondi¨®".
El estadounidense considera aquel "uno de los mejores equipos" en los que milit¨®: "A veces ten¨ªamos grandes broncas, siempre constructivas. No hab¨ªa malos rollos y eso nos hac¨ªa mejores. En la final, por ejemplo, empec¨¦ mal y, sin embargo, no perd¨ª la confianza de mis compa?eros. Luego demostramos que pod¨ªamos ganar el partido incluso sin Sabonis, que descansaba en el banco con tres personales en la primera parte y una cuarta al poco de volver a salir. S¨¦ que para el club supon¨ªa mucho esa Copa de Europa, pero, aunque suene feo, para m¨ª los 15 a?os sin triunfos no significaban nada, miraba al presente y lo que sab¨ªa es que me jugaba mi futuro. Tambi¨¦n ten¨ªa ganas de desquite tras la derrota de hace un a?o en el playoff de cuartos frente al Joventut, de la que me sent¨ªa culpable. Quiz¨¢ Biriukov y Mart¨ªn, que llevaban mucho tiempo en el equipo, incluso Mart¨ªn Ferrer, que ven¨ªa de la cantera, entend¨ªan mejor esa presi¨®n que transmit¨ªa la prensa. Me alegr¨¦ por ellos, por su esfuerzo en todas las temporadas precedentes. Como americano, lo reconozco, diez a?os antes desconoc¨ªa lo que era la Euroliga".
Ant¨²nez: "Sabonis jugaba cojo, pero no par¨® de evolucionar"
Para Ant¨²nez supuso "el momento culmen" de su carrera, el ¨¦xito que todos deseaban y con protagonismo personal. Un logr¨® que comenz¨® a gestarse dos a?os antes, en 1993, tras la inopinada derrota con el Limoges: "Aquel partido no lo preparamos bien, ¨¦ramos j¨®venes y quiz¨¢ llegamos algo confiados. La derrota nos hizo mucho da?o y por eso en Zaragoza, de nuevo en semifinales cara a cara con el Limoges de Maljkovic, Michael Young, Bilba, Dacoury y Fort¨¦, impusimos nuestro ritmo y nos quitamos un peso de encima que nos permiti¨® afrontar la final con tensi¨®n, pero con calma y seguros de nuestras posibilidades. Los mejores jugadores no hacen el mejor equipo; el nuestro era redondo. Sabas era la gran estrella en Europa, aunque hab¨ªa que saber moverse a su ritmo y d¨®nde pasarle, y no siempre resultaba f¨¢cil. Compart¨ª habitaci¨®n con ¨¦l en los viajes durante tres a?os y lo conoc¨ªa bien. Era peculiar e introvertido y a la vez una gran persona y compa?ero. Las dos graves lesiones que tuvo en el tend¨®n de Aquiles le hicieron empezar otra vez desde abajo, quiz¨¢ por eso vino a la ACB y no se march¨® directamente a la NBA. En las tres campa?as en Valladolid (1989-92) se recuper¨® y luego dio el salto al Madrid, donde siempre quiso jugar y donde fue feliz. Le encantaba la vida en Espa?a".
La Copa de Europa era el t¨ªtulo ansiado, tambi¨¦n el ¨²nico que le faltaba al p¨ªvot lituano y "al conseguirlo cambi¨® el chip y se march¨® a la NBA", afirma Ant¨²nez, que no sabe cu¨¢l hubiera sido su techo sin las limitaciones de movilidad y salto: "Con la madurez que mostraba entonces en la pista (ten¨ªa 30 a?os) y con el f¨ªsico previo a las lesiones¡ no s¨¦ d¨®nde hubiera llegado. No par¨® de evolucionar pese a estar cojo, jugaba con una pr¨®tesis en el tal¨®n derecho, apoyaba el pie plano en el suelo, no lo articulaba y no pod¨ªa ponerse de puntillas, con lo que no saltaba. Le gustaba recibir en la zona para girarse pivotando con el otro pie, el izquierdo, y finalizar de gancho con la derecha, o que le pasaran en el poste alto de cara o en el triple".
Arlauckas subraya que a Sabonis no le quitaba el sue?o ganar: "Si lo consegu¨ªa, bien; de lo contrario, no pasaba nada. Quiz¨¢ despu¨¦s podr¨ªa haberle quedado esa espina de la Copa de Europa¡ Tras la victoria, eso s¨ª, no dejaba de sonre¨ªr, una sonrisa enorme. Mi amigo era el tipo m¨¢s feliz del mundo. Y para m¨ª fue el t¨ªtulo m¨¢s importante de mi carrera, aunque el m¨¢s emocional lleg¨® en 1994 con la Liga (3-0 al Bar?a), mi primer ¨¦xito. Mi padre llevaba enfermo de c¨¢ncer dos a?os y medio y muri¨® aquel mismo verano. Recuerdo que se llev¨® mi uniforme y lo enterraron con ¨¦l. Muy emotivo".