Los Lakers impresionan y dejan muy tocados a unos tristes Rockets
Descomunal segunda parte de los angelinos, que ganan en Houston sin Anthony Davis y ante unos Rockets que se deshicieron en cuanto se vieron por detr¨¢s en el marcador.
Los Lakers llegaron tarde a Houston pero cuando llegaron, sacudieron a los Rockets de lado a lado del Toyota Center, donde parece que el equipo de Mike D'Antoni lleva casi 18 meses jugando el mismo partido, aquel s¨¦ptimo de la final del Oeste de 2018 (28 de mayo) en el que se les escaparon vivos los Warriors cuando ten¨ªan a mano sus primeras Finales en casi un cuarto de siglo y lo que parec¨ªa un anillo seguro ante unos Cavs de perfil demasiado bajo para aguantar la acometida del campe¨®n del Oeste (4-0 para los Warriors en la serie). Es como si los Rockets llevaran m¨¢s de un a?o y medio lanzando una y otra vez aquellos 27 triples seguidos que erraron, una improbabilidad matem¨¢tica para abatir a un genio de los n¨²meros como Daryl Morey, mientras los Warriors los devoraban vivos, en carne y alma. Nada volvi¨® a ser igual para un equipo que ahora es como la marca blanca de aquel tremendo de hace dos temporadas. Lo fue con Chris Paul la pasada... y lo es en esta, en algunas cosas todav¨ªa m¨¢s, con un Russell Westbrook que no es ahora mismo un gran problema pero no ha sido tampoco, desde luego, una soluci¨®n para casi nada.
Despues de tres derrotas en cuatro partidos (esta fue finalmente la cuarta en cinco: 115-124) los Rockets se conjuraron en noche grande: s¨¢bado, tv nacional (ABC) y visita de los Lakers con LeBron... pero sin Anthony Davis, que se perdi¨® su quinto partido seguido aunque no estaba descartado hasta pocas horas antes del salto inicial (4-1 los Lakers sin ¨¦l en este tramo, 5-2 en la temporada). Despu¨¦s de las reuniones de vestuario y unas conjuras que apenas parecen un placebo tras las derrotas ante Grizzlies y Blazers, los Rockets jugaron un buen primer tiempo ante unos Lakers bajos de energ¨ªa y concentraci¨®n. Llegaron a ganar por once (63-52) cerca de un descanso al que se lleg¨® en 65-59. Chamusquina: los Rockets hab¨ªan parecido mucho mejores que ese p¨ªrrico +6. Y entonces llegaron los Lakers. Con su monta?a de m¨²sculo, con LeBron James, con defensa y buenos tiros, con un plan de Frank Vogel que desnud¨® por completo a un Mike D'Antoni pasmado, un entrenador que siempre cree que todo es cuesti¨®n de que entre el siguiente tiro. Los Lakers fueron ultra agresivos en las ayudas para que James Harden no tuviera el bal¨®n en las manos... y los Rockets se desplomaron de forma asombrosa y muy preocupante al primer ¨®rdago del rival. Sin energ¨ªa ni confianza, sin ning¨²n sost¨¦n, cayeron en cuanto el viento cambi¨® de direcci¨®n. Del 68-65 en el minuto 27 se pas¨® a un 88-104 casi en el 40. Un 20-39 en poco m¨¢s de un cuarto de tiempo real. Los Lakers ya hab¨ªan puesto tierra de por medio porque ganar, lo que se dice ganar, ganaron en cuanto salieron del descanso concentrados e intensos. Al primer vistazo de un rival con ganas de pelea, los Rockets huyeron despavoridos. Su imagen del segundo tiempo, en s¨¢bado y con televisi¨®n nacional, fue sencillamente espantosa. E, insisto, muy preocupante.
En ese decisivo tercer cuarto (17-32) los Lakers tapiaron la pintura, con un par de tapones de JaVale McGee monstruosos, trascendentales en el viro an¨ªmico de la noche, y dejaron que los Rockets, como tantas y tantas veces, se desangraran por los fallos en el triple de sus actores secundarios. En cuatro minutos, 1/12 en tiros; en todo el parcial, 6/27 con un 1/11 desde la l¨ªnea de tres. Y los Lakers, que hab¨ªan sobrevivido a base de rebotes de ataque y penetraciones de LeBron en un flojo primer tiempo, trasladaron al ataque esa bomba de energ¨ªa que hab¨ªan liberado en defensa mientras cruj¨ªan todos y cada uno de los huesos de su rival, un peso pluma. Kentavious Caldwell-Pope, Danny Green (20 puntos cada uno) y un Kyle Kuzma excelente tras el descanso (23 y 8 rebotes al final) acabaron las jugadas que empez¨® LeBron James, un felino en cuanto los Rockets dejaron de regresar r¨¢pido a defender (un asunto en el que rozaron el bochorno): 31 puntos, 5 rebotes, 12 asistencias y gritos de MVP en el ¨²ltimo cuarto... y en casa de James Harden. Sin Davis, los Lakers se la pegaron en un partido tonto contra los Magic pero han ganado en Dallas, OKC (all¨ª tambi¨¦n sin LeBron) y Houston. Y suman 12 victorias, m¨¢s que nadie en toda la NBA, contra rivales por encima del 50% de triunfos. En 34-8, gobiernan con pu?o firme el Oeste y no pierden de vista, los ¨²nicos que pueden decirlo, a los supers¨®nicos Bucks.
Los Rockets (26-15) est¨¢n de repente sextos del Oeste, pero esa no deber¨ªa ser la mayor de sus preocupaciones. Decr¨¦pitos, brillantes solo cuando los partidos se ponen cuesta abajo, siguen sin tener otros planes (ni B ni C) cuando falla el principal, por ajustes del rival o por los fallos propios. Es el reverso de las matem¨¢ticas de Morey, las noches en las que nada es lo que deber¨ªa ser y en las que los buenos equipos escarban hasta encontrar cualquier forma de ganar, la que sea. Ahora mismo los Rockets son fr¨¢giles por plan, rotaci¨®n y, sobre todo, ¨¢nimo. Russell Westbrook lleva semanas a buen nivel (esta vez 35+9+7 sin tirar de tres) pero hay una extra?a desconexi¨®n entre su energ¨ªa y la del resto del equipo. James Harden anda lejos de su versi¨®n m¨¢s eficiente y jug¨® esta vez uno de los peores partidos que se pueden jugar con una estad¨ªstica de 34+6+7 (2/9 en triples, 16/18 en tiros libres). Y los Rockets, esperando a que entre el siguiente tiro, siempre el siguiente, env¨ªan se?ales de alarma muy evidentes en el paso del ecuador de la temporada. En cuanto los Lakers gritaron guerra, ellos sacaron la bandera blanca. Y eso, m¨¢s all¨¢ de que su rival jug¨® un segundo tiempo fabuloso, es un p¨¦simo s¨ªntoma, una se?al de peligro que debe parpadear con fuerza, imagino, hasta en los libros de matem¨¢ticas de Daryl Morey.