Los Mavs sue?an: "Doncic tiene el ADN de Magic y el instinto de Bird"
Porzingis se une al esloveno para reverdecer los laureles de la segunda mejor franquicia por r¨¦cord del siglo XXI, pero la competencia en el Oeste es feroz.


Los Dallas Mavericks eran uno de los equipos con m¨¢s espacio salarial para buscar estrellas en la pasada agencia libre. No consigui¨® ninguna, pero su gran apuesta ya estaba hecho. Le trajeron de Nueva York en febrero y le renovaron en julio. Kristaps Porzingis, un p¨ªvot de 2,21 (el techo de la Liga junto al gigante Marjanovic, que por cierto tambi¨¦n ha llegado a Dallas, y sin contar a Tacko Fall) que se ha pasado el ¨²ltimo a?o y medio sin jugar. Antes de eso, mientras estuvo sano, demostr¨® estar preparado para codearse con la ¨¦lite de la Liga. De c¨®mo haya sido su recuperaci¨®n y de su futuro rendimiento depender¨¢ por completo el ¨¦xito o el fracaso de este nuevo proyecto.
Un proyecto que se mont¨® sobre la marcha, ya que no era el que estaba previsto hace menos de un a?o. Pero Luka Doncic hizo cambiar los planes. Un jugador que, seg¨²n han confirmado desde la franquicia, ya quer¨ªan desde dos a?os antes de draftearle y que devolvi¨® toda esa confianza en forma de temporada hist¨®rica, Rookie del A?o incluido y casi All Star Game. Todo ello en el trayecto de los 19 a los 20 a?os y con un 21+8+6 estad¨ªstico mediante. Razones suficientes, debieron pensar en Dallas, para desmantelar el quinteto titular que empez¨® el curso a mitad del mismo, mandando gran parte (Wesley Mathews, DeAndre Jordan y la hasta ese momento gran esperanza de la franquicia, Dennis Smith Jr.) rumbo a la Gran Manzana a cambio de Porzingis.
Un alem¨¢n que cambio la historia
Por dos razones principalmente. La primera, que se dieron cuenta que Doncic deb¨ªa ser la piedra fundacional del nuevo proyecto. Y la segunda, que en Dallas quieren volver a la ¨¦lite. No se les puede culpar, teniendo en cuenta que est¨¢n acostumbrados a ello. Desde la temporada 1999-2000, la segunda de Nowitzki en la ciudad y la primera en la que mostr¨® de verdad lo que podr¨ªa llegar a ser, los Mavs son el segundo equipo con mejor balance de victorias-derrotas de toda la NBA. No es casualidad que esta cuenta empiece justo en ese curso, y es que el alem¨¢n fue quien lo cambi¨® todo. En los 90, por ejemplo, tienen el segundo peor r¨¦cord.
Pero Nowitzki convirti¨® un equipo perdedor en uno ganador. Con varios golpes duros por el camino, pero al fin con un anillo en 2011 y con el ala-p¨ªvot protagonizando una de las actuaciones individuales m¨¢s inolvidables que se recuerdan en los playoffs y, concretamente, en aquellas finales ante los todopoderosos Miami Heat del Big Three. As¨ª que en Dallas quieren convertir a la pareja Doncic-Porzingis en una nueva Nowitzky-Nash o Nowitzky-Kidd. Pero la pregunta ahora mismo es: ?est¨¢n estos Mavericks en disposici¨®n de pelear con los grandes? ?Son capaces ya de plantar cara al resto de aspirantes? ?Doncic, Porzingis y un grupo de buenos complementos, en su mayor¨ªa j¨®venes, es suficiente para asaltar los cielos? Es lo que analiza Kevin O'Connor en The Ringer. Y lo hace yendo al centro de la organizaci¨®n.?
"Doncic y Porzingis se complementan el uno al otro. Cada uno puede generar peligro por s¨ª mismo, as¨ª que tener a los dos juntos nos hace sentir que seremos a¨²n m¨¢s peligrosos para los rivales". - Rick Carlisle, entrenador.
"Siempre est¨¢ pidiendo cosas, pero Rick es un tipo listo. Sabe d¨®nde est¨¢n los Mavs ahora mismo dentro de su ciclo vital". - Mark Cuban, due?o.
"Tenemos esperanzas de estar en playoffs". - Donnie Nelson, presidente de operaciones deportivas.
Se podr¨ªa decir, como resumen general, que saben de d¨®nde vienen y d¨®nde est¨¢n. Pero, al mismo tiempo, la ilusi¨®n y el recuerdo de los triunfos pasados les hace ser ambiciosos. Eso y la confianza en sus dos nuevas estrellas. Confianza hasta l¨ªmites que provocan comparaciones cuando menos llamativas, como esta de Nelson sobre Doncic: "Tiene el ADN de Magic y el instinto de Bird". Casi nada. ?C¨®mo justifica semejante declaraci¨®n? Para la primera parte dice que "tiene una combinaci¨®n de visi¨®n y mentalidad con la que manipula defensas con sus ojos y su cuerpo y da pases en todas direcciones y desde cualquier sitio con precisi¨®n". Para la segunda, "no es muy atl¨¦tico, pero tiene sus cualidades, lo que le convierte en un jugador de ¨¦lite, que alg¨²n d¨ªa le pueden convertir en uno de los mejores de siempre".
La nueva pizarra de Carlisle
Una pareja formada por Luka Doncic y Kristaps Porzingis, siempre y cuando los dos est¨¦n al 100%, es sin duda un arma temible para los rivales. Los recursos en ataque pueden ser infinitos, pero hay dos jugadas en concreto que se pueden convertir en determinantes en los nuevos Mavs.
Pick and roll
Carlisle siempre ha estado entre los entrenadores que m¨¢s rendimiento ha sacado a esta jugada. El a?o pasado Doncic ya lo practic¨® con Powell y Kleber. Porzingis ha ganado m¨¢s de 7 kilos y tendr¨¢ m¨¢s opciones de ser decisivo en este tipo de jugadas.
Lanzamiento en est¨¢tico
La jugada m¨¢s destructiva en el arsenal de Porzingis, ya desde sus tiempos en Sevilla. Con Doncic atrayendo la atenci¨®n de las defensas mientras tiene la posesi¨®n, el let¨®n se encontrar¨¢ liberado en muchas situaciones en las que se aleje del aro. La capacidad de pase del esloveno har¨ªa el resto.
M¨¢s all¨¢ de sus dos estrellas, los Mavs han construido un bloque con muchos jugadores interesantes para rodearles. Cierto que varios de ellos son muy j¨®venes, pero existe una variedad de opciones que les permiten elaborar quintetos capaces de enfrentarse sobre el papel a cualquier alternativa que les presente el rival. Ya sean altos (Doncic-Wright-Finney Smith-Kleber-Porzingis) o bajos (Brunuson-Curry-Doncic-Finney Smith-Powell), por poner dos ejemplos. No quiere decir que todos sean jugadores sobresalientes, pero s¨ª que tienen las piezas para jugar de distintas maneras. Y lo mejor es que la mayor¨ªa tienen contrato hasta 2023, lo que confirma que hay un proyecto sobre el que se quiere construir un futuro.
Quiz¨¢ eso sea lo m¨¢s sensato: mirar al futuro mientras los jugadores se van rodando, lo mejores y los no tan buenos. Pero estamos en Dallas, hogar de Dirk Nowitzki, con un anillo en el dedo desde hace ocho a?os. Y cuando eso pasa ya nada vuelve a ser igual. Ya no te conformas con ir mejorando poco a poco. Quieres estar otra vez arriba del todo, porque ya los has probado y sabes que nada se puede comparar.