Los Grizzlies de Marc Gasol y los aciertos silencios de un buen verano
De ganar 22 partidos, quedarse con el n¨²mero 4 del draft y verse con dudas en la propiedad y el banquillo de la franquicia a una nueva esperanza.
Durante un lustro, m¨¢s o menos, los Grizzlies fueron uno de los mejores equipos de la NBA. Una visita al dentista para los rivales en playoffs. Por momentos rozaron el nivel de aspirantes al anillo, al menos de ese tipo de equipo que puede rascar un t¨ªtulo improbable si todo se pone de su parte durante un pu?ado de semanas en primavera. A veces pasa: a ellos no les pas¨®. En 2013 jugaron la final del oeste y en 2015, por ejemplo, dieron un susto de muerte en primera ronda a la primera versi¨®n de los Warriors de Steve Kerr, la del Strenght In Numbers (el breve lapso durante el que los de la Bah¨ªa le ca¨ªan bien a casi todo el mundo).
Eran, claro, el peque?o milagro en ese min¨²sculo mercado de Tennessee en el que la gente del baloncesto era de los Tigers y los Grizzlies tuvieron que rascar su nicho tras desistir (para algunos demasiado pronto) en Vancouver. Despu¨¦s del primer atisbo de respetabilidad con Paul Gasol (y el 0-12 en playoffs que acab¨® deriv¨® en el I like basketball, I don¡¯t like Pau y el traspaso a los Lakers) a la cumbre del grit and grind y el grindhouse (su hogar) con Marc Gasol convertido en Defensor del A?o y en, seguramente, el jugador m¨¢s importante de la historia de la franquicia, a la que ha representado en tres All Star. Los Grizzlies, con ese juego de defensa, m¨²sculo, transiciones de mamut y cargas al poste que era vieja escuela en una NBA distinta, estuvieron a un golpe de suerte de pelear por el anillo. A un pu?ado de puntos en las alas (y mira que los buscaron) de, quiz¨¢, hacer historia. Pero se acabaron Zach Randoph y Tony Allen y fracas¨® finalmente el intento de reinventar el estilo de la franquicia (es decir: David Fizdale). Despu¨¦s de un interesante 7-5 y arrasados por las lesiones, los Grizzlies fueron el segundo peor equipo de la NBA (22 victorias) pero obtuvieron a cambio solo el n¨²mero del draft 4. So?aban con Doncic pero se quedaron sin ¨¦l. Y no movieron un dedo para retener a Tyreke Evans despu¨¦s del 20+5+5 de este en su a?o de revival.
Acumularon errores en el draft y asfixiaron su flexibilidad con una serie de contratos personificados por el 94x4 de Chandler Parsons, del que a¨²n deben dos a?os y casi 50 millones. Como Mike Conley, un jugador de nivel all star cuando est¨¢ sano, nunca parece estar sano y a Marc Gasol (33 a?os, adem¨¢s) le queda un a?o para tener player option el pr¨®ximo verano, los Grizzlies andaban en depresi¨®n, con poco presente y menos futuro (a priori), sin certezas sobre la propiedad de la franquicia (hasta que Robert Pera movi¨® ficha en abril) y con un banquillo interino hasta que JB Bickerstaff fue respaldado como relevo a largo plazo de Fizdale. Que se ha ido a los Knicks tras, como hecho m¨¢s llamativo de un divorcio inevitable cuando todo empez¨® a ir mal, enfrentarse con Marc Gasol. Y con un deje engolado que convierte su etapa en el Madison en un examen para una carrera que parec¨ªa muy prometedora.
Curar lesiones y cicatrizar heridas
Mientras los Grizzlies transmit¨ªan, al menos en un primer vistazo, poca ambici¨®n al ni pujar por Tyreke ni traspasarle en febrero y conformarse con Bickerstaff, el Oeste segu¨ªa con su constante rearme (LeBron incluido). El n¨²mero 4 del draft parec¨ªa poco premio para tanta miseria de la pasada campa?a, Memphis no aparece en el mapa de cualquier gran agente libre y el camino parec¨ªa, casi a la fuerza, destinado a acabar en rumores de traspaso de Conley y/o Marc Gasol. Reconstrucci¨®n: a?os duros y ninguna certeza. Pero resulta que una serie de peque?os movimientos de Chris Wallace y John Hollinger (antiguo gur¨² de la estad¨ªstica avanzada) y unos meses para curar lesiones y cicatrizar heridas han obrado un peque?o milagro con la complicidad de un draft que puede acabar siendo un home round. Y, si se quiere (que todo cuenta), tambi¨¦n de un cambio de imagen en las equipaciones y la pista. Un poco todo pero el caso es que, de pronto, tengo ganas de ver jugar a los Grizzlies. Creo que las cosas pueden ir finalmente mejor de lo que parec¨ªa, que puede haber futuro (tal vez) y que este puede habitar, qui¨¦n lo iba a decir, en una revisi¨®n del grit and grind: cambiar todo para que nada cambie.
Todo empieza en Conley y Gasol, claro. En lo buenos que son y en lo bien que juegan juntos. Camino de los 31 a?os y eternamente infravalorado hasta que firm¨® el (por entonces) contrato m¨¢s alto de la liga (153x5), el base ha acumulado problemas f¨ªsicos (tobillos, pies, tendones de Aquiles...) a un ritmo insoportable y solo ha jugado de media 56 partidos desde la temporada 2013-14. Sano es un base excepcional, que deber¨ªa haber sido al menos una vez all star y que podr¨ªa replicar un regreso a la relevancia al estilo del de Jrue Holiday el curso pasado. Por ejemplo. Marc Gasol promedi¨® 20+6+5 cuando jug¨® con ¨¦l en la temporada 2016-17. Se entienden, se aprecian, llevan una eternidad juntos y se generan espacios el uno al otro. As¨ª que todav¨ªa puede haber esperanza cuando parec¨ªa que su vigencia como referentes en pista (no en el vestuario) estaba quedando atr¨¢s.
Porque los Grizzlies han (parece) acertado de pleno en el draft, han limpiado parte de los problemas de su roster y han dado un giro hacia una vuelta a su esencia: la defensa. Hollinger dijo al acabar la pasada temporada que dar¨ªa por muy bueno el verano si obten¨ªan tres piezas de buen calibre bien repartidas: una en el draft, otra en el mercado y otra v¨ªa traspaso. Empezando por la ¨²ltima, Garrett Temple es un alero con tiro y defensa (los ahora tan demandados 3+D) que a priori encaja como un guante en la filosof¨ªa grizzly. Pero en el peor de los casos solo tiene un a?o de contrato y su llegada limpia la ineptitud de Ben McLemore y la falta de progresi¨®n (y a veces de pulso vital) de Deyonta Davis. En el trazo ultrafino, la salida de Jarell Martin por Dakari Johnson pone las cuentas casi medio mill¨®n por debajo del impuesto de lujo. Peque?as buenas cosas de unos despachos que han llevado lo suyo por no desprenderse de Tyreke en febrero o de la losa de Parsons en la noche del draft.
En el mercado, los Grizzlies sacaron de San Antonio a Kyle Anderson con un contrato de cuatro a?os y unos 37 millones. Un alero inteligente que es un excelente defensor y pasador y un mal tirador tambi¨¦n parece una pieza ¨®ptima para que los Grizzlies vuelan a ser, por encima de todo, inc¨®modos: entre los aleros de la pasada temporada, estuvo en el percentil 94 en robos y en el 92 en tapones. Para refrendar esa nueva unidad de direcci¨®n entre despachos y banquillo (eso que tanto se estaba echando en falta y que finalmente ha propiaciado la continuidad de Bickerstaff) en el draft llegaron muy buenas noticias: Jevon Carter, n¨²mero 32 ya con 22 a?os y un excepcional defensor que tambi¨¦n sabe hacer m¨¢s cosas (se vio en la Liga de Verano) y que puede dar relevos a Conley o jugar a su lado en el backcourt. Y, claro, Jaren Jackson desde el n¨²mero 4. Casi por unanimidad el mejor defensor del draft y, otra vez como se vio en la Liga de Verano, mucho m¨¢s que eso. En teor¨ªa, y aunque est¨¢ verde para cargar con peso en ataque, el futuro rostro de la franquicia. En la pr¨¢ctica, primero pupilo y en alg¨²n momento sustituto de Marc.
Todos movimientos con un plan, funcione despu¨¦s o no. Uno del que formaba parte tambi¨¦n el nulo inter¨¦s por Tyreke, del que (por individualista) se dudaba de su encaje con Marc y cuya bolsa de millones fue destinada a que los Spurs no igualaran la acometida por Anderson. Los Grizzlies tambi¨¦n tienen a Omri Casspi (o lo que queda de ¨¦l), JaMychal Green (un excelente reboteador, como m¨ªnimo), Wayne Selden, un MarShon Brooks que en un pu?ado de partidos demostr¨® (eso creen en Memphis) que puede anotar los puntos que ya no aportar¨¢ Tyreke... y el terrible contrato de Parsons pero tambi¨¦n el excelente de Dillon Brooks, una grat¨ªsima sorpresa como rookie (n¨²mero 45 del draft en 2017) y un jugador muy aprovechable... y tal vez m¨¢s que eso.
La pelea por los playoffs del Oeste se presenta terrible. Y el techo de los Grizzlies no es alt¨ªsimo ni si se les presenta el mejor escenario. Pero el suelo no parece tan bajo como hace un par de meses. Ni la direcci¨®n tan perdida ni la esperanza tan escasa. Y eso no es poco, no cuando (veremos si con acierto, ojal¨¢) la apuesta es templar la clase media y huir del tanking. Y, al hacerlo, dar una ¨²ltima oportunidad a Conley y Marc Gasol. Al grit and grind. Quiz¨¢ en febrero todo sean cenizas pero el verano de los Grizzlies me parece silenciosamente acertado. Y muy digno.?