Dixon acaba con el Zalgiris; Obradovic luchar¨¢ por la d¨¦cima
El base de 1,78, que apenas ha jugado este curso por las lesiones, explot¨® con 16 de sus 19 puntos en el tramo final. El Fenerbah?e aspira a su segunda Euroliga. Obradovic, a la d¨¦cima.

El Zalgiris lleg¨® a la Final Four en 1999 y la gan¨®, y regresaba ahora 19 a?os despu¨¦s con el objetivo de repetir, pero no hab¨ªa teor¨ªa ni milagro que sostuviera sus deseos en una fase final que premia la constancia. Y aun as¨ª casi lo consigue. Tuvo que cruzarse al quite para impedirlo un tipo de apenas 1,78, pero de coraz¨®n gigante y mu?eca de seda. Bobby Dixon, Ali Muhammed tras hacerse turco. Relegado este curso por las lesiones, 35 a?os ya, apenas sumaba 19 partidos y 11 minutos de media. Pero Obradovic le tiene fe ciega y le hab¨ªa reservado un huequecito de protagonismo. Descerraj¨® doce puntos en tres minutos, entre el final del tercer cuarto y el inicio del ¨²ltimo, y luego otra canasta y otra m¨¢s tras tomarse un respiro, los ¨²ltimos doce cuando los de Kaunas se hab¨ªan puesto a dos: 54-52. Los contrastes descarnados del deporte, el talento del m¨¢s peque?o resolvi¨® un duelo de contacto extremo.
Obradovic se sit¨²a as¨ª a un solo paso de la D¨¦cima, en casa, en Belgrado, ante su gente y una afici¨®n turca que ha tomado por completo el Stark Arena. A un paso de llevar al Fenerbah?e a su segundo t¨ªtulo seguido, cuando Turqu¨ªa nunca hab¨ªa ganado nada, y de celebrar la d¨¦cima como entrenador, m¨¢s que nadie, con cinco clubes diferentes. Es su duod¨¦cima final (solo ha perdido dos) en 26 temporada, m¨¢s dos Copas Saporta ganadas. Una trayectoria que corta el resuello.
Pero enfrente tuvo a otro genio, un Jasikevicius que dec¨ªa en la previa que el Zalgiris tendr¨ªa sus opciones, que a los suyos les faltaba experiencia pero les sobraba energ¨ªa. Lo demostr¨® pese a topar con un rival de hormig¨®n armado, que lo controla casi todo, y pese al arranque que fue una bofetada de realidad: 7-1 de parcial y cinco minutos y medio sin anotar una canasta. En un mar de zancadillas, muy trabado todo, los destellos los pon¨ªa Datome, un faro que nunca se apag¨®. Diez puntos en los doce primeros minutos, 16 al final.
El juego del Zalgiris recuerda a una mente maravillosa, a un cerebro en permanente actividad, con millones de conexione neurol¨®gicas que lo hacen creativo. Esta vez, sin embargo, su adversario supo ralentizar esos enlaces y todo se obscureci¨® m¨¢s de lo debido. El equipo lituano perd¨ªa doce balones al descanso (20 en total) y con el 32-20 firmaba un paup¨¦rrimo 5 de 16 en el lanzamiento. Su primer triple no lleg¨® hasta el minuto 26 (Ulanovas). Y contra todo fue capaz de ponerse a cuatro (39-35) a la salida de vestuarios. Comet¨ªa errores, pero Pangos, Micic y White asomaban y Davies lo barr¨ªa todo (11 rebotes, 15 m¨¢s su equipo). Y poco despu¨¦s se situ¨® a dos (50-48) tras un triplazo de Pangos (ya no hubo m¨¢s dianas de tres, 2 de 10) para cerrar un parcial de 0-11. Era final en el alambre, lo era, pero Dixon lo impidi¨® y el pabell¨®n rugi¨®. Turqu¨ªa en Belgrado.