ROCKETS 106 - WARRIORS 119 (0-1)
Fant¨¢stico Harden (41), mejor Durant (37) y 1-0 Warriors
Mientras todo el mundo habla de final anticipada, los campeones se ponen el mono de trabajo y golpean a los Rockets en su casa.
Ni el mejor James Harden?pudo salvar a su equipo de las garras del monstruo que lo devora todo. Y es que quiz¨¢s hab¨ªamos pasado por alto una cosa en los an¨¢lisis previos... Llevamos toda la temporada hablando del momento de los Rockets, de un equipo capaz de plantar cara a los Warriors, del examen m¨¢s dif¨ªcil de la era Kerr. Y le hemos dado vueltas y m¨¢s vueltas al estilo de Houston, a sus posibilidades, a los posibles emparejamientos... Pero no se nos hab¨ªa ocurrido pensar la motivaci¨®n que supone para los Warriors enfrentarse a este gran examen del que todo el mundo habla. Fallo nuestro...
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La respuesta lleg¨® pronto y de la mano de Kevin Durant, el jugador que convierte a un equipo de ensue?o en ese monstruo que lo devora todo. Durant se enfrent¨® uno a uno a (pr¨¢cticamente) todos los Rockets que pasaron por la cancha. Y los destroz¨®. Todos los emparejamientos son favorables para ¨¦l, una mezcla imposible de f¨ªsico, car¨¢cter y talento que se quej¨® cuando Kerr le sac¨® en el tercero porque ol¨ªa sangre... Y los killers nunca perdonan.
Durant acab¨® con 37 puntos (14/27 en los tiros) y fue de la mano de James Harden (41 en 24 lanzamientos) hasta el final. Qu¨¦ dos m¨¢quinas de anotar y qu¨¦ diferentes. Entre la media distancia del primero y los triples y bandejas (o mates...) del segundo se nos pas¨® volando un partido en el que Curry (18 puntos) tuvo alg¨²n que otro problema en el gemelo y fue el objetivo n¨²mero uno de los Rockets en la b¨²squeda del emparejamiento favorable, esa caza del mismatch sin la que no se entiende el nuevo baloncesto. Bueno, lo entiende Durant...
Los Warriors contaron con el mejor Klay Thompson. El que desgasta, corta, lanza y mata. El que pasa de puntillas y te clava 28 puntos mientras seca rivales en el otro lado de la cancha. Y tambi¨¦n con lo de siempre de Green. Lo de todos los d¨ªas grandes... Tres faltas r¨¢pidas, una t¨¦cnica y fuego por la boca, pero por encima de sus cinco puntos, nueve rebotes y nueve asistencias, un +19 en 37 minutos en cancha que, para sorpresa de nadie, fue la mejor marca del partido.
Por encima del 50% en los tiros, por encima del 60% gran parte del partido y con otro gran tercer cuarto (que pudo ser mucho peor para los locales...), los Warriors dieron el primer golpe. Un golpe que viniendo desde su esquina ya nos parece pr¨¢cticamente definitivo. Porque los conocemos, porque nos sabemos la pel¨ªcula. Y ahora les toca a los Rockets reducir p¨¦rdidas (cuatro m¨¢s que los Warriors; llegaban como el mejor equipo en playoffs), mejorar porcentajes (sobre todo Mbah a Moute, Tucker y Gordon), explotar la opci¨®n Capela (que funcion¨®) y , sobre todo, superar el miedo al fracaso (al 4-0, a la paliza...) que ahora mismo debe sobrevolar las cabezas de sus estrellas. No porque los Rockets se hayan borrado, sino porque esta es la regla con la que miden los Warriors a sus rivales a estas alturas de la temporada. Entre dura e imposible. Entre injusta y devoradora.
Para Chris Paul (23 puntos poco protagonistas), su oportunidad de oro. Para James Harden, objetivo romper. Romper con todo. Pero para empezar igual hay que molestar a Kevin Durant... Igual hay que hacerle un Popovich a Iguodala. Igual hay que arriesgar bastante m¨¢s. 1-0 Warriors. 1-0 campeones.